Urbanismo
Últimos días para la esquina del tango y el exConservatorio
En la esquina de Maipú y Alem, que siempre fue de dominio privado, se proyecta un desarrollo inmobiliario. El centro de la ciudad sucumbe ante el feroz avance inmobiliario y se derrumban viejas propiedades para dar lugar a modernas construcciones, sin planificación ni nuevos consensos sobre el patrimonio urbano.
La esquina de Alem y Maipú ya no será lo que hasta ahora fue. En el espacio que durante años albergó al edificio del Conservatorio de Música, en la plazoleta del Tango y en una vieja cochera que queda sobre calle Maipú, se emplazará un desarrollo inmobiliario y el lugar mutará su fisonomía.
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La esquina del tango, como la llamó el Municipio, era usada anualmente para hacer encuentros que celebraban el género musical. La esquina también servía de lugar de encuentro para los cientos de alumnos que asisten a la Escuela Técnica 2. Su mural, los arboles y las farolas allí colocadas le daban un marco arrabalero y de color al sitio.
Pero esta semana la ochava apareció tapiada y se empezaron a registrar movimientos en el lugar, que siempre estuvo en manos de privados. Según pudo averiguar El Eco de Tandil, un grupo inversor compró hace un tiempo todo el predio con la intención de tirar abajo las edificaciones existentes y levantar allí un complejo de categoría.
En concreto, son tres lotes en block muy cotizados en la zona céntrica -donde sólo queda tirar abajo para construir-, que suman una superficie de 740 m2, con 21,65 metros de frente por Alem y 25,20 metros del lado de Maipú. En el mercado, el bloque completo se ofertaba en alrededor de 500 mil dólares, con indicadores urbanos FOS: 0.60. FOT: 3. Densidad: 1000, para edificar una altura máxima 31.5 metros.
Vale reseñar que el microcentro de la ciudad (el perímetro comprendido por las calles 14 de julio, Maipú, avenida Santamarina y avenida España) tiene los máximos indicadores urbanos, de acuerdo al Decreto-Ley 8912/77 de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo de Argentina y del Plan de Desarrollo Territorial (PDT) de Tandil, aprobado en 2005, cuya densidad máxima permitida se ancla en los mil (1.000) habitantes por hectárea.
Además, es importante señalar que la infraestructura urbana tiene que acompañar el crecimiento demográfico tanto en el centro como en la periferia, porque es imposible sostener la construcción de nuevas viviendas sin servicios adecuados de cloacas, por caso.
La ciudad que desaparece
En el corazón de Tandil proliferan los emprendimientos habitacionales que cubren un nicho muy específico: tienen un alto valor de mercado, suelen de ser de categoría, y están pensados para un público con un gran poder adquisitivo, que los usa como vivienda o para alquilar de forma temporaria. La postal actual son estos edificios confortables que se recortan en el horizonte de la ciudad contra la sierras y marcan, sin dudarlo, el pulso de una época.
Si bien ninguna de las propiedades incluidas en bloque están catalogadas como bienes patrimoniales -cuya nómina debería actualizarse-, el evento pone en evidencia, una vez más, el voraz avance inmobiliario sobre la ciudad. A lo largo del tiempo y con mayor celeridad en los últimos años, varias casas sucumbieron para dar lugar a modernas construcciones. El paisaje urbano y el patrimonio modesto se han visto modificados ante el impiadoso desenfreno mercantil.
Todo en esto en un marco de emergencia habitacional sin precedentes en el distrito, que tiene en jaque a las familias tandilenses cansadas de alquilar y sin muchas chances de acceder a una vivienda propia, ante la falta de tierras a valores accesibles y de políticas habitacionales acordes a la coyuntura.
Pero además, es preciso pensar qué tipo de ciudad se quiere, hacia dónde va la tendencia urbana mundial y qué elementos se precisan para planificar un crecimiento alineado a las características locales y el perfil generacional de la población mayoritaria.
El Conservatorio
Cabe destacar que a lo largo de varias décadas el Conservatorio de Música “Isaías Orbe” usó para impartir clases las instalaciones de la casona ubicada en Alem 311, un centenario inmueble alquilado por la Provincia.
El 30 de agosto de 2018 el techo de una las aulas cedió y se desplomó, un lamentable episodio que marcó un hito en la lucha por la infraestructura escolar. En este marco, tanto los docentes como los estudiantes realizaron numerosas marchas y reclamos para visibilizar su demanda de un “edificio digno”.
Aunque ese día no había nadie en la institución por tratarse de una jornada de paro y no se registraron heridos tras el incidente, la comunidad educativa no volvió a ocupar el espacio y poco después el terciario se trasladó a su sede actual, también arrendada, en Belgrano 747.
No obstante, tanto el Conservatorio como el Instituto del Profesorado de Arte 4 (IPAT) tendrán su edificio propio en Ezeiza y Suipacha. La obra tiene un gran porcentaje de avance y ambos establecimientos formativos esperan iniciar allí su próximo ciclo lectivo.