FRASES EN LA HISTORIA
“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”
(“Si vis pacem, para bellum”. Flavio Vegecio Renato, escritor romano, 383-450)
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Por Daniel Xodo
Según historiadores, la frase original es “Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum”, que se traduce como “quien deseara la paz debe prepararse para la guerra” que los usos y costumbres modificaron.
Sin embargo, el párrafo completo de Vegecio sería: "Así pues, el que desee la paz, que se prepare para la guerra, quien quiera conseguir la victoria, que entrene a sus soldados con diligencia. Quien aspire al éxito, que luche con estrategia, y no lo deje al azar. Nadie se atreve a provocar u ofender a quien ve como superior en el combate".
La frase resume o contiene cierta visión del mundo propia de las naciones que, como Roma fueron desafiadas permanentemente a través de su historia.
Dominada en sus primeros siglos, creció prevaleciendo sobre sus vecinos y luego sobre gran parte del mundo a quien impuso su paz, incluso respetando las costumbres, religión y leyes de los pueblos conquistados, en tanto cumplieran con los tributos que se les exigía. La conocida pax romana.
Es posible dar distintas interpretaciones al concepto considerando que Vegecio escribe cuando la expansión del Imperio Romano ya había forzado su división entre el imperio de Oriente, con capital en Constantinopla, y el de occidente con capital en Roma. La conquista de territorios había comenzado en el 285 a.C., por lo tanto llevaban muchos siglos de lucha.
El estar en guerra sería, indudablemente, una sensación constante en Roma. Desde Numa Pompilio, uno de los primeros reyes etruscos de Roma, que lo había hecho construir, el templo dedicado a Jano (el dios de las dos caras, el inicio y el final, la guerra y la paz, el futuro y el pasado), era donde se hacían sacrificios al empezar una guerra. Sus puertas de entrar y salir, que solo eran cerradas en tiempos de paz, lo habían sido solo cuatro veces en más de cinco siglos, y en total por menos de un año.
La frase, adjudicada a veces a Julio Cesar, está contenida en la obra “Epitoma Rei Militaris” en la cual Vegecio recopila de muchos autores previos a él, incluso de autores como Catón el Censor, doscientos años antes de Cristo y también ejemplos tomados de la historia militar que, para su época, era muy larga, rica y variada en victorias y derrotas.
En los cuatro libros de la obra, Vegecio trata diversos temas de la vida militar. Desde la organización de los ejércitos, el entrenamiento, las condiciones, la disciplina, cuestiones tácticas y operativas, armas y pertrechos, abastecimiento, logística, campamentos y fortificaciones y hasta la guerra naval, la construcción de barcos y la importancia de los vientos en la navegación.
En el cuarto siglo, Roma había logrado imponer su dominio en un territorio muy vasto y por lo tanto, debía sostener esa romanización frente a los ataques que continuadamente sufría, para lo cual debía estar preparada permanentemente. O también conservar la paz desalentando a posibles atacantes. O armarse para castigar a quienes la habían atacado. Y también hacerlo para asegurarse la victoria si decidiera atacar para conquistar otros territorios. Había muchas razones para armarse hasta los dientes.
No es posible asegurarlo, pero es muy posible que muchos conceptos que Vegecio incluyó en su obra hayan contribuido en gran medida al concepto de Destrucción Mutua Asegurada, con el cual las potencias del siglo XXI suponen disuadir con armas nucleares a su eventual enemigo de iniciar ataques que devendrían en la destrucción de ambos.
Flavio Renato Vegecio fue, quizá, un adelantado en materia estratégica.