Recuperación de adicciones
Vientos de Libertad festejó el primer año de su casa convivencial
“Vientos me devolvió la vida y las ganas de vivir”, relató Luca, uno de los actuales convivientes.
La organización Vientos de Libertad, que trabaja en la recuperación y el acompañamiento de jóvenes con consumos problemáticos, festejó el primer aniversario de su casa convivencial, ubicada en la calle Azucena al 2300.
Recibí las noticias en tu email
La celebración se llevó a cabo en la propia casa, en una emotiva jornada en la que los convivientes recibieron a sus familias, compartieron un almuerzo y pudieron disfrutar no sólo del día soleado sino también de bandas de cumbia, murgas, lecturas y otras actividades.
Vientos de Libertad, organización que pertenece al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), trabaja en la ciudad desde el año 2018. Tras inaugurar un punto barrial en Villa Aguirre, y luego otro en La Movediza, pudieron en marzo del 2022 dar inicio a sus actividades en su actual casa convivencial.
Desde un año atrás a esta parte, pasaron por el lugar aproximadamente 50 jóvenes. Y desde hace un mes y medio trabajan con el cupo completo, ya que viven en la casa 20 jóvenes.
“Desde lo numérico el balance es positivo, pero desde la problemática que trabajamos quiere decir que falta mucho”, expresó Gabriela Badenas, referente de la organización.
Badenas consideró que existe en la ciudad la necesidad de generar más espacios como el que gestiona Vientos de Libertad, ya que se trata del único dispositivo convivencial de la región, por lo que reciben jóvenes de Tandil como de Mar del Plata, Olavarría, Azul y Benito Juárez.
Los jóvenes convivientes, explicó la referente, realizan el conjunto de las tareas de mantenimiento del hogar, y participan además en talleres de Masculinidad, Artes Plásticas, Literatura, Educación Física, Huerta y Formación Política. Además, trabajan en el lugar dos psicólogas, una trabajadora social, y gracias a la articulación con el CPA, con una psiquiatra.
La referente explicó que los jóvenes permanecen las 24 horas de los 7 días de la semana en la casa, y que atraviesan un proceso en el cual son acompañados, tanto por los profesionales como por sus propios pares.
Durante el año funcionará en el lugar una extensión del programa FINES, que se sumará a todos los servicios de salud y educación que ofrecen.
“Vientos me cambió la vida”
“Lo que nosotros hacemos es acompañar para que los chicos puedan transformar su vida, como yo lo pude hacer”, relató Pablo. Actualmente es coordinador de la casa, pero conoce en carne propia lo que es atravesar un proceso de recuperación de consumos problemáticos.
En el marco de la alegre y familiar jornada por los festejos del primer aniversario de la casa convivencial, Pablo destacó que “Vientos lo que construye es esto, poder recuperar el acompañamiento de la familia”.
Desde su experiencia de vida, hoy acompañando a otros jóvenes, expresó que “hay otra vida afuera del consumo, es algo que cuesta pero no es imposible, se puede lograr con voluntad y con ganas de poder cambiar”.
A su lado, Luca, uno de los 20 chicos que vive en la casa, contó que “Vientos me devolvió la vida y las ganas de vivir. Aprendí a hacer muchas cosas por mí mismo, y tuve que desaprender también para poder encontrarme”.
El joven de 23 años relató que comenzó a consumir a los 12. “Llegué a Vientos destruido, desganado, sin ganas de seguir viviendo. Arranqué con el alcohol y es como una cadena”, sostuvo.
Sin embargo 8 meses atrás fue recibido en la casa convivencial de la organización. “Este lugar me enseñó que se puede vivir bien y es cuestión de las ganas que tenga uno de salir adelante, a no depender de un consumo para tapar los problemas, que era lo que hacíamos. Vientos me cambió la vida. Gracias a Vientos estoy aprendiendo a no sentirme menos, a vivir”, señaló.
Por su parte Lucas, contó que ya tuvo su “Fogón”, la celebración que realizan cuando uno de los convivientes termina el proceso.
“Fui el segundo chico que entró, y hoy está lleno”, evocó. A partir de su palabra, dio cuenta de cómo la organización acompaña a cada uno de los convivientes aun después de finalizar su recuperación.
Actualmente, Lucas trabaja como coordinador de uno de los puntos barriales. “Se me dio un lugar, porque Vientos una vez que terminás el proceso te sigue acompañando, seguís en contacto, y yo vengo a la quinta y es mi casa”, concluyó.