Desde la estación ferroviaria
La incubadora de arte cumple 16 años visibilizando la cultura tandilense desde la autogestión
El espacio, ubicado en la vieja estación ferroviaria de avenida Colon y Del Valle, cuenta con diversas iniciativas y talleres que tienen el fin de difundir el arte local, ofreciendo un espacio de contención para sus protagonistas.
La incubadora de arte se creó en el 2006, donde antiguamente funcionaba el sector de encomiendas y equipajes de la estación ferroviaria. Tras varios años de abandono, el lugar, que había quedado sin uso y utilizado como depósito, fue intervenido por educadores y artistas, que luego de mucho trabajo de reacondicionamiento crearon este espacio que alberga el arte tandilense en todas sus formas.
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Alfredo Gomory, profesor de Artes Visuales y coordinador del espacio, es uno de los fundadores de la incubadora, quien contó cómo se gestionó el lugar, y cuáles fueron los pasos hasta llegar al día de hoy, en el que cuenta con una gran sala con escenario y varios cuartos en las cuales se dan talleres y se realizan muestras artísticas.
En el galpón en el que se sitúa el escenario, se hizo un trabajo de limpieza y clasificación de los objetos que estaban guardados allí, restaurando, reciclando los muebles y objetos y desechando lo que no tenía valor histórico . “Es un galpón recuperado, cuando nosotros ingresamos en 2006, estaba sin ningún tipo de funcionamiento y abandonado por completo, hoy entrás y es un lugar espaciado, tiene escenario, luces. Cuando ingresamos estaba repleto de mugre y de cosas acumuladas, por que dejo de tener su función original, y cuando el tren dejó de circular, todo lo que no servía más fue a parar acá. Algunas cosas son propias del ferrocarril, por eso decimos que hacemos uso y cuidado del patrimonio, porque todos los muebles que tenemos hoy son los originales de cuando estaba encomienda y equipajes”, narró .
Los integrantes trabajan ad honorem, y el espacio no recibe ningún subsidio ni financiamiento externo, por lo que es cien por ciento autogestivo. “Quizás muchos creen que este espacio es municipal, porque está situado en el ferrocarril, pero nosotros no recibimos financiamiento de ningún tipo”, aseguró Gomory, y adhirió que la única fuente de ingresos es el servicio de barra que ofrecen en los eventos “cuando hacemos los recitales por ejemplo, todo lo recaudado en entradas va para los artistas, quizás en algún momento tuvimos la iniciativa de quedarnos al menos con un porcentaje de eso, pero la realidad es que los músicos ya tienen sus gastos de sonido y traslado, nosotros solo le cedemos el lugar. Por suerte tenemos la barra que ponemos en los eventos, que básicamente es nuestro único ingreso, y queda para el lugar, para reparar o comprar cosas nuevas”.
Actualmente se realizan diversas actividades tales como teatro, muestras de artes visuales, talleres, y danza, las puertas están abiertas a las distintas propuestas que van llegando, y así se va armando la agenda, a partir de las necesidades que hay en Tandil, cuando los artistas no tienen un lugar donde expresarse, la incubadora está a disposición.
Respecto al año de trabajo, Gomory describió las actividades que han ido realizando. “Este año tuvimos taller de tela, a cargo de Vanessa Otegui, que es nuevo por que en años pasados no lo tuvimos, de danza folclórica a cargo de Victoria Riva, al cual asisten alumnos de todas las edades, Javier Lester estuvo dando un taller de teatro muy interesante, con mucha convocatoria. También dos o tres veces al año hacemos una muestra de artes visuales, esculturas, fotografía y pintura, convocando a la mayor cantidad de artistas locales posibles, que eso también es una necesidad que la incubadora está cubriendo, los artistas necesitan exposición y desde este espacio podemos dársela”.
En cuanto a la música, todos los estilos son bienvenidos, durante el año tocaron bandas de punk, heavy metal, rock, se realizaron peñas de folclore, shows de raperos, y actualmente el lugar aloja a la “Fly God”, que es una competencia de freestyle organizada por referentes de la cultura hip hop de la ciudad. Todos estos músicos realizan sus presentaciones en un escenario que fue creado en base a muebles viejos que había en la estación, los cuales fueron reciclados y unidos en una sola pieza.
Otro de los trabajos destacables que realizan los coordinadores es el de articulación, tanto con espacios educativos, como con aquellos que tienen que ver con la historia de la ciudad. “Trabajamos con el taller del picapedrero, que está detrás, en la estación, ahí trabajan la piedra y hacen esculturas, tiene un montón de integrantes y suelen mostrar sus creaciones con nosotros”, explicó, y agregó “también articulamos con escuelas primarias y secundarias, a veces hasta jardines, para hacer visitas guiadas y que puedan ver el patrimonio visual con el que contamos. Tenemos pinturas, fotografías y esculturas de artistas locales, que cada vez que vienen a hacer una muestra, les pedimos si pueden dejar alguna de sus obras, y vamos sumando, para después exponerlas cuando nos visitan las instituciones educativas. También invitamos a gente del ferrocarril, que son personajes históricos y de vez en cuando vienen a dar alguna charla. De esa manera unimos al ferrocarril, la educación y el arte” cerró.
El desarrollo y crecimiento depende pura y exclusivamente de la voluntad de los integrantes del espacio. Cada uno de ellos tiene un trabajo que le demanda horas y esfuerzo, y a su vez le dedican tiempo de su día a día a hacer crecer este lugar, que surge como un sitio de expresión artística, abriendo sus puertas para visibilizar la cultura tandilense, y con el cual cientos de músicos, pintores, escultores y bailarines están sumamente agradecidos.