Un criadero de pollos del interior de Tandil es claro ejemplo de resiliencia
Tras el incendio sufrido hace un par de meses, Joaquín González y familia se basan en los principios del emprendimiento y en la trayectoria para salir adelante, según comentó en un nuevo podcast de El Eco Campo.
A comienzos de diciembre, una de las noticias que impactaba en la comunidad de Tandil era el incendio de galpones de uno de los criaderos de pollo más conocidos de la ciudad de Tandil.
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El siniestro provocó la pérdida de unos tres mil pollos con el consiguiente impacto económico en los emprendedores que desde hace unas tres décadas desarrollaban una labor seria y con la calidad como eje central.
Superando retos y manteniendo su compromiso con sus clientes, Joaquín González y su familia son ejemplo de la capacidad de resiliencia.
“Granja Gardey empezó en los años ´90. Mi padre (Aldo Roberto González, conocido como El Cacho o El Pollero de Gardey) estaba económicamente -hablando en criollo- fundido con la chacra. Mi viejo era chacarero-ganadero y esos años eran bravos. Mamá (Silvia Adriana Contreras) empezó con la granja como un sustento de la familia, como para que haya algún apoyo para comer, poquito a poquito”, relató sobre los inicios.
Añadió que “cuando nos quisimos acordar, pasaron los años y estábamos en la familia abocados al pollo. Mi mamá lo inició en un gallinero, en el campo, como puede empezar cualquier señora”.
Con el paso del tiempo “mi viejo en vez de reinvertir en la chacra, lo hacía en los pollos y abandonaba un poco lo que era su vocación de chacarero”.
Joaquín agregó que cuando faltó su papá “seguí con mamá, un tiempo más, hasta que se quiso retirar y se jubiló. Hoy sigo con mi esposa (Jesica Magalí Ferreiro) y siempre mi mamá está de apoyo, como le debe pasar a cualquiera que está en una empresa familiar: la que la inició te ayuda a guiarte para para seguir adelante”.
Actualmente producen el denominado “pollo parrillero” y comercializan algo de cordero, cuya temporada empieza a aflojar. “Lo anexé hace unos tres años como para bajar los costos de reparto. Lo que hacemos es sembrar el campo y nuestro grano lo vendemos en kilo de carne. De la chacra vendemos a kilo de carne de pollo”, explicó al mencionar como integran y lograr el valor agregado.
En tiempo y forma
A diferencia de las grandes producciones industriales, donde los pollos son sacrificados en aproximadamente 40 días, en Granja Gardey se crían durante 60 a 65 días, lo que resulta en un producto de mayor calidad y sabor.
Joaquín afirmó: "Nuestro norte siempre fue el valor agregado. Pero buscamos que el pollo crezca en tiempo y forma, como debe ser", manifestando de tal forma su postura sobre la forma de crianza.
Ese compromiso con la calidad le ha permitido a Granja Gardey consolidar una sólida reputación entre los consumidores de Tandil y la región.
“Uno siempre apunta a mantener la calidad, por más que los costos hoy se elevan mucho. Nuestra meta es siempre mantener la calidad, no importa los valores. Queremos seguir cumpliéndole al consumidor que quiere comer sano. Hay diferencia de valores, pero la única manera de mantener la calidad muchas veces a fuerza de ciertos costos. Te puede perjudicar en el momento, pero a la larga no, porque mantenés una línea y una manera de trabajo que es fundamental”.
Granja Gardey compone el equipo de trabajo con dos personas en producción, una ayudante los días de faena, la esposa de Joaquín y el propio Joaquín junto a otro colaborador en el reparto.
A ellos se suman los veterinarios de registro y varios colaterales.
Momento de crisis
El incendio puso a prueba la entereza de la familia González, pero lejos de rendirse, encontraron en la adversidad una oportunidad para demostrar su compromiso y resiliencia.
Ante esta tragedia, distintos sectores de Tandil se movilizaron para apoyar a la familia González. Vecinos, clientes y personas desconocidas ofrecieron ayuda, tanto en trabajo como en donaciones. Esta ayuda fue fundamental para que la familia pudiera cumplir con sus obligaciones más inmediatas, como pagar sueldos y aguinaldos, y seguir manteniendo su producción. “La verdad que muchísima gente nos ayudó un montón, porque en ese momento nos ayudó a pagar los sueldos, pagar los aguinaldos”, destacó Joaquín González con gratitud.
Los proveedores también mostraron su apoyo, permitiendo que la producción continuara. Este respaldo fue un reconocimiento a la trayectoria de la familia González y a su compromiso con la comunidad.
Joaquín comentó al respecto: “Uno siempre da la cara, por más que no pueda pagar y yo creo que eso ayuda mucho”, destacando la importancia de la honestidad y la transparencia en las relaciones comerciales.
Seguir adelante
A pesar de la magnitud de la pérdida, Joaquín González y su familia se mostraron determinados a salir adelante. Con los dos galpones restantes, la granja continuó produciendo, aunque con ciertas demoras.
La prioridad de Joaquín fue pagar a los proveedores y los sueldos de sus empleados, demostrando su compromiso con la comunidad y con su equipo. “Se levanta laburando, es la única manera, es lo único que sé hacer”, había declarado Joaquín en su momento, reflejando la determinación de la familia para superar la adversidad.
"Papá lo hizo cuando estaba fundido con la granja; lo levantó de abajo. Yo voy a hacer lo mismo", añadió en el momento del incendio, mostrando el espíritu de lucha heredado de su padre.
La determinación y el trabajo duro son valores que la familia González ha demostrado a lo largo de su trayectoria, superando retos y manteniendo un firme compromiso con la calidad de sus productos.
La granja sigue produciendo su "pollo gourmet", criado en galpones tradicionales, pero con alimento a base de cereales, sin aditivos ni potenciadores, diferenciándose de la producción industrial.
La historia de Granja Gardey es una inspiración, demostrando que incluso ante la adversidad, la perseverancia, el apoyo de la comunidad y el compromiso con la calidad son fundamentales para superar los desafíos y seguir adelante.
Joaquín González y su familia son un ejemplo de esa fuerza y la resiliencia del espíritu emprendedor de la gente del campo, reafirmando su compromiso con la calidad y con su comunidad.
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