Comedor Los Tatú: "Pasamos de 25 a 38 familias, y se esta sumando gente que tiene un trabajo en blanco"

Tandil se enfrenta a una creciente problemática alimentaria, que se ha intensificado en base a la políticas del gobierno nacional, y donde los comedores comunitarios luchan dia a dia por alimentar a una población cada vez más vulnerable. 

Paola Quero, militante social y coordinadora del comedor Los Tatú en Tandil, describió la situación como “insostenible” y afirmó que a pesar de las promesas de mejoría por parte del gobierno de Javier Milei, "la situación es la misma o peor que la del año pasado".

Señaló que la decisión de eliminar a los intermediarios en la distribución de alimentos ha tenido un impacto devastador. "Se dejó de entregar la mercadería que llegaba para los distintos comedores", afectando gravemente el abastecimiento, mientras los golpes a la puerta en busca de un plato de comida siguen en aumento.

"Nosotros recibíamos a través del movimiento la mercadería, ¿no? Antes se les podía hacer tarta a la gente, empanadas, se recibían los frescos, a veces hasta lácteos enviaban". Ahora, los comedores dependen de las donaciones y de lo que pueden adquirir en los bancos de alimentos, lo cual es insuficiente para cubrir la creciente demanda.

La crisis económica ha provocado que más personas recurran a los comedores para poder alimentarse. "Pasamos de 25 a 38 familias, y sumándose gente que está en blanco, o sea, gente que tiene un trabajo registrado". Quero explica que enormes aumentos en los gastos diarios y mensuales han golpeado incluso a aquellos que tienen empleo formal. “Le suben el alquiler, le suben la luz, le suben el agua, le suben el gas, todos los servicios, y no llega la gente”, aseguró.

Esta situación ha generado que personas que antes no necesitaban ayuda ahora tengan que recurrir a estos espacios para poder comer. "Hay gente que no está habituada a un comedor, que tiene su trabajo y hoy tiene que venir porque no tiene para el plato de comida, no llega", remarcó Quero.