Bicentenario
Tras el acto inaugural, la bandera argentina ya flamea en el mástil de 42 metros en la cima del Parque
Crónica de la inauguración del Mástil del Bicentenario.
Tal como fue anunciado, a las 11 del martes 20 se llevó a cabo la inauguración oficial del Mástil de Bicentenario, la obra de 42 metros de altura que fue montada en la cima del Parque Independencia.
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La actividad formó parte de la agenda por los festejos de los 200 años de la ciudad, pero a su vez coincidió con una nueva celebración del Día de la Bandera. A partir de la doble conmemoración, quedó izado el estandarte nacional que ya puede verse desde gran parte de Tandil, y es el más alto de la Provincia de Buenos Aires.
En el breve acto predominaron los saludos y movimientos castrenses, a cargo de la I Brigada Blindada y la VI Brigada Aérea. A su vez, la inauguración fue también el marco en el que alumnos de 4to año de diferentes escuelas de la ciudad prestaron juramento a la insignia patria.
Luego de una oración religiosa a cargo del presbítero Mario Faraone, el Intendente Miguel Lunghi fue el único orador que tomó la palabra ante los presentes. Tras agradecer a todos los empresarios y vecinos que aportaron donaciones para concretar la obra, expresó su emoción por la inauguración de una iniciativa a la que consideró “una ofrenda para todos los ciudadanos de Tandil”.
Desde el anuncio del proyecto, realizado meses atrás, el Mástil del Bicentenario no estuvo exento de polémicas. Hubo más de una voz que se alzó en contra de la propuesta, por la intervención que implicó en un espacio patrimonial como lo es el Parque Independencia.
Cabe recordar, el primer paso de la obra fue la excavación de un enorme cráter en el lugar, lo que motivó pedidos de informes de parte de concejales, pero también cartas públicas y manifestaciones de rechazo.
Sin embargo el Municipio avanzó, y finalmente quedó formalmente inaugurado. La estructura de 42 metros de altura se encuentra enmarcada por una plaza seca, cuyo ornamento principal es un corpóreo número 200 realizado en piedra.
En torno al Mástil también se encuentra un hexágono con el logo del Bicentenario de la ciudad, y la inscripción “El pueblo de Tandil a su ilustre fundador Brig. Gral. Martín Rodríguez”, de quien también posee la reproducción de su retrato.
Tal como fue señalado por el Intendente Lunghi, dicha base fue ideada por el diseñador Pomy Levy y construida por trabajadores municipales -quienes recibieron una ovación durante el acto-.
Por su parte, agregó el primer mandatario, fue el picapedrero Ariel Díaz quien colocó cada una de las piedras utilizadas, mientras que el metalúrgico Adrián Miguel fue quien fundió el mencionado hexágono, y hasta última hora “pasó brillo a las placas”, como destacó Lunghi.
La obra del Mástil incluyó también una puesta en valor general del Parque Independencia, con la incorporación de nuevas señalizaciones, demarcaciones para estacionamiento, la pintura de la fachada del Castillo Morisco, y principalmente la concreción de la plaza seca que cuenta con un nuevo banco de hormigón para poder apreciar el paisaje.
A izar la bandera
Desde temprano por la mañana comenzaron los movimientos en la zona del Parque. Vecinos y turistas, se trasladaron hasta el lugar, muchos de ellos a pie, cruzando la diagonal Illia y subiendo a la cima del paseo por las escalinatas que conectan la base con la Portada.
En las inmediaciones del Castillo Morisco se dispusieron las autoridades municipales, educativas y militares, así como los alumnos y docentes de las diferentes escuelas. Se ubicaron allí también las formaciones de las fuerzas armadas y la banda que dio el marco musical a la jornada. A su vez, una gran cantidad de personas tomaron posición en la cima del Castillo y en las paredes de piedra que enmarcan el paseo.
Las locutoras del acto, entre las que se encontraba una intérprete de lenguaje de señas, dieron inicio a la actividad recordando la figura del General Manuel Belgrano, para luego mencionar a todas las empresas, instituciones, organizaciones y vecinos particulares que realizaron los aportes voluntarios que permitieron financiar el Mástil. Presente se encontraba el principal donante, el empresario Marcelo Alonso.
Un grupo de ex combatientes de Malvinas, junto a representantes de alumnos de distintas escuelas, sostuvieron el estandarte nacional que quedó elevado pasadas las 11, mientras la banda integrada por músicos de la I Brigada Blindada y sus pares de la VI Brigada Aérea interpretaron “Aurora”.
El Intendente Lunghi realizó el saludo a la agrupación conjunta Manuel Belgrano, dando inicio a una serie de actividades protocolares militares como fueron un toque de silencio en homenaje a Manuel Belgrano, los desplazamientos de las banderas de guerra, la jura a la bandera de las formaciones, los movimientos de los Jefes de Fracciones, y la entonación de la Marcha de Malvinas y la Marcha de San Lorenzo, entre otras.
Una vez izada la insignia patria, la Jefa Distrital Florencia Mena leyó el texto a partir del cual los alumnos de 4to año de diferentes escuelas públicas y privadas de la ciudad prestaron juramento al estandarte patrio.
Fue la cantante Leticia Garcé quien entonó las estrofas del Himno Nacional Argentino, para dar paso luego a la presentación del Coro Infanto Juvenil Municipal, bajo la dirección de Irina Taraborelli.
Una vez concluido el acto, el público presente descendió desde la pasarela del Castillo Morisco hacia la zona del mirador. El desafío para todos aquellos que quisieron registrar el momento estuvo marcado por la dificultad de encuadrar las fotografías logrando captar en un mismo disparo, tanto a los retratados como al enorme mástil.
“Todo fue pagado con donaciones”
El único orador del acto fue el Intendente Miguel Lunghi, quien si bien manifestó contar con un discurso armado, se corrió del libreto para expresar “una gran emoción” por estar “en esta cima del Parque, un emblemático paseo de los tandilenses, inaugurando el Mástil del Bicentenario, donde va a estar siempre nuestra bandera argentina para que flamee todos los días, se vea de toda la ciudad, y que cada uno que la mire piense que tenemos que vivir en paz, con tranquilidad, con trabajo, y fundamentalmente con unión”.
Lunghi se refirió también a una “segunda emoción”, signada por haber logrado conseguir las donaciones que permitieron concretar la obra.
“Comenzamos unos cuantos meses atrás a hablar con hombres, mujeres y empresarios para ver cómo podíamos levantar este mástil. Ciertamente para ver cómo conseguíamos donaciones. Y Tandil es solidario y la gente en general quiere a Tandil. Se juntó todo el dinero a través de donaciones para que hoy podamos tener totalmente el Mástil para inaugurar. Se pagó todo, se cubrió todo, desde la bandera hasta el motor, el hormigón, el hierro, la grúa. Todo fue pagado con donaciones”, señaló.
En particular, Lunghi agradeció el trabajo de los empleados municipales, dirigidos por Claudio Fuentes, quienes “han estado trabajando desde las 7 de la mañana”. También agradeció al diseñador Pomy Levy, al picapedrero Ariel Díaz, al metalúrgico Adrián Miguel, y a los funcionarios de la Secretaría de Planeamiento y Obras Públicas que “estudiaron todo para que no se caiga”.
El primer mandatario local consideró a su vez que el mástil “es una ofrenda para todos los ciudadanos de Tandil. Y es también una ofrenda para el General Manuel Belgrano, que ciertamente fue un hombre ejemplar, un abogado ejemplar, y un General de la Nación ejemplar”.
Se refirió además también a la reconocida anécdota que relata que en la última etapa de su vida, atravesando penurias económicas, Belgrano pagó con su propio reloj al médico que lo atendía. “Es hora de que los argentinos busquemos estos valores para ser el país que nos merecemos”, sostuvo.
Lunghi concluyó pidiendo que “sigamos trabajando juntos sin colores políticos para tratar de que Tandil sea la ciudad intermedia más importante de la República Argentina”.
Vecinos contra el mástil
Hasta la fecha de su inauguración, el Mástil del Bicentenario no estuvo exento de polémicas. Desde su anuncio comenzaron a expresarse vecinos señalando su postura crítica con respecto a la obra, fundamentalmente por tratarse de una intervención sobre un espacio patrimonial de la ciudad como lo es el Parque Independencia, paseo gestado a la luz del Centenario de Tandil, 100 años atrás.
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Cuando el Municipio comenzó con los trabajos en el lugar, lo primero que realizó fue un enorme cráter sobre el espacio donde antes se disponía el estacionamiento vehicular. La apertura del pozo motivó el pedido de informes y detalles tanto del bloque del Frente de Todos como del PRO-MID.
Sin embargo entonces el gobierno Municipal difundió un comunicado oficial en el que señalaba que el lugar donde finalmente se emplazó el mástil había sido construido antes del Centenario de la ciudad. Por tal motivo, argumentaban desde el Municipio, la obra no implicó “ninguna afectación al macizo original del cerro ni impacto ambiental alguno”.
A su vez, agregaba, el comunicado, si bien el Parque se encuentra de acuerdo al Plan de Desarrollo Territorial catalogado como “Bien Patrimonial”, su campo visual “no se verá alterado” y “no tendrán ningún tipo de intervención los elementos del patrimonio histórico y natural, ya sea el Castillo Morisco, las cadenas que bordean las distintas zonas, los cañones, la arboleda, los jardines, los pilares ni ninguna otra pieza presente en el Parque”.
Otra de las voces críticas alzadas contra el proyecto fue la del historiador y referente cultural local Néstor Dipaola, quien publicó una carta pública titulada “Vételo, señor intendente”. En la misma daba cuenta del proyecto original del Parque Independencia en el marco del Centenario tandilense, y sostenía que se trataba de una obra realizada sobre otra obra, la original pensada y gestada hacia 1923.
La arquitecta Carolina Shedden también expresó su rechazo a la iniciativa y elaboró una serie de placas gráficas para dar cuenta de la desproporción del mástil con respecto al resto de las estructuras edilicias y naturales que lo rodean. En su planteo señalaba la necesidad de resguardar tanto lo ya existente en el lugar, como así también el “vacío” necesario para contemplar el paisaje.