&nbsp;&nbsp;Escribe Fernando Izquierdo&nbsp;El 30 de mayo de 1973, dos paraguayos llevaron adelante el secuestro aéreo más duradero de la historia latinoamericana, manteniendo cautivos a pasajeros y tripulación del Lockheed Electra HK-1274 de la extinta Sociedad Aeronáutica de Medellín.A medio siglo de dicho suceso, Netflix publicó una serie de seis capítulos, en la que el tandilense Cristian Majolo es parte del elenco.El artista de esta ciudad aparece en las postrimerías de Secuestro al Vuelo 601, adosándole a su carrera una experiencia inolvidable en una serie de aceptación absoluta en el público latinoamericano.De visita en su ciudad natal, Majolo visitó los estudios de El Eco Multimedios para dialogar con el programa Último Bondi:“Es una serie que ha ganado miles de premios y está entre las más vistas de la historia en Latinoamérica en lo que respecta a Netflix.Sé que en el país tuvo su repercusión porque somos tres los argentinos que aparecemos. Dos chicos protagonistas, que hacen de Toro y Borja, son un marplatense y un entrerriano”.-¿Y qué generó en Colombia?-Una locura. Fue un proyecto muy lindo, estoy muy feliz por el proceso que atravesamos, el rodaje, los ensayos, la experiencia…Los de arte crearon una réplica exacta de un avión en esa escena en la que aparezco. Es una filmación que está hecha en Colombia, en la ficción es el aeropuerto de Ezeiza. Fue un trabajo maravilloso el que hicieron.-Y con actores consagrados.-Claro, los “popes” de Colombia. Mónica Lopera, es una de las actrices más reconocidas, está triunfando en Europa. Está Enrique Carriazo, que es el Francella colombiano, es un personaje entrañable, ha hecho muchas comedias colombianas. También Christian Tappan, es toda gente de renombre. Yo estaba en Colombia hacía seis meses, imagínate lo que fue estar haciendo eso.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/majolo_2.jpg" alt="Majolo"><figcaption>Majolo, junto a Mónica Lopera.</figcaption></figure>&nbsp;&nbsp;-¿De movida te asignaron el papel que interpretaste?-No, cumplí una prueba para hacer de Toro. Estuve tres meses a la espera de que me confirmen. Hubiese sido una locura, no se dio por circunstancias de la vida. Si te convocan, es porque la posibilidad está.&nbsp;-¿Cómo lo tomaste?-Uno no tiene que frustrarse ante esas situaciones. Hay muchas subjetividades que hacen que uno quede o no en un proyecto, que están más allá de lo que uno puede dar. Entran en juego cosas como el elenco o el compañero con el que vas a compartir una escena. Participar en esa serie fue algo enriquecedor, me llevé un montón de aprendizajes. Fui parte de una mega producción, todo muy “pro”. Yo había estado en algo parecido en Los Dos Papas, de Fernando Meireles, tengo un personaje chiquito ahí. Fue un sueño haber recibido indicaciones suyas, es el director de Ciudad de Dios. Pero lo de Secuestro al Vuelo 601 lo ha superado en el sentido del despliegue escénico, los protocolos…ha sido una locura. Fue imponente la avant premiere, la movida de prensa también.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/majolo_7.jpg" alt="Majolo"><figcaption>Majolo, parte del elenco de una nueva serie de Netflix.</figcaption></figure>-El público se prende un poco más cuando se trata de un caso real.-Tal cual, así funciona. Cuando me pasaron la historia, me metí en Google para saber cómo había sido el caso real. Algo hay de información, descubrí que era un suceso de los ’70, que es el secuestro aéreo más largo de la historia latinoamericana, que a uno de los secuestradores no lo encontraron más y el otro murió…-¿Lo de la azafata que toma el vuelo dejando a sus nenes solos en su casa es real?-En parte, algunas cosas son “ficcionadas”. Las dos azafatas están con vida. Para Mónica (Lopera) fue emocionante encontrarse cara a cara con la azafata a la que ella interpretó. Cuando es algo verídico, tira, la gente quiere saber. A Netflix le está yendo mejor con los casos reales, como la serie de los hermanos Menéndez, Narcos, El Patrón del Mal o la del Cártel de México…la gente quiere ver eso, le inquieta más que lo que es pura ficción.-¿Qué te pasa cuando ves tu escena?-Se me vienen recuerdos de lo increíble que fue. Hay una foto final que nos sacamos en un grupo 300 personas. Filmamos en un aeropuerto real, en el que se dan un montón de situaciones, como aviones llegando.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/majolo_3.jpg" alt="Majolo"><figcaption>Majolo interpreta a un policía en Secuestro al vuelo 601.</figcaption></figure>&nbsp;&nbsp;-¿Cuán accesible al trato son los actores “grossos”?-Son muy agradables, en líneas generales. A mí me fue muy bien en ese aspecto, no sé si por ser extranjero y con eso despertar en los otros cierto deseo de conocerme o tratarme. Si en Argentina filmás con un colombiano, mexicano o ecuatoriano, querés hacerlo sentir como en casa. Supongo que pasa en todos lados.Me tocó pegar una onda increíble con Patricia Ércole, a quien yo la veía desde acá en la serie Sin senos no hay paraíso. Verla ahí y de pronto estar con ella me hizo decir: “Mirá vos, estoy trabajando con este pedazo de actriz”. También me di el gusto de trabajar con Carriazo, que es con quien todos quieren hacerlo. Me tocó hacer un rodaje el día de mi cumpleaños y, cuando llegué, me enteré que también Carriazo cumple ese día. Pegamos muy buena onda, aún hoy nos mandamos mensajes de WhatsApp.En general, el colombiano tiene muy buena vibra, es muy jodón. Estoy muy agradecido con el país.&nbsp;&nbsp;Matungo&nbsp;Recientemente y a una década de haber sido filmada, fue publicada Matungo, serie vinculada al turf en la que Majolo emerge desde un papel secundario:“En 2013, cuando yo recién llegaba a Buenos Aires, quedé para ese proyecto, para hacer de coprotagonista con Sergio Podeley, con un elenco coral de figuras como Ana Orozco (Betty, La Fea), Alejandro Awada, Alarcón, Inés Palombo, Maxi Ghione…”.-¿Cómo fue el desarrollo?-No es fácil grabar una serie sobre carrera de caballos. Cada vez que trabajás con animales tenés que conocer el medio. Vos podés ser el mejor director y querer filmar una serie de Fórmula 1, pero si no sabés lo que es una carrera…tenés que conocer el paño. En este caso, el ambiente del turf y los caballos. Fueron a buscar a Mariano (Farías), que es el director y el guionista, empezaron a filmar y, de pronto, cambiaron la mitad del elenco.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/majolo_4.jpg" alt="Majolo"><figcaption>Majolo, en Matungo.</figcaption></figure>&nbsp;&nbsp;-¿Qué pasó con vos?-Quedé, pero me cambiaron el personaje. El que tenía se lo dieron a Emilio Bardi. Pasé a hacer de un abogado, un “garca” que hace de novio de Inés Palombo. Me divertí mucho durante la filmación, el proyecto iba a plataformas hasta que “se clavó”.&nbsp;-¿Cómo reaccionás ante eso?-Esperás un año o dos y te resignás, te olvidás, lo “soltás”. Resulta ser que se terminó de editar y se subió a Youtube, así que lo puede ver todo el mundo. Es el momento en el que decís “por fin”. Lo loco es que hay miles de proyectos con los que pasa eso.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/majolo_1.jpg" alt="Majolo"><figcaption>Majolo, en El Eco Multimedios.</figcaption></figure>&nbsp;&nbsp;-¿Qué tipo de protagonismo tenés?-Aparezco bastante, en cuatro o cinco capítulos. No soy un protagonista, sino un secundario, pero con un personaje muy bonito. Me cambiaron el original pero igual estoy muy contento, lo disfruté un montón. Siempre un personaje secundario te termina abriendo la puerta de otro lado. Yo siempre digo que a veces el personaje más chico te puede conducir a un trabajo gigante si lo hacés con el mismo compromiso que si fuese un protagónico.&nbsp;-También abarcas la parte de publicidad.-Sí, hice unos comerciales para Rushbet. Uno fue durante la Copa América, al mes me volvieron a llamar y filmé ocho comerciales más. Rushbet es una casa de apuestas deportivas, en Colombia hay cinco o seis. Son comerciales divertidos, uno lo filmé con Abel Aguilar, jugador de la selección colombiana.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/majolo_6.jpg" alt="Majolo"><figcaption>Matungo, serie vinculada al turf, puede verse a través de Youtube.</figcaption></figure>&nbsp;

Cristian Majolo, el artista tandilense que se abrió camino en Colombia

Por: Octavio CornesOmar Rodolfo Porte, conocido como “Bocha”, fue probablemente el mejor delantero que tuvo la ciudad de Olavarría. Gran goleador, comenzó su carrera en Estudiantes, jugó en Boca Juniors e incluso jugó un Nacional con Alvarado de Mar del Plata.Nació en Olavarría el 21 de agosto de 1954. Se inició en el fútbol menor de Racing, club local, siguiendo las órdenes de Raúl Moriones. Sin embargo, tras una discusión, se fue a Estudiantes, donde completó las divisiones inferiores y debutó en primera en 1960, de la mano de Norberto Desanzo, frente a Ferrocarril Sud.<section class="noteSuggested" data-id="128892" data-title="Puede interesarte"></section>Continuó su carrera en Estudiantes y luego fue cedido a préstamo a Alvarado de Mar del Plata, donde debutó en la Primera División de AFA durante el Nacional de 1978. En ese torneo, disputó todos los minutos de los partidos y anotó cuatro goles. Aunque su equipo no se clasificó, su rendimiento fue destacado.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/octavio_cornes.jpg" alt="octavio cornes"><figcaption>Octavio Cornes.</figcaption></figure>En 1980, fue transferido a Atlanta que jugaba en la Primera B, donde marcó siete goles en treinta encuentros. Posteriormente, jugó en Huracán de Tres Arroyos y regresó a Atlanta, donde tuvo una temporada excelente con veintiséis goles en cuarenta partidos. Tras un buen paso por Deportivo Tolima en Colombia, fue tentado por los grandes clubes de la Argentina y finalmente debutó en Boca Juniors en 1984. Con este equipo, jugó dieciséis partidos oficiales&nbsp; y marcó un gol muy recordado contra Unión de Santa Fe. También jugó veinticuatro amistosos con cinco goles.&nbsp;Fue a Colombia para jugar en Deportivo Tolima y Unión Magdalena antes de regresar a la Argentina. En su país, vistió las camisetas de varios clubes, entre ellos Estudiantes, donde comenzó su trayectoria. En toda su carrera, centrada en Argentina y Colombia, jugó ciento veinte partidos en Primera División y anotó cuarenta y cuatro goles.Me enteré que tenía un familiar que jugó en Boca justo antes de escribir esto, siendo yo hincha de River Plate. Aunque simpatizo con River, siempre he respetado a Boca como un digno rival, y la historia y colores de ambos clubes son interesantes de contar.

La historia de "Bocha" Porte: el goleador de Olavarría que brilló en Boca

Es verdad que las personas tenemos necesidades que cubrir, muchas de ellas básicas, otras no tanto y algunas que no lo son en absoluto.&nbsp;Como cada último viernes de noviembre llega el Día Mundial contra el Consumismo, también conocido como el Día sin compras o Viernes Verde (Green Friday, según su nombre en inglés), en contraposición con el más marketinero de los días, el Viernes Negro (Black Friday).&nbsp;La fecha surgió hace 25 años de la mano del artista Ted Dave, aunque las acciones de protesta contra un modelo de consumo desmedido ya venían resonando décadas atrás. La intención principal es promover la reflexión sobre los hábitos de consumo y sus impactos en el medioambiente y la sociedad.<section class="noteSuggested" data-id="129083,127790" data-title="Puede interesarte"></section>Numerosas fundaciones ecológicas, movimientos y grupos ambientalistas se unieron a la cruzada, como es el caso de Ecologistas en Acción que cada año desarrolla una campaña de promoción del consumo consciente y cuestionamientos del modelo del derroche. Este año la llamaron “Consumo y Felicidad” y hace hincapié en que el consumismo nos hace infelices, aportando propuestas de alternativas de consumo transformador que nos pueden ayudar a ser más felices.“El consumismo sólo nos aporta efímeros momentos de satisfacción en el mismo momento de la compra, que hace que sigamos consumiendo en una rueda sin fin”, plasmaron desde la organización y brindaron algunas propuestas interesantes para adoptar hábitos más saludables para con nosotros mismos y el planeta.<h3 style="text-align:justify;">¿Realmente necesito eso?</h3>La campaña “consumo y felicidad” busca que las personas consumidoras se planteen hasta qué punto necesitan y desean todo aquello que compran. Hay, al caso, una reflexión de la conocida etóloga inglesa y Mensajera de la Paz de la Organización de las Naciones Unidas Jane Goodall que dice: “La estabilidad económica debería consistir en mejor el nivel de vida de los que no tienen nada y reducir el nivel de vida egoísta de tanta gente que tiene mucho más de lo que necesita ¿Qué sentido tiene tener tantas cosas?".Entonces, desde Ecologistas en Acción recordaron que el bienestar tiene más que ver con las relaciones sociales y con la recuperación de valores como la solidaridad y la cooperación, que con la adquisición incontrolable.&nbsp;<blockquote>“El consumismo sólo nos aporta efímeros momentos de satisfacción en el mismo momento de la compra, que hace que sigamos consumiendo en una rueda sin fin”, enfatizaron.</blockquote>Es importante, también, entender que prácticamente todo consumo genera residuos, tarde o temprano, o sea, todo lo que se compra genera impacto y por eso se dice que para ser un consumidor responsable es necesario hacerse una sola pregunta antes de adquirir algo, ya sea un bien, un servicio, un alimento: "¿realmente necesito esto?”.<h3 style="text-align:justify;">Ser consumidor consciente</h3>Desde el grupo Economía Solidaria,&nbsp;Asier Azpilicueta, Enero Palomo, Jose Luis Mariñelarena e Isabel Díaz Marín propusieron simples pasos para tener una participación activa en la efeméride y el resto del año.&nbsp;<ul><li style="text-align:justify;">Evaluar el propósito y valor de cada compra: preguntarse si el producto va a mejorar significativamente tu vida, si realmente es necesario o si lo adquirís por simple hábito o presión social. Tomar decisiones racionales.</li><li style="text-align:justify;">Establecer un presupuesto y metas claras: definir cuánto estás dispuesto a gastar en diferentes categorías, como ropa, entretenimiento o tecnología, para ayudarte a pensar dos veces antes de hacer una compra impulsiva.</li><li style="text-align:justify;">Hacer una lista de compras y seguir la regla de las 24 horas: antes de comprar algo, ponerlo en una lista y espera al menos 24 horas para decidir si realmente lo necesitas. Esto ayuda a reflexionar sobre el verdadero valor de la compra.</li></ul>“En esta fecha, sostener una acción de no compra y el resto del año te invitamos a hacerlo incorporando en tus hábitos criterios como: escoger el comercio local, priorizar el producto producido en tu entorno próximo, el producto de comercio justo, el producto ecológico; evitar la compra de aquellos productos que no especifiquen claramente su procedencia”, enumeraron.&nbsp;“El derecho a la huelga es sagrado y los consumidores exigimos un día sin compras para reivindicar nuestro derecho a consumir localmente, responsablemente”, afirmó, por su parte Carlos Ballesterosen una de sus columnas sobre Alterconsumismo.

Tomar conciencia sobre compras innecesarias

Green Friday, la contracara del Black Friday

Esta semana, precisamente el martes 19, se realizó en el predio “El Arraigo”, donado al Municipio por Pedro Etchevarne, el sexto Encuentro Agroecológico.&nbsp;La iniciativa fue llevada a cabo por la Municipalidad, la Fundación Fe Natural y el Instituto AgroTecnológico de Tandil (IAT) con el objetivo de fomentar la producción sustentable y el intercambio de conocimientos en agroecología, además de presentar a la comunidad el formulario de postulación para proyectos en "El Arraigo”.&nbsp;Rico en presencia, concurrencia y propuestas, la cita contó con la exposición de varias temáticas productivas por fuera del hacer “convencional”, en este sentido, pusieron al conocimiento de los presentes la Unidad Demostrativa Apícola (UDA) con sus 20 colmenas, la experiencia de Damián Colucci con producción de trigo agroecológico y la red de ensayos de papa con manejo agroecológico. Además, se recorrieron las instalaciones, infraestructura y huerta tanto del predio como del campo vecino “Monte Callado”.Si bien el abanico temático resultó consistente y atractivo, en esta oportunidad pondremos el foco en la investigación que vienen realizando desde el INTA Balcarce, poniendo en práctica nuevas técnicas de mejoramiento dirigido para uno de los cultivos más consumidos en la Argentina: la papa.&nbsp;Con el segundo año de experiencia en curso, los resultados constatan las grandes fortalezas de tres variables de este cultivo bajo un sistema de producción agroecológica.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/papa_agroecologia_1.jfif" alt="PAPA AGROECOLOGÍA - 2"><figcaption>En El Arraigo se realizó el 6to Encuentro Agroecológico junto a productores de trigo, miel y papas, entre otros alimentos.</figcaption></figure><h3 style="text-align:justify;">El resurgir de las especies</h3>Según relató la ingeniera agrónoma Ramona Palmieri, quien disertó en el encuentro realizado en El Arraigo, esta hazaña comenzó el año pasado con el área de Pro Papa en la Experimental de INTA Balcarce, coordinada por María Cecilia Bedogni. Fue a través de diferentes espacios participativos que han podido observar una clara demanda del sector papero sobre el conocimiento de algunas variedades de INTA que hace unos años se habían dejado de utilizar por cuestiones de mercado y eran más frecuentes en el sudeste. “Estas eran Newuen, Frital y Araucana”, detalló.A medida que esa demanda del territorio siguió en aumento, decidieron desde Pro Papa y la agencia de Extensión de Balcarce y Tandil comenzar a hacer estudios en campos de productores con estos tipos de cultivos y sus propiedades, que cumplían con las condiciones para realizar un manejo agroecológico.&nbsp;Entre esas características que pudieron obtener a través de los ensayos realizados en Otamendi, Balcarce y Tandil, confirmaron que tienen un buen comportamiento hacia el déficit hídrico, así como ante determinadas enfermedades, como la fitóftora. Además, comprobaron una buena y uniforme emergencia.&nbsp;La investigadora recordó que, justo en lo que fue la campaña del año pasado, ocurrieron dos eventualidades ambientales que pusieron en evidencia la buena recuperación de estas variedades. Una fue la aparición anticipada del bicho moro, una plaga casi devastadora y la principal del cultivo de papa; y otra fue una fuerte tormenta con caída de granizo en cercanías a Miramar que destrozó casi toda el área productiva.&nbsp;<blockquote>“Las plantas se recuperaron muy bien y eso fue un buen dato para nosotros, así comenzamos desde ahí con el rescate de estas variedades tratando de obtener información bien científica”.&nbsp;</blockquote><h3 style="text-align:justify;">Incorporación exitosa de bioinsumos</h3>Este año desde el INTA Tandil avanzaron en la articulación con empresas privadas de bioinsumos avalados por Senasa y por una certificadora orgánica. Así iniciaron con la utilización de microorganismos para continuar con el segundo de ensayo, incluso ampliando la red.&nbsp;Esto significa que, además de las áreas ya mencionadas, sumaron al Instituto Agrotécnico de Tandil (IAT) y a los productores agroecológicos Rancho Aparte y Cristian López. Por otro lado, incorporaron a otro productor convencional, con una superficie más amplia y variedades comerciales, para comenzar a trabajar con las combinaciones de fertilizantes orgánicos.&nbsp;Vale mencionar que en estas prácticas están colaborando los alumnos de segundo año de la Tecnicatura en Agroecología del IAT. “Ahí estamos realizando diseños en bloque, aleatorizados, con tres repeticiones, en cada tratamiento hay cuatro surcos de cinco metros cada uno donde uno es de testigo, sin que se realice nada, mientras que en los otros se aplican diferentes combinaciones de los bioinsumos”, explicó Palmieri, agregando que luego se procede a diferentes mediciones de laboratorio para analizar el suelo, capacidad de absorción del agua, contenido de clorofila y nitrógeno.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/ramona_palmieri.jfif" alt="RAMONA PALMIERI"></figure><h3 style="text-align:justify;">La papa agroecológica en agenda</h3>Hace dos semanas se llevó a cabo en la localidad de Luján el primer Congreso de Agroecología de la Provincia de Buenos Aires, allí estuvieron Ramona Palmieri y Laura Mulazzi exponiendo el proyecto de papas agroecológicas, que fue aprobado y seleccionado entre 30 de 250 trabajos científicos presentados.&nbsp;Cabe contar que el encuentro sucedió durante el viernes 8 y sábado 9 de este mes, y contó con la presencia y apertura a cargo del gobernador Axel Kicillof, además de&nbsp;diferentes referentes productivos, instituciones y organizaciones del sector, y la participación de unas 2000 personas.En su discurso, el mandatario distinguió que hace algunos años era “impensado” contar con lineamientos en materia de agroecología en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, distinguió que en la actualidad, gracias a las políticas públicas, fue posible realizar este Congreso que deja “en claro” el avance hacia la construcción de sistemas agroalimentarios sostenibles.&nbsp;<blockquote>“Ese modelo tiene que ser con valor agregado, con sustentabilidad ambiental, con ciencia y con innovación tecnológica: es decir, apuntamos a un cambio en el modelo de alimentación con soberanía nacional”, sostuvo Kicillof.</blockquote>“El Congreso fue más que interesante, resultó muy fructífero en materia de emprendimientos y proyectos que se están realizando en la Provincia, articulados con muchas instituciones y donde se puede ver la red de productores agroecológicos que se formó y están llevando alimentos a nuestras mesas”, analizó Palmieri.&nbsp;<h3 style="text-align:justify;">Dato de color: papas gourmet para la tele</h3>El año pasado, cuando avanzaban con la anterior campaña, recibieron el contacto de la producción del programa que llevan adelante en el canal Gourmet “los Petersen”, los conocidos hermanos que cocinan recetas caseras&nbsp;La comunicación fue porque estaban ideando una edición llamada “Papas y Carnes” que se emitiría a partir de julio y sabían que desde el INTA Balcarce trabajaban con productores que hacían manejo sustentable. Sabían de las variedades de papas con las que estaban ensayando y conocían de las propiedades culinarias que se destacan en dichos cultivos. “Son mucho más altas en materia seca, algunas sirven más para freír, otras para puré, y congeniaban muy bien con el concepto del programa, que además apuntaba a vincularse directamente con el productor”, señalóFue entonces que les enviaron las variedades en cuestión, las utilizaron para cocinar y dar a conocer la procedencia de esas papas.&nbsp;“Con esto creo que también se abrió un área de comercialización y visibilización de estas variedades y los productores de la zona”, celebró. De hecho, los hermanos Petersen volvieron a pedir este año contar con los tubérculos, así que con la próxima cosecha la intención es volver a abastecerlos.&nbsp;<h3 style="text-align:justify;">Características de las variedades con manejo agroecológico</h3><ul><li style="text-align:justify;">Newen: Buen comportamiento frente a hongos que provoca el tizón tardío. Materia seca alta. Muy buen rendimiento aún en condiciones extremas.&nbsp;</li><li style="text-align:justify;">Araucana: Resistente al PLRV (Virus del enrollamiento de la hoja de papa) y susceptible al PVY (enfermedad conocida como mosaico severo). Alta productividad. Adaptabilidad a distintos ambientes y sistemas productivos, buena conservación postcosecha.&nbsp;</li><li style="text-align:justify;">Frital: Hongos de suelo y golpes. Moderada resistencia. Tizón tardío. Resistente al PLRV y susceptible al PVY. Alta productividad y buen vigor inicial (emergencia uniforme).</li></ul>

Papas al rescate: producción agroecológica de uno de los cultivos más consumidos por los argentinos

El Palacio Sans Souci sobrevive en ruinas a estos tiempos, después de haber conocido épocas luminosas y oscuras. En más de 100 años a la casona le pasó de todo: fue residencia de los Santamarina; la expropió el gobierno peronista; funcionó una escuela agraria y el Instituto Superior de Enseñanza Rural que fue cerrado por la dictadura; se utilizó como centro clandestino de detención y tortura; y permaneció abandonada muchos años hasta que en 2001 se inauguró en sus inmediaciones el Instituto Superior de Formación Técnica 75. La corrosión del tiempo y de los innumerables saqueos que sufrió hicieron estragos en la construcción, donde los desechos y la vegetación avanzan a paso redoblado. Sin embago, un halo de misterio y de un pasado más afortunado recubre la casa, como si no fuera posible que el siglo XXI la haya alcanzado en franca decadencia. &nbsp;El año pasado, el gobierno provincial a través del Consejo Federal de Inversiones realizó un primer relevamiento y diagnóstico para la puesta en valor de la estancia Sans Souci, en cuyo predio se construye también un conjunto de viviendas que forma parte de un ambicioso desarrollo urbanístico ideado en el lugar.&nbsp;La construcción de viviendas en Sans Souci tiene el potencial de llegar a las 850 casas y el Ministerio de Hábitat y Desarrollo Urbano bonaerense está construyendo las 156 viviendas de la primera etapa junto con sus veredas, rampas, forestación y equipamiento urbano. El proyecto contempla también un jardín, una escuela secundaria, un playón deportivo y un Centro de Atención Primaria de la Salud. En total, tiene una superficie equivalente a casi 60 manzanas y el desarrollo de viviendas se hará en unas 16.&nbsp;La intención es que en el marco de este proyecto la enorme mansión vuelva a la vida, pero se necesita una onerosa inversión que se hace difícil en estos tiempos, tras los cambios en el Gobierno nacional y el corte en materia de obra pública, además de la profundización de la crisis económica que obliga a la Provincia a establecer otras prioridades. &nbsp;&nbsp;&nbsp;

De estancia lujosa a centro clandestino de detención, la odisea de recuperar el Palacio Sans Souci

Alboreaba el último siglo cuando Tandil vio por primera vez las "cintas de biógrafo" del cine mudo. Hasta entonces, las imágenes que se conocían eran las que quedaban impresas en placas metálicas convenientemente preparadas -llamadas daguerrotipos- las que eran obtenidas con las cámaras oscuras manejadas por los italianos Pedro Momini primero y Carlos Pierrone después, a fines de la segunda mitad del ochocientos. O con el sistema heliográfico primitivo de fijación con ácido nítrico en placas de vidrio o de peltré recubiertas con betún de Judea. Antes de que los adelantos químicos y ópticos llegaran a la época del celuloide o del acetato de celulosa.Más tarde, a poco de haber sorprendido al mundo las "vistas" crono fotográficas originadas en Francia, llegaron las primeras de ellas a Tandil, impregnando las retinas de nuestra gente de principios del siglo pasado con la ilusión del movimiento por la sucesión rápida de una serie de fotografías, de objetos y personas moviéndose. Y fue el vecino Nemesio Eguinoa, español recién llegado e integrante de la Comisión Directiva de la Sociedad Española de S.M., quien en el invierno de 1901, luego de ver la novedad en un cafetín de Buenos Aires, trajo el primero de esos aparatos con la intención de proyectar las imágenes en movimiento en el Teatro Cervantes de la mencionada entidad.&nbsp;Con la colaboración de Gabriel y Rafael Valor, escenógrafos de la sala teatral, fue puesta en marcha la máquina. Después, tomada la novedad como negocio, surgieron dos empresarios que instalaron su propio biógrafo en bares y confiterías de la época. El primero de ellos, allá por el año cuatro, fue Pedro Mangiarotti -precursor también de los autos de alquiler- en su bar "Americano", instalado en Rodríguez al 500, al lado del cine Cervantes, donde estuvo después la confitería Rex.&nbsp;Dos años más tarde, José Salsamendi y Bautista Etcheverri instalaron un aparato similar en su bar "El Moderno", ubicado donde solía estar la tienda "La Capital" y hoy se encuentra Only One, en la esquina de San Martin y 9 de Julio. Este último, con la particularidad de que con un dispositivo especial le otorgaba un color azul a las imágenes.<section class="noteSuggested" data-id="129015,128919" data-title="Puede interesarte"></section>Las "vistas" eran mudas, sin letreros y sin explicaciones. Las imágenes solo se movían, teniendo el público que adivinar lo que decían los personajes de la ficción y hacer esfuerzos para entender la trama del film que se proyectaba sobre un bastidor de 1,40 x 1,40, porque la máquina no daba para más. No obstante, principalmente los sábados y domingos a la hora del té o entrada la noche la del copetín, se reunían las familias para disfrutar de las funciones.Cuando en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, el biógrafo de la calle 9 de Julio ofrecía noticiosos del enfrentamiento armado, preparados&nbsp; por&nbsp;el&nbsp; fotógrafo Carlos Pierrone con reproducciones fotográficas de lo que informaban diarios y revistas de Buenos Aires y otras partes del mundo.Después fueron incorporándose otros adelantos a las concurridas veladas de cine silente, como un par de billares que agregó Mangiarotti en su sala para matizar los intervalos entre cinta y cinta y un fonógrafo que colocaba a un costado del proyector mediante el cual se pasaban grabaciones adecuadas a la cinta que se exhibía; aditamento éste que le daba al espectáculo un realce relevante.&nbsp;Eran sonorizadas también con discos de pasta o con el acompañamiento en algunos pasajes de un piano al ritmo de las imágenes que introducía como novedad "El Moderno". Más tarde fue incorporado para mejorar el sonido difícilmente sincronizado, el conjunto orquestal que tenía a Del Fresno como pianista, a Nielsen en contrabajo, a Crespi en violín y a Carnevalli en flauta.Proyectaban las cintas ambas confiterías, cada una en su local, hasta que surgió un grave inconveniente relacionado con el&nbsp; consumo de electricidad que era tan importante que cuando ambos proyectores trabajaban a la vez, buena parte de los hogares equipados con instalación eléctrica, quedaban prácticamente a oscuras por la caída de tensión.&nbsp;Fue así que ante reclamos del vecindario, ambos empresarios se pusieron de acuerdo para programar sus funciones en forma alternada, a razón de uno por día o en horarios distintos.En 1913, como consecuencia de un incendio, quedó destruido "El Moderno". Adquiridas las instalaciones por los señores Colombo y Bidone, fue reconstruido el edificio continuando con el biógrafo. Dos años más tarde Colombo se retiró de la sociedad quedando al frente de la confitería Bidone, quien denominó al negocio "Cine Bar Americano".&nbsp;Fue el momento que coincidió con la finalización del cine mudo y el comienzo del sonoro y parlante. A partir de entonces, ir al cine era una fiesta. Sobre todo cuando en 1923 el "Americano" se trasladó a su lugar tradicional de Rodríguez 636 y comenzó a exhibir los primeros films de cow boys.Los anuncios se hacían mediante volantes que se repartían casa por casa y cuando llegaba alguna película nueva, para que la gente de los barrios alejados al centro se enterara, la comunicación se hacía a través de bombas de estruendo.Todo iba cambiando con el tiempo, con excepción del precio de la entrada que de cinco centavos fue fijado en diez. Pero siguió incluyendo, durante mucho tiempo, como en la época del biógrafo, un cucurucho con maníes.&nbsp;

El recuerdo de los primeros cines de Tandil

Cuando la entrada al cine en Tandil costaba 5 centavos e incluía un cucurucho con maníes

SILVIA VIVIANA D’ALFONSO<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/silviadalfonso.png" alt="SilviaD'Alfonso"></figure>Falleció el 30 de octubre de 2024, a los 66 años. Nació en Coronel Suárez el 16 de julio de 1958.“El 30 de octubre, el alma de mi hija Silvia Viviana D’Alfonso dejó este mundo y subió a los cielos. Fuimos sus padres Antonio Héctor y Elvira Isabel Rossler, y sus hermanos fueron Héctor Eduardo y Diego Emilio D’Alfonso.Silvia había nacido el 16 de julio de 1958 en Coronel Suárez, lugar en el que residíamos en ese entonces. Sus estudios primarios los cursó en el Colegio de Hermanas de dicha ciudad e hizo el secundario en la Escuela Normal de Azul. Se recibió de Profesora de Bellas Artes, tuvo alumnos particulares y desarrolló su amor por el arte, la pintura, las manualidades y el canto, primero en el conjunto coral Agua Clara y, después, en el Grupo Matices, ambos de Azul. Trabajó en farmacia muchos años sin abandonar sus inquietudes artísticas.Inteligente, inquieta, alegre, tenaz, le gustaba cocinar, hacer deliciosas tortas, viajar y salir de vacaciones en familia.A su tiempo, fue madre de crianza de tres varones a los que ayudó a crecer y hoy son hombres de bien que la honraron con la mejor palabra: “Mamá”. A su vez, tuvo a su propia hija, a la que llamó Manuela, conformando así, con su esposo Miguel Font, una familia armoniosa.Después, vinieron los nietos, en los que puso su mejor amor y se recibió de abuela.Hija querida, qué breve fue tu paso por esta vida. Por tu capacidad para enfrentar y resolver situaciones te encuentro semejanza con un árbol noble, de raíces bien profundas y sólido tallo que a su tiempo dio frutos, aportó material a tu techumbre, leños para entibiar el hogar, mesa para el pan y maderas para la cuna.Hoy el dolor invade el corazón de padres, hermanos y demás familiares por esta tristeza recién nacida que, no obstante, nos permite agradecer a nuestras amistades todas las condolencias, apoyo y cariño brindado en circunstancias tan aciagas.Plantaré un arbolito a tu memoria para que todas las primaveras reverdezcas en flores de recuerdos queridos.Adiós, hija querida. Que Dios te dé paz eterna”.Familia D’Alfonso&nbsp;JOSEFINA RODRÍGUEZ &nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/josefinarodriguez.jpg" alt="JosefinaRodríguez"></figure>Nació el 29 de enero de 1941. Murió a los 83 años, el 14 de noviembre de 2024.“Una estrella más brilla fuerte y en lo alto del cielo.¡Hay tanto que recordar que siempre vas a estar presente en nuestros corazones!Nos hiciste el regalo más hermoso e importante: la familia.¡Te amamos! Tus hijas, tu marido, nietos/as, bisnietas/o, yernos, hermana, sobrinos y amigos”.&nbsp;HUGO RAÚL COLLADO<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/hugocollado.jpg" alt="HugoCollado"></figure>Nació en Tandil el 4 de diciembre de 1943. Falleció a los 80 años, el 21 de octubre de 2024.“Fue hijo de Isidoro Collado y Faustina Martínez, y el menor de diez hermanos. Se casó con Ana Cristina Bertini, él con 22 años, ella con 19 y fue padre de 4 hijos: Daniel, Alberto, Cecilia y Belén. Abuelo de 7 nietos, tuvo 4 bisnietos.Miembro de una familia muy humilde. Vivió toda su infancia cerca del Club Talleres, en el cual durante varias temporadas jugó al fútbol, deporte que amaba profundamente. En el fútbol estrechó lazos con amigos que lo acompañaron durante toda su vida. Además de compañeros de viajes, risas y aventuras.Trabajó desde pequeño hasta que encontró su lugar entre cámaras y parches. Fue gomero, labor que desarrolló hasta 2011 con gran trayectoria. Trabajó durante muchos años en la gomería Montejo, luego tuvo su propio emprendimiento sobre avenida Colón y, finalmente, instaló su propio taller en San Lorenzo al 1.100, donde también construyó su vivienda de la mano de su familia.Fanático de la pesca, el Turismo Carretera y el Rojo de Avellaneda, su querido Independiente. Pasiones que supo contagiar a hijos y nietos. Amante también del tango, la radio y el buen comer.Hombre de pocas palabras y muchas acciones. A veces parco, pero siempre solidario. De trabajo, que hizo frente a las adversidades de la vida con empeño y dedicación.&nbsp;

Necrológicas

¿Alguna vez se han planteado el superpoder de las cáscaras de huevos, de los restos de frutas o verduras u otros alimentos que tiramos? ¿O se cuestionaron el espacio que ocupan esos restos en la bolsa de basura y lo que, a su vez, estas bolsas significan para un basural?Sin compostar, el potencial de esos descartes orgánicos para volver a la tierra se desperdicia; mientras que se favorece al impacto ambiental y social provocado por su descomposición en combinación con otros residuos.La propuesta, más allá de implementar la cultura del reciclaje en los domicilios, apunta a crear nuevas matrices y, así, sistemas efectivos de tratamientos de todo los consumos y residuos que generan los seres humanos para lograr ciudades saludables.&nbsp;Desde este esquema, uno de los referentes en materia de compostaje, Mario Parodi, planteó&nbsp;que lo “maravilloso” es que cualquiera lo puede hacer, ya sea en un balcón, patio, quinta o campo, e incluso de manera comunitaria como ya lo han logrado en algunos barrios de Tandil.&nbsp;“Cada una de las ocho millones de personas que habitan nuestro planeta puede, y debería hacerlo”, aseguró.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/compost_mario_parodi.jfif" alt="Compost Mario Parodi - 1"></figure><h3 style="text-align:justify;">Cuatro factores clave</h3>Parodi es ante todo chipeador y divulgador empedernido de la cultura del compostaje. Desde su punto de vista y trayectoria,&nbsp;son cuatro los factores determinantes como indicadores de salud de una ciudad, considerando la transformación de los residuos.&nbsp;En primer lugar, propuso entender lo que ocurre en cada hogar, en cada lugar donde hay una cocina, donde se limpia el mate o se prepara un jugo o se hace una sopa. Son espacios donde generalmente va todo a una bolsa negra, con otro tipo de residuos que generan contaminación cruzada. “Eso sigue ocurriendo, no vemos lo que estamos tirando en esa bolsa. Así durante horas, muchas veces en lugares con calefacción, se produce una contaminación imperceptible a la vista”, especificó.&nbsp;El segundo factor es el costo y el impacto tanto ambiental como económico del traslado de todas esas bolsas a los cinco mil basurales que tiene la Argentina. A raíz de esto, aseguró que también se producen conflictos sociales.&nbsp;<section class="noteSuggested" data-id="128626,128250,127782" data-title="Puede interesarte"></section>El tercer punto consideró “también tremendo”, porque se están enterrando nutrientes y, de esta manera, nos estamos privando de contar, a través de un proceso de compostaje, con nutrimentos kilómetro cero (KM0) que generarían alimentos con cierta trazabilidad y valores nutricionales altísimos. “Todo eso no lo estamos aprovechando y ahí podemos hablar de un impacto social, ambiental y económico totalmente negativo”, enfatizó Parodi.Con el cuarto factor se refirió a todo lo que estamos desperdiciando en cuanto a la cultura del compostaje, viéndolo desde la reeducación. “Sabemos que para que se modifiquen estos paradigmas, lo principal es tener un panorama y un plan educativos, donde se identifique que la cultura del compostaje además nos relaciona con otras artes y oficios. Esto marca a la salud de toda la comunidad”, explicó.&nbsp;Por eso, señaló que hablar en términos de salud es nada más y nada menos que abrirnos paso como comunidad a nuevas matrices y nuevos sistemas de&nbsp; recolección de residuos, educativos, de comunicación y de alimentación, que a su vez conectan con otras.<h3 style="text-align:justify;">Hacer cultura</h3>Las personas tiramos aproximadamente un kilo de basura por día, más de la mitad es orgánico y podría usarse para abono natural. Nos quedan, entonces, dos opciones a barajar. Una es sacar lo que consideramos basura a la vereda en la misma bolsa que los demás residuos, ocupando lugar en el relleno sanitario, demandando más espacio para seguir enterrando basura e incrementando además la producción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y su concentración en la atmósfera, con todas las consecuencias subsiguientes. La otra opción es compostar.Los desechos orgánicos son el mayor problema de contaminación del mundo: en los rellenos sanitarios generan gases de efecto invernadero e impiden aprovechar los plásticos, metales y vidrios. Cuando se composta, se reciclan esos orgánicos. Una acción que produce un verdadero cambio y se puede hacer en el hogar o comunitariamente.De hecho, Parodi trabaja a diario para poder transmitir sus conocimientos y hacer del compostaje una práctica sencilla, para que nadie pierda el entusiasmo a lo largo del camino.&nbsp;Vale mencionar que es cocreador del Mes del Compostaje, que ya lleva 11 años de celebración con adhesiones de 22 provincia, también es cocreador del Compost Tour que recorrió ya seis regiones en un año, e integra Nación Compost, La Qompostera, Cultura Compost Patagonia y Formosa, entre otras acciones.&nbsp;<blockquote>“Me gusta decir que probablemente sea la única actividad cotidiana que los ciudadanos pueden hacer con resultados tan contundentes, reduciendo a la mitad la bolsita de basura que se saca y consecuentemente lo que se lleva a los cinco mil basurales que tenemos en Argentina actualmente y, como si fuera poco, a la vez generar el abono para producir el propio alimento o la propia energía”, enfatizó.</blockquote><h3 style="text-align:justify;">Transformar los residuos</h3>Si bien el compostaje es una práctica ya expandida y conocida, es importante detallar su función y funcionamiento. Desde la Estación Experimental Agropecuaria del Área Metropolitana de Buenos Aires del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA AMBA) brindaron una sencilla y clara definición para entenderla: “Es un proceso mediante el cual se transforma a los residuos orgánicos en abono, una enmienda ideal para enriquecer y reactivar el suelo de nuestra huerta, jardín o cantero”.La naturaleza organiza su propio ciclo de vida. Por ejemplo, cuando en el bosque, en otoño, las hojas de los árboles caen al suelo, junto con trozos de ramas, excrementos de animales o hierbas, pasan a una fase de descomposición en la cual intervienen muchos elementos como son, el frío, el calor, el agua, el sol, las especies vivas.Eso se transforma en humus, dando lugar a una tierra de color oscuro con un característico olor a tierra de bosque, y contribuye así a la continuidad del ciclo de vida de las especies vegetales que, a su vez, alimentarán a los animales. Es por esto que los desperdicios orgánicos no se tienen que considerar como un residuo inútil, ya que es un recurso muy valioso porque una vez transformado en compost, contribuye a la continuidad del ciclo de la materia.El compost tiene, además, un valor añadido frente a los fertilizantes, porque si bien ambos aportan los nutrientes necesarios a la tierra, sólo el compost mejora la estructura de la misma.&nbsp;Todo lo que resulte de ese proceso logrado entre nuestros restos orgánicos y el trabajo de las lombrices californianas servirá no solamente para iniciar la siembra o trasplante con una tierra nutrida, sino que permitirá abonar más adelante, darle mejor cobertura al suelo, salud a los cultivos a medida que crecen y como si fuera poco, reducir nuestros residuos en gran cantidad y evitar que se vayan al relleno sanitario, ya que si bien en muchas ciudades hay recolección diferenciada, en Tandil todavía no.&nbsp;Un dato no menor es que del total de los residuos sólidos urbanos, el 17 por ciento pertenecen a papel y cartón, y un 50 por ciento a residuos orgánicos.&nbsp;<h3 style="text-align:justify;">¿Qué sí y qué no?</h3>Desde el INTA, el ingeniero agrónomo y asesor técnico Agustín Colson remarcó que es clave el primer paso de separación de residuos: húmedos (“verdes”) y secos (“marrones”). No se deben utilizar: restos de comidas elaboradas, condimentadas o cocidas, productos lácteos, carnes, grasas, huesos, papeles o cartones con tintura, pañales, pañuelos de papel o de uso para higiene, estiércoles de mascotas o plantas o maderas con tratamientos químicos.En un primer paso, sugirió mantener una relación entre materiales marrones y verdes de al menos 2:1: “Es decir dos partes de marrón por una parte de verde. Aunque esto en composteras domiciliarias pequeñas puede ser difícil de lograr, en cuyo caso podremos mantener una relación 1:1 teniendo en cuenta que deberemos estar más atentos a la aireación del compost, ya sea revolviendo más a menudo o aportando lombrices”, aclaró.Asimismo, indicó posible utilizar la técnica de “lasagna” para ajustar esta proporción, es decir ir aplicando en capas sucesivas y alternadas materiales verdes y marrones.El técnico del INTA AMBA recomendó que debe estar húmedo pero no saturado (60 por ciento). “Si uno aprieta un puñado entre sus manos debería asomar alguna gota entre los dedos, sin que se produzca chorreado”, ejemplificó. Es clave la aireación que se logra con una correcta proporción de materias, con volteos o mezclado y con la ayuda de lombrices.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/compost.jpg" alt="compost"></figure><h3 style="text-align:justify;">¿Cómo compostar en casa?</h3><ol><li style="text-align:justify;">Elegir un lugar adecuado para preparar una pila o colocar un cajón o un tambor. Puede ser bajo un árbol que brinde sombra en verano y sol en invierno, lo que mantendrá una temperatura sin cambios bruscos.</li><li style="text-align:justify;">Preparar una capa gruesa (15 cm aproximadamente) de ramas o abono tosco en la base para favorecer el drenaje.</li><li style="text-align:justify;">Disponer una capa delgada (5 cm aproximadamente) de materiales orgánicos verdes producidos en la cocina y residuos como hojas y desechos de verduras.</li><li style="text-align:justify;">Aquí se sugiere incorporar un manto de tierra, si es negra mejor, porque ayuda a madurar el proceso.</li><li style="text-align:justify;">Cubrir con una capa de orgánicos con menor nivel de nitrógeno (como hojas secas, paja, papel) asegurándose de no dejar expuestos desperdicios de alimentos. &nbsp;La proporción recomendada es de 3/1.</li><li style="text-align:justify;">Humedecer bien y repetir el proceso hasta la altura adecuada (1 m aproximadamente)</li></ol><h3 style="text-align:justify;">Reglas de oro del compostaje domiciliario&nbsp;</h3><ol><li style="text-align:justify;">Recipiente con un buen drenaje sobre una bandeja que recupere líquido</li><li style="text-align:justify;">Echar residuos vegetales, crudos, troceados, no grasos y no condimentados</li><li style="text-align:justify;">Sumar residuos secos y remover si no hay lombrices</li><li style="text-align:justify;">Chequear que esté húmedo pero no mojado</li><li style="text-align:justify;">Mantenerlo a la sombra y en un lugar fresco</li><li style="text-align:justify;">Observar y disfrutar de la alquimia de la naturaleza</li><li style="text-align:justify;">Cosechar abundancia y sembrar</li></ol><h3 style="text-align:justify;">Derribando excusas</h3><ol><li style="text-align:justify;">No necesitás tener un gran espacio para una compostera. Algunas entran en un balcón o rincón de la cocina.&nbsp;</li><li style="text-align:justify;">El compost no tiene olor. Si lo tiene es porque hay que disminuir la humedad con aserrín, papel o cartón.</li><li style="text-align:justify;">Las personas tiramos aproximadamente un kilo de basura por día: más de la mitad es orgánico y podría usarse para abono natural</li></ol>

Convertir la basura en tierra: la importancia del compostaje para la salud de una ciudad

Históricamente, los agricultores y tradiciones campesinas experimentaron con plantas silvestres para su uso como repelentes, intercalándolas entre las hortalizas, o plantando aromáticas en los bordes de los cultivos, en las entradas de las casas e incluso en el interior de los hogares.La asociación de cultivos compatibles es una forma de cuidar las vegetaciones de las plagas, favorecer su potencial en crecimiento, beneficiar al ecosistema y, como si fuera poco, protegernos a nosotros mismos de algunos insectos.&nbsp;<section class="noteSuggested" data-id="128626,127790,127385" data-title="Puede interesarte"></section>Moscas, mosquitos y jejenes se multiplican en verano, más allá de vaciar los recipientes acumuladores de agua, hay otras acciones que pueden surtir efecto. Desde el programa Prohuerta de la Estación Experimental Agropecuaria del Área Metropolitana de Buenos Aires del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA AMBA) aportaron herramientas para el manejo y buen aprovechamiento de los cultivos para alejar los mosquitos de nuestro lado.La idea es crear asociaciones de plantas beneficiosas que protejan a los cultivos de plagas, ahuyentándolas o favoreciendo el desarrollo de sus predadores.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/plantas_repelentes_1.jpg" alt="Plantas repelentes - 2"></figure><h3 style="text-align:justify;">Aromas y colores</h3>Las plantas aromáticas no solamente son útiles para utilizar en la cocina, sino que su perfume embellece los ambientes y de acuerdo a sus propiedades, son eficaces en ahuyentar bichitos que no queremos tener cerca y atraer otros que sí.Por su parte, también hay plantas ornamentales que gracias a sus vivos colores son capaces de generar el mismo efecto repelente.&nbsp;Esto sucede porque, en el caso de los mosquitos, por ejemplo, existen ciertos aromas que les desagradan y justamente, ciertas plantas despiden esa información capaz de mantenerlos alejados. Vale decir que estos insectos son atraídos por diferentes factores, como el dióxido de carbono que emitimos al respirar, el calor corporal y ciertos olores.&nbsp;En el juego de evitar las picaduras, las siguientes plantas se convierten en aliadas indispensables para disfrutar del verano sin interrupciones ni molestias. Pero hay que tener cuidado, ya que también existe una asociación de cultivos perjudicial, debido a la incompatibilidad de ciertas plantas cuya combinación aumenta la competencia por los recursos existentes y favorece la proliferación de las plagas.<h3 style="text-align:justify;">Qué plantar y para qué</h3><ul><li style="text-align:justify;">Clavel chino: No solo adorna los jardines con su elegante presencia, sino que también despliega un poder repelente contra moscas y mosquitos. Sus flores duraderas, que resisten todo el verano, son la solución perfecta para mantener alejados a estos molestos insectos, ya que su aroma les resulta insoportable.&nbsp;</li><li style="text-align:justify;">Lavanda: Una planta ideal incluso para interiores luminosos con poco riego. Su fragancia distintiva mantiene a raya a moscas, tábanos y mosquitos.&nbsp;</li><li style="text-align:justify;">Geranio limón: Su aroma a limón es muy eficaz para ahuyentar mosquitos. Un plus de esta hermosa planta, es que su aceite esencial mezclado con el de almendras puede proteger la piel de las picaduras.</li><li style="text-align:justify;">Citronela: Conocida por su aroma cítrico y por sus propiedades repelentes de insectos, es una opción popular gracias a su distintivo aroma a limón y sus propiedades efectivas en ahuyentar bichitos. Rrequiere pocos cuidados y ofrece una protección duradera.&nbsp;</li><li style="text-align:justify;">Albahaca: Cercano a tomates y pimientos, atrae polinizadores incrementando la producción del cultivo. Ahuyenta moscas y mosquitos, plantadas cerca de puertas o ventanas, ya sea en el suelo o en macetas, evita el ingreso de estos insectos al hogar.&nbsp;</li><li style="text-align:justify;">Melisa: atrae polinizadores a la vez que ahuyenta mosquitos, mosca blanca y otros insectos. Debe reservarse para el borde exterior del huerto, pues es muy invasora.</li><li style="text-align:justify;">Menta: Otra de las plantas que ahuyentan mosquitos es la menta, y además se puede usar para aliviar las molestias de sus picotazos si se usa en forma de aceite.&nbsp;</li></ul><figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/plantas_repelentes.jpg" alt="Plantas repelentes - 1"></figure><h3 style="text-align:justify;">Otros repelentes naturales</h3>El eucalipto no solo es conocido por su agradable aroma, sino que también actúa como un eficaz repelente natural de insectos. Preparar una solución de las hojas de este árbol puede ser una manera simple y efectiva de mantener alejados a los bichos. Su fuerte aroma actúa como un disuasivo natural para insectos, incluyendo mosquitos y moscas. Además, también puede tener propiedades antibacterianas y antivirales, lo que añade un beneficio adicional al ambiente.Por su parte, la Chamaemelum nobile, comúnmente conocida como manzanilla y tan floreciente por estos meses de primavera y verano, es otro repelente ideal para los mosquitos.&nbsp;

Usar plantas repelentes en el jardín

Por: Gonzalo LoisiLa protagonista de este relato es mi abuela materna, quien actualmente tiene 85 años. Ella me contó una pequeña historia que se remonta a la ciudad de Tandil en 1959, cuando tenía 20 años.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/loisi.jpg" alt="loisi"></figure>Me explicó que el momento más importante de su vida fue cuando, junto a otros familiares, construyeron la casa de su madre (mi bisabuela). Quienes ayudaron en la obra, además de mi abuela, fueron mis tías, tíos, sus hermanos y mi abuelo, cada uno con un rol para hacer realidad esa casa. El objetivo era que mi bisabuela tuviera su propia vivienda antes de llegar a una edad avanzada.Durante la construcción, no hubo daños ni problemas graves que complicaran el proceso, salvo un gran retraso ocasionado por el robo de todos los artículos de electricidad, lo que demoró la finalización de la obra. Sin embargo, meses después, lograron terminar la casa.<section class="noteSuggested" data-id="128542,128115,127715" data-title="Puede interesarte"></section>Una vez finalizada, tanto mi bisabuela como sus hijos (mis abuelos y tíos/as) vivieron allí durante varios años. Permanecieron en esa casa hasta que, cinco años después, mi abuela y mi abuelo decidieron mudarse a otra vivienda, ya que, como toda familia, deseaban tener su propio hogar. Finalmente, mis abuelos compraron su casa.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/historias_de_familias.jpg" alt="historias de familias - 1"></figure>Lo último que me contaron es que la casa de mi bisabuela se mantuvo en pie durante algunos años más, hasta que, lamentablemente, ella falleció hace 20 años. Después de un tiempo, la casa fue vendida y transformada en un complejo habitacional.

La casa propia

Siempre tiene que dar el corazón si uno vive su propia historia y no la de otro. Elisa Concetti -86 años, porte impecable- vive su propia historia, que involucra un amor de más de 20 años y una vivienda mítica de Tandil.La casa “china”. La construcción que se levanta en la esquina de avenida Alvear y Callao está impregnada en el imaginario de toda la ciudad. Yendo para el Dique, sus tejados y formas despiertan la atención de locales y visitantes. Única en su estilo, fue construida a comienzos de los años 70’ por Juan Carlos “Coco” Rodríguez para Elisa, de quien habla esta nota.<section class="noteSuggested" data-id="128637,128312,127395" data-title="Puede interesarte"></section>Para empezar a narrar esta historia, hay que retroceder 60 años. Elisa y Coco se conocieron a mediados de la década de 1960 en la recordada confitería Norma. La primera vez que la vio, bailaron y él le dijo: “Me voy a casar con vos”.&nbsp;Ella no lo conocía, pero le gustó ese joven tan decidido y aplomado, que dejó caer esas seis palabras con la determinación de quien tiene una fe extraordinaria en el futuro. Coco se había iniciado en el mundo del trabajo en un taller chapista y llegó a ser gerente de General Motors, cuando la multinacional tenía sede en Tandil. Tiempo después puso una fábrica de casillas rodantes. Era hábil y trabajador.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/casa_china_en_av_alvear_5.JPG" alt="Casa China en Av Alvear - 6"></figure>“Pasó el tiempo, él siempre que iba a algún lado bailaba conmigo, no bailaba con otra, pero éramos amigos”, compartió Elisa en conversación con Perspectivas. Sentada en un sillón de su casa, vestida con una remera rayada, jean y zapatillas plateadas, su rostro vuelve a tener 20 años al recordar los inicios de un amor que la hizo muy feliz y le dio dos hijos, Gabriela y Carlos, testigos de la charla.&nbsp;<blockquote>“Mi familia tenía fábrica (de piezas de metalmecánica) y él trabajaba en General Motors. Un día iba con un primo que había venido de Buenos Aires, un primo hermano mío, que me llevaba de la espalda y justo sale él de General Motors y me ve, ve que yo iba abrazada de otro. A la tarde salí de la fábrica y fui con mi compañera de trabajo, una amiga -íbamos siempre a tomar algo-, a dar una vueltita al centro. Y ese día, vemos que él viene en un auto amarillo, se mete en contramano por 9 de Julio y para. Me dijo que tenía que hablar conmigo. Nos encontramos y hablamos. Me preguntó si tenía novio. Le dije que no. ‘¿Quién te llevaba del hombro?’, me preguntó. Le dije que era un primo mío que había venido de Buenos Aires y entonces ahí me dijo que quería ser mi novio. A mí me gustaba y se notaba que él gustaba de mí, ¿viste? Y nos hicimos de novios”, relató Elisa.</blockquote>El noviazgo duró tres años. Coco era amoroso, atento, le hacía regalos, se portaba bien con su familia. Y quería hacerse una casa. El sueño de toda una generación. Para ello, había comprado un lote en la avenida Alvear, donde en ese entonces no había casi nada.&nbsp;“Yo le dije ¡ay, qué feo lugar! Pero Juan Carlos me decía ‘vas a ver cómo se va a poner’. Y me dijo que quería casarse con la casa hecha. Yo le creí hasta por ahí nomás. Entonces dejamos de andar de novios. Nos vimos dos veces en cuatro años. Me miraba bailando y se iba”, detalló.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/casa_china_en_av_alvear_9.JPG" alt="Casa China en Av Alvear - 10"></figure><h3>Las vueltas de la vida</h3>Sin saber nada más de él, Elisa continuó con su vida y siguió trabajando en la empresa familiar. A principios de los 70, iba con una prima hacia la zona del Dique y cuando subían por Alvear, Coco reconoció el auto y les hizo señas de que frenaran. No le hicieron caso, pero a la vuelta el tenaz muchacho se paró de golpe en el medio de la calle y las obligó a detenerse.&nbsp;Les mostró la casa. Estaba colocando los faroles y le dijo: “Esta casa es para vos”. Ella se quedó helada, sin acusar recibo.&nbsp;“Después yo iba a aprender cocina en la Escuela 7 y veía que pasaba con el auto, pero no lo miraba. Y un buen día, era para Pascua, me dice mi amiga que él estaba esperándome afuera. Me doy vuelta y me llamó con la mano. Quería hablar conmigo, pero le dije que fuera a mi casa si quería hablar”, prosiguió.Cada uno fue en su propio auto hasta la casa de los padres de Elisa, que se había convertido en un manojo de nervios y alegría ante el regreso de ese novio esquivo.“Yo siempre lo quise a él, pero nunca pensé que iba a volver. Y cuando fue a hablar a la puerta de mi casa me dijo que se quería casar”, contó.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/elisa_concetti_5.jpg" alt="Elisa concetti - 2"></figure>“Ahora tengo todo lo que quería para vos. Tengo la casa, tengo el televisor y tengo el auto en la puerta. Pero yo me quiero casar en quince días”, le dijo Coco a su antigua novia, con el mismo desparpajo con el que la había abordado años atrás.Volvía después de 4 años. Elisa le puso condiciones: casarse por iglesia y que hablara con sus padres al respecto. “Habló con mi papá y mi mamá, cruzó enfrente donde estaba mi hermano, y nos invitó a comer una picada. A mí me regaló un chalet chino de cerámica con sake. Y a mi cuñada un ánfora con licor italiano”, agregó.En quince días, Elisa y Coco se casaron por civil y ante Dios. Era el año 1972 y se mudaron a la casa “china”, en la que aún sigue viviendo.&nbsp;Y rememora: “La casa estaba completa hecha, con todo, los muebles, todo. Lo único que no tenía era el juego de comedor, que me lo regalaron mi papá y mi mamá. Después nos fuimos de viaje a recorrer todo el Norte. Y cuando yo quedé embarazada, se me apareció con una caja que adentro tenía una cunita de nene, un muñeco. Era lo más cariñoso y lo más bueno que podía haber. Lástima que duró 23 años nada más”.Sólo la muerte pudo separarlos. Coco falleció en 1995, a los 59 años. El cortejo fúnebre tenía seis cuadras de fila. Elisa no volvió a enamorarse. No quiso, porque lo vivió junto al amor de su vida fue “una historia hermosa”.“Yo hubiera querido que estuviera ahora, porque tenía un carácter súper alegre, súper divertido”, expresó con añoranza en medio de la charla, mientras su mirada se perdía en los recuerdos que atesora, consciente de su suerte.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/casa_china_en_av_alvear_2.JPG" alt="Casa China en Av Alvear - 3"></figure><h3>Una casa oriental&nbsp;</h3>La famosa casa “china” de Tandil no respeta un estilo tradicional porque en la edificación intervienen diferentes estéticas. Se encuentra entre tres calles y el jardín tiene además detalles japoneses, chinos y budistas. Su atractivo radica en lo ecléctico de su forma. Permanece así, inclasificable y singular.&nbsp;Es habitual que los curiosos toquen timbre y pregunten si ahí viven chinos. “No, somos de apellido Rodríguez”, desafía entre risas Elisa.&nbsp;Ella y sus hijos, Gaby y Carlos, están acostumbrados a que los extraños tomen fotos del exterior y que les pidan las instalaciones como locación para sesiones fotográfica de novias y quinceañeras. Hasta les piden pasar, infructuosamente.&nbsp;La construcción está dividida en dos partes. Primero se construyó el ala ubicada sobre la esquina, donde se conserva la estética oriental que tanto le gustaba a Coco. Muebles pintados a mano, adornos, todo remite a un universo lejano a las sierras. Las geishas japonesas se mezclan con coloridos dragones chinos. En esa parte reside Gaby junto a su pareja y su perra.&nbsp;Décadas atrás, la madre de Elisa les regaló el lote lindero y la casa se fue ampliando. El sector donde transcurre la conversación era originalmente el quincho. Luego hicieron, para unir las construcciones, una habitación con baño en suite que Elisa conserva como su dormitorio. En la parte más nueva vive Carlos, dedicado al diseño gráfico, la docencia y a estudiar distintas filosofías de vida. Su parte de la casa representa fielmente su estilo.¿Por qué Coco eligió el estilo oriental para la casa de sus sueños? Una tarde, un pino que se hallaba camino a la Escuela Granja le llamó la atención. Recordó una foto de Oriente en una revista y algo se encendió en él en ese momento.&nbsp;<blockquote>Elisa explicó: “Para aprender compraba libros chinos y cuando hizo la casa, hizo venir a un techista de Mar del Plata, le pagó el hotel y todo. Hizo los tres techos. Y compró todos los muebles, tapices y adornos con esos motivos. Cuando él murió vendí y cambié algunos muebles porque me hacían mal".&nbsp;</blockquote><h3>Valieron como el más largo amor</h3>Elisa recuerda los 23 años que estuvo casada como “maravillosos” y enfatizó: “He tenido una vida hermosa”.Constituían una pareja que disfrutaba y se llevaba bien sin mayores problemas, se ponían de acuerdo con facilidad. Él tenía un carácter afable y divertido que lo hacía sobresalir en todas partes. Ella no se queda atrás. A sus 86 años conserva un espíritu inquebrantable y una sonrisa a flor de labios. Coqueta y elegante, posó risueña para las fotos, se lamentó por no poder comer con sal y se abrió con ternura para compartir su historia, feliz de seguir consumiendo la vida a bocanadas.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/casa_china_en_av_alvear_11.JPG" alt="Casa China en Av Alvear - 12"></figure><blockquote>“Íbamos juntos a todos los lados. Íbamos con los chicos, con mi mamá, con mi suegra. Era divino, pero se murió tan joven. Me quedé triste, lamentablemente me duró poco. Yo trabajé hasta los 70 años y ahora estoy acá, disfrutando con mis hijos, que son buenísimos”, señaló.&nbsp;</blockquote>Muchas veces le han preguntado por qué no volvió a formar pareja, si no ha querido hacerlo. Su respuesta es contundente y dice que “ni loca”. “Yo otro marido, que lo quiera y que me quiera como él a mí, nunca más. Nunca tuvimos un sí ni un no. Nunca. A pesar de que no andaba con él de novio, siempre me acordaba de él, siempre lo tenía acá (se toca el pecho del lado izquierdo, donde está el corazón), lo tenía adentro. El primer día que nos vimos también le dijo a su mamá que había conocido a la chica con la que se iba a casar. Es increíble. Fue un amor a primera vista y con una gran determinación, porque todo lo que dijo lo cumplió. Pero te juro, nunca tuve una pelea”, aseguró.&nbsp;La escritora y periodista Leila Guerriero escribió alguna vez: “Si uno cae en el invento del amor –porque eso es lo que sucede: uno cae; porque eso es lo que es: una invención-, el contrato incluye, en una cláusula escrita con letra invisible que de todas maneras nadie querría leer, su final”. Pero historias como la de Elisa y Coco hacen pensar que hay amores que trascienden al tiempo y la muerte y que no terminan, sino que se multiplican en casas e hijos, en recuerdos y en risas, en la convicción de que el amor sucede, en la potencia del destino y en la esperanza de que las promesas se cumplen.&nbsp;Al despedirse después de la conversación, la sonrisa de Elisa desapareció detrás de la maciza puerta roja de la casa china. Esa que supo albergar su amor, sus sueños y sin cuya existencia no sería lo mismo imaginarse la ciudad.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/11/elisa_concetti_4.jpg" alt="Elisa concetti - 1"><figcaption>Elisa Concetti junto a sus hijos Gabriela y Carlos Rodríguez.</figcaption></figure>

La casa "china" de Tandil y la historia de un amor a primera vista que desafió al tiempo

Según Francisco Juldain -primer maestro que tuvo Tandil- la primera fonda y casa de hospedaje que funcionó en este pueblo fue instalada en 1857 por un tal Juan Perviú, apodado "Saint Jean". Funcionaba en 9 de Julio 92-94 de la antigua nomenclatura catastral, donde después estuvo la "Fonda del Medio" y más tarde la denominada "Garibaldi". Hubo otras y entre todas se destacó "La Española", de Pedro La Hidalga, llamada "Peligro chico", la que abrió sus puertas en 1882 y contaba con un espacioso corralón para carruajes y caballos.La primera casa importante destinada a hospedaje y comidas se llamó "Hotel de France" y estaba ubicada en la esquina de Rodríguez y Belgrano, hoy "Casa de la Cultura". Era del español Eduardo Estévez y se especializaba en cocina francesa.&nbsp;Allá por 1865 surgió en la esquina de Pinto y 9 de Julio el primer gran hotel denominado "de la Piedra Movediza", el que llegó a ser con el tiempo un vasto establecimiento que bien podía rivalizar con los mejores hoteles de la Capital.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2022/07/aniversario_20.jpg" alt="aniversario - 1"><figcaption>El denominado “de la Piedra Movediza” se fundó en 1865.</figcaption></figure>Era su propietario Jean María Dhers, quien en uno de sus anuncios decía: "Mis favorecedores, además de la experiencia que he adquirido en el negocio, encontrarán espaciosos salones, salas y dormitorios ricamente amoblados; independientes para familias y piezas cómodas y elegantes para hombres solos. Cuartos para baños, una suculenta y confortable cocina y un puntual y esmerado servicio de carruajes, siempre a disposición de los viajeros, a todas horas del día y de la noche".Le siguió el "Hotel de Roma", de Carisio Bosatta, ubicado en Riobamba 40 (hoy Leandro N. Alem) esquina Pinto, donde funcionaba el Centro Polivalente de Arte. Se destacaba por su excelente cocina a la italiana. Hasta que a fines de la segunda década del nuevo siglo, se instaló, para orgullo de la ciudad, el "Palace Hotel", que reunía todas las características de los grandes hoteles de lujo del país. La construcción del edificio, ubicado en Pinto y Chacabuco, donde hoy está el Rectorado de la Universidad Nacional del Centro, se debe a la familia Santamarina.De aspecto afrancesado, construido con elegante arquitectura, cómoda distribución interior en sus cuatro pisos y toda la planta necesaria de dependencias, su aspecto imponente seducía por sus comodidades. Fue levantado con materiales de primerísima calidad y especialísimos detalles, tanto en lo que atañe a construcción como en lo concerniente a decoración.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2022/07/aniversario_23.jpg" alt="aniversario - 4"><figcaption>El Gran Hotel de Roma estaba en Riobamba 40 (hoy la esquina de Pinto y Alem)</figcaption></figure>Contaba con ricas maderas, cristales y mobiliario, traído especialmente de Francia, así como vajilla, tapicería, mantelería, cortinados de seda natural y cacharros de cobre en la cocina. Tenía 140 habitaciones, algunas de ellas destinadas al personal, comedor, lavandería, salas de estar, bar y dependencias especiales e independientes para familias, todas con teléfono y baño particular. Además, un gran salón destinado a recepciones y fiestas, donde por espacio de muchos años, a partir de su inauguración el 20 de diciembre de 1919, se realizaron grandes reuniones, concentrándose allí gran parte de la actividad social y artística de Tandil, conciertos, proyecciones cinematográficas, etc.<section class="noteSuggested" data-id="74640,73840,72631" data-title="Puede interesarte"></section>Para los aficionados al tenis, además, contaba con dos "courts" habilitados especialmente en el terreno que había ocupado anteriormente el almacén y despacho de bebidas de Jacobo Martino y luego se construiría el edificio de la sucursal local del Banco Hipotecario Nacional, hoy de propiedad municipal, en Chacabuco y Belgrano. También para los niños se había previsto un sitio especial para deportes y ejercicios.El Palace fue por ello, más de diez décadas atrás, un hotel de primer orden con todo el lujo y el confort moderno. Explotado en principio por la empresa del Hotel Savoy de Buenos Aires, pasó luego a manos de Benito Gramuglia, García, Fourcade y Fusta, entre otros.A través de medio siglo posterior a su fundación, grandes personalidades se hospedaron allí, entre ellos el Dr. José Figueroa Alcorta (1860-1931) abogado y político que había ejercido la titularidad de los tres poderes de Estado, Vicepresidente, luego Presidente de la Nación y finalmente titular de la Suprema Corte de Justicia nacional.Fue en el ejercicio de este último cargo, que el ilustre ciudadano aprovechaba la feria judicial del mes de enero para descansar en Tandil. Todas las mañanas con buen tiempo, se lo veía andar por la calle Chacabuco en dirección al Parque Independencia que era, por aquella época, su paseo predilecto.

La Vidriera