Consejos para crear jardines acuáticos de ensueño en tu casa
Sobre el autor
“Desde los jardines colgantes de Babilonia hasta los nenúfares de Monet, los jardines acuáticos han sido, en todas las épocas y en todas las culturas, un elemento indispensable en la decoración de los espacios”, destaca Magali Martija-Ochoa en su libro sobre esta temática botánica. Diplomada en Letras y apasionada desde siempre por las plantas, la autora se dedicó a generar una obra -entre muchas otras- que ponga a disposición de cualquier espacio este recurso ornamental y lleno de vida.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailNo importa cuáles sean las dimensiones del jardín, la cantidad de sol que reciba o a cuánto ascienda su presupuesto, la escritora asegura que cualquiera puede disfrutar de un vergel acuático en el que floten nenúfares y habiten carpas y ranas.
Para volver esto posible, Martija-Ochoa habló con paisajistas e instaladores de estanques que le han revelado todos sus secretos profesionales que puso al servicio de todos a través de su libro “Jardines Acuáticos”.
Son numerosas y minuciosas las cuestiones a considerar, sin embargo aquí dejaremos lo elemental para dar los primeros pasos y elegir la vegetación adecuada.
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Elemento agua
Cualquier contenedor que pueda retener agua se puede convertir en un pequeño o gran jardín acuático. Desde un jarrón, un conjunto de frascos, pecera, bañeras o bebederos en desuso, baldes o estanque. Lo bueno del caso es que tanto para exterior como para interior, con un espacio reducido o no, con grandes o ninguna limitación se puede lograr.
Como bien dice su nombre, el elemento fundamental en estos oasis es el agua, por lo que será necesario pensar un diseño o sistema que permita su oxigenación y la mantenga limpia. Esto puede darse con recirculación a través de fuentes o cascadas, o bien si el contenedor es más pequeño, con recambio manual. Vale mencionar que la incorporación de piedras y arena resulta muy beneficioso a este fin.
Además de esto, las mismas plantas acuáticas cumplirán un rol purificador, que funcionará aún mejor al asociarse con peces y ranas, favoreciendo a ese ecosistema.
Lo ideal es que el agua esté templada, entre los 15 y 18 grados, aunque lo mejor en general es tener plantas de agua fría, para no preocuparse por mantener la temperatura correcta.
Sobre las plantas acuáticas
Existe una gran cantidad de especies muy diferentes entre sí, que a grandes rasgos se pueden clasificar en cuatro grupos:
- Sumergidas: viven totalmente dentro del agua, de modo que su función en los estanques se reduce normalmente a aportar oxigenación. Es el caso de la elodea (Elodea canadensis) y de la "planta espada" Echinodorus bleheri.
- Emergidas: sus tallos, hojas, flores y frutos se encuentran total o parcialmente fuera del agua, pero enraízan en el lecho del estanque. Un ejemplo de estas son las nenúfares y papiros.
- Flotantes: flotan libremente por el agua sin enraizar en el suelo ni en las riberas. Son propias de aguas estancadas o cursos fluviales suaves. Aquí se considera a las conocidas como “lechugas” o “lentejas” de agua.
- Palustres: su hábitat originario son las riberas de los ríos y lagos; a menudo toleran e incluso necesitan vivir con las raíces continuamente encharcadas. Dentro de esta gama se incluyen los bellos lirios amarillos y el cálamo aromático.
Para lograr un conjunto armónico y equilibrado es interesante combinar varias especies de cada una, siempre que el espacio lo permita. Se pueden utilizar, por ejemplo, varias plantas sumergidas que oxigenen el agua y la mantengan clara y libre de algas, diferentes especies emergidas de floración atractiva, alguna planta flotante que aporte ese toque especial de charca natural y, por supuesto, varias plantas de ribera que den continuidad a la parte húmeda uniéndola con el resto del jardín.
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