Madres y emprendedoras
SER MADRE Y ANIMARSE A EMPRENDER
Consejos para mamás que deciden empezar con algún proyecto.
A muchas nos pasa que, al tiempo de ser mamás, nos dan ganas de arrancar con algún proyecto propio que nos despeje un poco la mente; quizás continuar proyectos que venían de antes o inventar nuevos. Es un nuevo mundo el de la maternidad y, también lo es el de emprender entre mamaderas, puré de zapallo y mucha, pero mucha, falta de sueño. La energía no es la de antes, al menos en los primeros años, y los intereses y las prioridades, tampoco.
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Desde Tatetí nos comunicamos con Juliana, la Dra. Cuentas, para que nos aconseje y guíe a quienes no sabemos por dónde empezar ni cómo hacerlo.
Antes que nada, Juliana nos propone hacer un parate, tomar nota y planificar el proyecto:
- Lo primero que debemos hacer, es definir si brindaremos un servicio, venderemos un producto o haremos una combinación de ambos.
- Una vez definido esto, debemos saber con qué recursos contamos; de cuánto tiempo dispondremos, y cuánta energía podremos meterle al proyecto. Es importante ser coherentes con nuestras posibilidades, ya que este punto definirá muchas decisiones a tomar luego.
- Tras analizar nuestras posibilidades, debemos trazar una cadena de producción, de principio a fin; una vez esto, decidir en qué eslabón participaremos y cuál delegaremos a otros.
- Es fundamental saber delegar y pagar a profesionales o gente especializada en temas que nosotros no sabemos manejar; muchas veces el querer ocuparnos de todo, nos dificulta y complica el proceso, más de lo que lo beneficia.
Los emprendimientos pueden surgir como algo pequeño para luego ir creciendo, poco a poco; lo mejor es que sea un avance gradual, y no aspirar a un gran negocio de entrada. Luego, podrá ir mutando o creciendo a medida que pasa el tiempo.
Luego de pensados y planificados estos primeros pasos que tienen que ver más con el proyecto en sí, debemos meternos en uno de los puntos más importantes como lo es el de la inversión. Con cuánto contamos para dar un primer paso. Es clave poner un tiempo estimado y razonable, para poder empezar a ver algún movimiento; con un mínimo de 5 o 6 meses debería haber ya señales de que la cosa avanza, o no. Hay reglas que hablan de uno o dos años para poder empezar a retirar dinero pero muchas veces no es necesario esperar tanto. La Dra. Cuentas propone retirar un “sueldo simbólico” desde el principio, a modo de motivación.
La frustración suele ser una de las principales causas por las que quienes emprenden abandonan a mitad de camino; pero, en realidad, es la falta de planificación la que lleva a que ese proyecto fracase.
Los canales de venta es otro de los ítems a pensar de antemano e ir repensando y actualizando con el paso del tiempo. Vender de manera virtual a través de las redes es una opción, pero no la única. Hay tiendas virtuales, sitios webs. También se puede ir a ferias para darse a conocer, showrooms y, por último, pensar en un local. Pero en un primer momento, es fundamental que la estructura del negocio sea lo más flexible posible. Que se adapte a la madre y sus tiempos; sus complicaciones y horarios.
Una buena manera de organizar la producción cuando los tiempos con los que contamos son escasos, es manejar cantidades de stock, por pedidos o preventa. Puede ser elaboración que responda a pedidos, para tal o cual fecha. O bien, venta del stock hasta agotarlo. Incluso, de esta manera, la tienda puede cerrar por un tiempo, en caso de presentarse alguna dificultad, para volver a retomarla más adelante.
La clave, es buscar proveedores que tengan el conocimiento, buscar gestión, administración, ayuda especializada y específica del tema. El nombre y el logo importan, pero más aún importa la estructura de costos y organización de la producción. Analizar, con quien sepa de la materia, si es rentable y puede funcionar, primero; a la estética y a la imagen podremos dedicarnos después.
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