Chacinar 2024
Gustavo Lazzari destacó el modelo Tandil en la producción de chacinados
El economista y presidente de la Cámara de Industria de Chacinados y Carne de Cerdo disertó en la ciudad.
El economista y empresario pyme del sector Gustavo Lazzari estuvo ayer en Tandil para participar de las jornadas técnicas que dieron apertura formal al Chacinar, el Festival del Salame y el Cerdo que este fin de semana tendrá su sexta edición.
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Tras disertar sobre “La industrialización del cerdo en el nuevo escenario económico”, el dirigente y dueño de una fábrica de embutidos dialogó con El Eco Multimedios donde compartió su mirada sobre la industria de los chacinados, el ejemplo tandilense, en cuanto a la integración y la búsqueda de estándares de calidad, y habló de la proyección en el marco de una apertura al mundo en función del modelo que propone el Gobierno de Javier Milei.
En primer lugar, contó que su vinculación con la industria porcina es “estrictamente familiar” dado que su padre tenía un frigorífico en Mataderos que este año cumple 60 años de trayectoria. Además, hace diez años es presidente de la Cámara de Industria de Chacinados y Carne de Cerdo.
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-¿Cómo está la industria hoy?
-Está expectante. Venimos de una recesión fuerte. El fiambre es un producto social, entonces en la pandemia se sufrió mucho. Hemos recuperado y ahora estamos en una meseta desde mayo, abril y ya quiere repuntar. La recesión tocó piso. Y tenemos el desafío de incorporar más fiambres en más cantidad de población y cortes frescos en la mesa de la semana. Es todo un trabajo cultural que tenemos que hacer. Es un producto muy lindo porque no hay un mal momento alrededor de un buen salamín. Creo que la vida de las personas no solo se trata de la alimentación como una necesidad biológica sino también el compartir, la familia.
-¿Es común que en la industria que sean empresas familiares?
-En Argentina es común en casi todas las empresas. Tenemos tradiciones de origen de distintas zonas de Europa que logró un crisol en la producción muy interesante. A veces nos cuesta verlo, pero cuando uno se fija en esto aparece la base familiar, que le da mucha consistencia a las relaciones laborales, a las inversiones. En Argentina hubiesen cerrado muchas más empresas si no hubiesen sido familiares. En los últimos 70 años, el 30 por ciento del tiempo fue con recesiones; en otro país no hubiese quedado ninguna y acá hay empresas de 60, 50 años que aguantan los malos momentos por esta ligazón.
El modelo local
-¿Cómo observa la industria del cerdo en Tandil y su proyección?
-Siempre pongo como ejemplo el caso Tandil porque vienen haciendo desde hace tiempo lo que necesariamente el resto del país tiene que hacer a partir de este nuevo esquema de economía abierta y estable que se va a venir. En el sentido de conformar un clúster, lograr la denominación de origen: Hay mucha integración entre productores y mucha vocación y respeto por la calidad. Eso es muy importante. Si estos productos se hacen con calidad se genera una fidelidad muy importante entre el cliente y el producto. Y Tandil ha logrado eso. Creo que ahora se va a potenciar porque tiene denominación de origen, marca de calidad, y Argentina se va a abrir al exterior. En un contexto de economía abierta, el país tiene mucho que darle al mundo, que está esperando estos alimentos. Muchos productos que se fabrican en esta ciudad son comparables a nivel internacional.
“Todavía falta”
-El Gobierno de Javier Milei lleva 11 meses, ¿cómo ve la situación en materia económica?
-Argentina tiene dos crisis: La macro y la micro. En paralelo a la macroeconomía, se están haciendo reformas microeconómicas. La estabilidad se va a notar todos los días, hoy todavía no porque la inflación sigue siendo del tres por ciento y es una buena expectativa que siga bajando. Todavía falta porque Argentina estaba realmente muy rota el año pasado y pegar todas las partes va a llevar mucho tiempo. A medida que recompongamos cierta racionalidad tributaria y regulatoria, y que eso redunde en mejores climas de negocios, en más ventas locales y en exportaciones, ahí se notará en la gente.
-¿Cómo juegan las diferencias políticas a la hora del despegue?
-Para mí eso hace más lento todo el proceso y más dudoso. Hay tres fuentes de inversión; Argentina va a crecer por la inversión, no por el consumo. Cuando hay que crecer por la inversión, está por un lado la inversión autónoma, por otro la inversión por demanda y tercero la inversión por expectativa. Esta última mira la política. Por eso la política lentifica la inversión. Esa inversión que cambia la capacidad instalada, que readapta una fábrica y permite competir depende del clima político.