Primero Ijurco, ahora Nigro: continúan los problemas de circulación en Villa Aguirre

Vecinos de las primeras dos cuadras de la calle Nigro, después de la colectora, en el barrio de Villa Aguirre, manifestaron su frustración y preocupación por las dificultades de acceso a sus domicilios tras el cambio en el sentido de circulación de Ijurco, conseguido gracias a la lucha de los vecinos y comerciantes. Verónica, frentista del barrio, señaló que si bien la modificación se dio en buena ley, ha generado un significativo perjuicio para quienes viven en Nigro, especialmente para aquellos que ingresan desde el acceso por Darragueira, viniendo del lado de Aeronáutica Argentina.

"La complicación más grande que tenemos es que hay que llegar hasta la calle Güemes para poder ingresar a nuestros domicilios, pegando un vuelton bárbaro. Son casi cinco cuadras de ida más cinco cuadras de vuelta para poder llegar a mi casa, que cuando estoy en Darragueira me queda a veinte metros”, señaló.

Sucede que a partir de lo ocurrido en Ijurco, tanto esa calle como Vigil, Basílico, Juárez y Nigro, todas paralelas entre sí, tienen sentido desde la colectora hacia el interior del barrio, obligando a los vecinos de las dos primeras cuadras a tener que hacer el extenso recorrido narrado por Verónica, perdiendo tiempo y gastando combustible.

En este contexto, los habitantes de Nigro están solicitando que se revea la medida y que, al menos las dos primeras cuadras de la calle Ijurco, desde Darragueira hacia la colectora, vuelvan a ser doble mano o tengan sentido de circulación hacia la colectora. Esto les permitiría evitar el rodeo que deben realizar actualmente.

La situación se agrava en época de clases, ya que muchos vecinos, en su intento por evitar el largo trayecto, circulan en contramano por la calle Nigro, generando un riesgo para los niños que transitan por la zona. "La mayoría que pasa acá que entran en contramano es un riesgo porque hay criaturas que salen de la escuela, por ahí te doblan así como si nada y ahora están en época de clases y el riesgo, digamos, es muy alto porque los chicos vienen caminando, muchas veces por la calle y cualquier auto que dobla rápido podría atropellarlos".

A pesar de la evidente dificultad, los vecinos aún no han obtenido respuestas ni asesoramiento claro por parte de las autoridades municipales sobre cómo canalizar su reclamo. “No tenemos idea de a dónde acudir, porque vas al municipio y golpeas una puerta y te mandan para otra y la verdad que no sabemos bien qué es lo que tenemos que hacer en concreto, o con quien hay que hablar”, explicó. Los afectados esperan que su situación sea reconsiderada para encontrar una solución que les permita acceder a sus hogares de manera lógica y segura.

Por El Eco de Tandil