Ulises Forte planteó serias diferencias con las políticas que lleva adelante el Gobierno

Durante el encuentro de fin de año del IPCVA realizado recientemente, el expresidente del Instituto se mostró como “no optimista” sobre el momento actual.

- ¿Cuál es el panorama al cierre de este año?

- Me permito no ser optimista. Creo que hay puntos positivos, sin dudas, porque se produjeron destrabes burocráticos; se eliminaron eso de cinco o siete cortes populares famosos que no se podían exportar; hubo algunas quitas de retenciones a algunos tipos de productos (creo que no había que tocar a la vaca, sino que había que tocar el novillo y es otra discusión), pero es un cúmulo de buenas voluntades. 

Se había generado una expectativa muy interesante a principio de año. Siempre que hay un cambio de gobierno, se generan expectativas y en el sector eran muchísimas, porque estábamos tan mal con semejante desastre que éramos como el náufrago que se agarraba de cosas con tal de no ahogarse.

Arrancamos con un dólar alto, con un mercado interno que todavía estaba con poder adquisitivo y una con ilusión, con una esperanza que se fue cayendo mes a mes.

Llegamos de decir que el peso era una m…, a decir que están en el gobierno para cuidarlo; del que se iba a dolarizar a un dólar que cotiza cada vez menos... vivimos en la libertad, pero se mantiene el cepo y con un tipo de cambio pisado; una alta carga impositiva... 

Todo eso fue desmintiendo esa ilusión y, a la vez, cayó el poder adquisitivo de la gente y el empleo, según dice el Indec. No lo decimos nosotros. Tenemos 52 por ciento bajo línea de pobreza y el 75 por ciento de los salarios argentinos en blanco están por debajo de esa línea.

Ese es nuestro principal mercado y no hay empresa que funcione cuando tu principal cliente no tiene plata para comprar tu producto. Entonces, obviamente llegamos a esta altura del año como diciendo esperemos que estemos igual, que no estemos peor el año que viene.

- ¿No cree que esto es también una consecuencia de lo que se venía arrastrando en cuanto a lo económico.?

- Seguro. Semejante atrocidades que estamos viviendo... 

Alfonsín que fue el más sincero que dijo, "Mi objetivo es que las próximas elecciones se vivan en democracia", porque lo logró.

Después creo que el Presidente no mintió en su campaña electoral es este, cuando dijo "Se van a c… de hambre" y “si hacemos todo el esfuerzo Argentina va a surgir dentro de 30 años”, “cada vez vamos a estar peor y tiene un costo social. La justicia social es una porquería, una mentira”. 

O sea, nos dijeron que nos iban a matar. No es nada nuevo. Y por supuesto era tal el desastre del que veníamos que la gente se aferró a cualquier cosa, a algo diferente, cuando no se dan cuenta que venía a hacer lo mismo. Cuando le dice a Cristina, "Estate tranquila" y dice que va a terminar con la casta; o su héroe nacional es el asesino de Río Tercero, Carlos Saúl Menem; cuando al padre de la democracia dice que lo cag... a trompadas... 

Y económicamente, por supuesto que es una consecuencia de lo que estábamos viviendo. Estábamos en el pozo ciego y nos llevaron a la cloaca... Yo no soy ni pozo ni cloaca.

Con el diagnóstico estoy totalmente de acuerdo, pero lo que no estamos de acuerdo es con la receta.

Menor consumo de carne

- Se han conocido datos sobre nuevas caídas del consumo de carne. ¿Es consecuencia de todo esto?

- Sí, claro. Escuché decir por ahí que había un cambio cultural. 

Pero se consume menos carne, menos leche, menos huevos, menos fruta, menos verduras, el 50 por ciento en la farmacia con respecto al año pasado de medicamentos y aumentó el consumo de harina. ¿Hay un cambio cultural o un cambio de billetera? 

Está claro el deterioro del poder adquisitivo. Hay un 52 por ciento bajo línea de pobreza. Del otro 48, el 30 por ciento rasguña la lata para llegar a fin de mes: la famosa clase media.

Entonces entre comerte el asado familiar del domingo y pagar el gas, la luz o el teléfono, obviamente que los servicios tienen prioridad.

Los que ya estamos en la etapa prender fuego porque vienen los chicos, qué mejor placer que juntar 10 ó 12 familiares directos -entre hijos, nietos, yernos y nueras- alrededor de la mesa con un asado. Si al asado le ponés el fiambre, la picada, el vino, la gaseosa, la carne y el postre, se te fue la jubilación. Un jubilado hizo que cag… la jubilación de 300 lucas en ese asado. 

Entonces, obviamente que pasa por el poder adquisitivo. Después somos la gran panacea porque renuncié a mi jubilación de privilegio. Te aplaudo: mi señora cobra 300 lucas por mes y seguro que se ve beneficiada por esto. ¿Viste? 

El populismo, el socialismo de izquierda es malo; pero el populismo de extrema derecha también es malo.

- ¿Observa que la producción busca repuntar para tener una mayor oferta ganadera?

- Yo creo que sí. Hoy el que puede se está haciendo un animal pesado, porque vale por lo mismo y hay una escasez de novillo pesado.

Lo que pasa es que con la ausencia del Estado, con mercado puro, hay que tener una espalda financiera inmensa para poder aguantarlo.

Sin dudas que está buscando la reconversión y hay gente que está ilusionada... o no sé qué está pagando, porque cuando vendés el novillo a 1900 el kilo gordo y pagás 3000 el ternero en la feria, obviamente que hay gente que está sacando alguna cuenta que no me cierra.

El futuro

- ¿Tiene futuro la ganadería?

- Sí. Tiene futuro porque somos porfiados. La tozudez y la cultura nuestra te lo da. Económicamente, a corto plazo no te cierran los números, pero yo creo que el que la tiene arraigada en su cultura hace lo imposible para permanecer. 

La prueba son nuestros Puntos de Encuentro, que se llenan de jóvenes. Reunís más gente en los Puntos de Encuentro que en las jornadas a campo. Quiere decir que la pibada tiene la ilusión de seguir. 

- Pese al panorama complicado, ¿el IPCVA sigue trabajando en la promoción de la carne?

- En la época de vacas gordas es cuando más tenés que laburar.

El Instituto está trabajando mucho y muy bien en promoción externa y en promoción interna, tanto sea lo que estamos haciendo con las redes sociales, las jornadas de campo, las de la juventud…