Economía y producción
La incertidumbre del dólar reina también en el sector lechero
Con una inflación sostenida desde hace meses, la preocupación de los productores crece, los insumos aumentan, y los valores no se reflejan en los precios de las góndolas. A su vez, cada vez son más los tambos que cierran ante la compleja situación económica.
En el marco de los nuevos arreglos con el FMI, la volatilidad del dólar se ha recrudecido, y actualmente el sector productivo busca la mejor manera de aguantar los coletazos inflacionarios. En el caso de particular de los lecheros, al comprar una gran cantidad de sus insumos en moneda extranjera, los aumentos repentinos influyen drásticamente, sumados a que aún no se han generado las estrategias adecuadas como para captar ese valor en el producto final. Además, tomando en cuenta la difícil realidad económica del país, que repercute en el sector agropecuario, se multiplican los tambos que deben cerrar sus puertas ante la dificultad de especular a largo plazo.
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Para conocer la situación del sector a nivel zonal, y las expectativas de cara lo que puedan influir las próximas elecciones en la problemática, El Eco Multimedios dialogó con Juan de Pian, Presidente de la Cuenca Mar y Sierra.
En primer lugar contó que si bien parecía que la situación del sector había mejorado, adaptándose como se podía a una devaluación sostenida de entre siete y ocho por ciento mensual, en los últimos 60 días, con las subas repentinas y la falta de certezas en lo que respecta a la cuestión cambiaria, “la lechería ya viene nuevamente al igual que el año pasado, perdiendo un par de puntitos por mes en relación a la inflación”.
A raíz de este manto de incertidumbre, planificar a futuro es una tarea difícil, “los veranos son cada vez más cortos, las dificultades son cada vez más largas y abrasivas”, señaló, y además hay producciones afectadas por diferentes problemas, ya sean climáticos, económicos, financieros, o de captación de precios, “que uno viene un par de años atrasado, no con las inversiones de infraestructuras, sino ya con las inversiones de reservas”, aseguró.
Explicó que si bien lo argentinos se han acostumbrado de cierto modo a convivir en esta y “equilibrar para abajo”, el estado ha pasado de recaudar fondos a través de los impuestos, a, desde hace un tiempo, hacerlo a partir de los distintos tipos de cambio.
“Observando lo que sucede en el mundo, tomó la decisión de administrar a quién le permite un tipo de cambio superior. No nos olvidemos que ese tipo de cambio al país le sale plata, porque tiene que emitir para igualarlo, pero bueno, es la forma que encontró en los últimos dos años o un poco más, de hacerse de divisas”, refirió el productor.
Insumos a precio dolar
En cuanto a la compra de insumos, que se realizan mayormente a precio a dólar, sostuvo que este año en particular, ya sea lo que provenga en el mercado externo o lo que se produce en Argentina viene copiando los valores de la moneda extranjera. A su vez, hace más de seis meses que los cambios de precios son mensuales, y a pesar de que se venía copiando el incremento de precios con el valor de la materia prima, hoy se encuentran nuevamente con los pies en el barro.
“Y vayamos a saber hasta cuándo, porque te dicen hasta el 31 de agosto, pero si uno hace las cuentas, si no es para el 31 de agosto, para el 10 de septiembre el dólar oficial va a estar en 340, entonces lo que parece que va a por una ventana de tiempo y que después todo se acomoda, no sucede en nuestra economía, lo que sube se queda ahí arriba, y eso hace que sea muy complejo todo”, afirmó.
Tampoco está en el poder de los productores aumentar el precio en las góndolas al mismo ritmo que lo hacen los insumos, ya que según cuenta De Pian en la lechería en particular no son formadores de precios en absoluto, y esto se condice con una lógica a nivel mundial en el que la mayoría de las provisiones primarias no ha encontrado los mecanismos para captar valor en el producto final, por lo que, al ser un negocio que se maneja a largo plazo, las consecuencias se siente cada vez más.
De todas formas, subrayó que a pesar de lo difícil que está la economía del hogar en general, realmente los niveles de consumo todavía son altos, y es lo único que los tracciona hacia adelante.
¿Una cuestion generacional?
En relación a la cantidad de establecimientos que forman parte de la institución, manifestó que es cada vez mayor el enojo por parte de la Cuenca, “porque realmente es como que se lo aborda para quitárselo de encima, últimamente se dijo mucho, incluso hasta el secretario Bahillo lo dijo, que era una cuestión generacional y de recambio. Siempre encontramos un momento, o es la seca, o es la lluvia o es el pibe que no quiere ir al tambo, o es que el tambo es muy sacrificado, que el campo es un mal negocio, y la realidad que no es así, hablando mal y pronto hace 20 años en nuestra Cuenca había 250 campos aproximadamente y hoy hay la mitad”, expresó.
También recordó recientemente la Cooperativa de Trabajo Nuevo Amanecer, que levantaba más del 10 por ciento de la leche de la cuenca, corto repentinamente los pagos, es decir que hubo casi una dentina de productores que tuvieron que arreglárselas por sí solos, e inclusive hoy continúan haciendo lo imposible para articular todos los organismos, para dicha entidad no se termine de caer.
Por último, explicó que en el sector lechero es muy común ver una industria cerrada, pero ver el producto en la góndola, lo que significa que hay alguien detrás que aprovecha la vulnerabilidad para hacer de ella un negocio. “Entonces nosotros desde nuestro lugar lo tenemos que defender y hacer que eso no ocurra, que si realmente hay un producto que se llama ‘el amanecer’ , lo haga el amanecer y no que lo termine haciendo alguien que esperó que se fundan, compró la marca y lo puso en la góndola”, concluyó.