El tratamiento de efluentes es uno de los grandes temas de la producción pecuaria

Bajo el lema “Con foco en la salud de nuestros suelos”, el encuentro contó con un auditorio repleto y la profesional Karina García, licenciada en Tecnología Ambiental del Inta Barrow, planteó una serie de conceptos.

- ¿Cuál es panorama que se observa en nuestra zona?

- Lo que se ve en esta zona es lo que se viene observando en general a nivel nacional, que es una intensificación de las diferentes producciones pecuarias.

En particular hice mucho hincapié en lo que es la lechería. Primero porque estamos en una cuenca lechera que es la Mar y Sierras, pero también un poco por los años en los que vengo trabajando en la temática.

Es algo que viene ocurriendo en todos los sistemas productivos (producción de cerdo, de carne o de leche) en donde se viene concentrando mucho esa producción en menor espacio, con encierres y demás.

Desde el punto de vista ambiental tenemos una mayor cantidad de residuos y de efluentes, que básicamente es materia orgánica (el estiércol de los animales).

Es necesario manejar adecuadamente. Por un lado, para reducir la contaminación que eso está generando en las napas subterráneas, la napa freática, pero sobre todo con el afán de poder aprovechar los nutrientes que ese material tiene. Es decir, por un lado disminuimos el impacto ambiental, pero -por el otro- aprovechamos esos nutrientes de forma de volverlos al suelo, al sistema productivo del cual -en definitiva- se extrajeron para la producción del alimento de esos mismos animales.

Diversas opciones

- ¿Cuáles son las herramientas que hay al respecto?

- Desde Inta se viene trabajando hace bastantes años en las temáticas, evaluando diferentes alternativas que están asociadas mucho al tipo de sistema productivo, a la escala, a la zona en la que nos encontramos. Ahora: hay una brecha bastante importante en lo que es la adopción de tecnologías o de estrategias.

Por ahí hay cuencas lecheras o zonas que son más propensas a incorporar tecnología y otras en que cuesta un poco más, con lo cual es muy importante trabajar también en la concientización y en la capacitación.

En general, en esta zona falta bastante todavía esa incorporación. Si bien existen casos aislados, falta más acompañamiento para poder ponerle valor a eso que están haciendo y que no solamente sea un gasto económico, sino que se le vea realmente el aprovechamiento que eso tiene.

- Evidentemente el punto de vista económico a veces ayuda a convencer a muchos…

- Exactamente. Por eso yo siempre digo que la vía de entrada hacia el productor es mostrarle que ese material no es solo un residuo del que hay que deshacerse, sino que -haciendo un buen manejo- puedo recuperar esos nutrientes, puedo mejorar la calidad de los suelos.

Estamos justamente en una jornada con eje en la salud del suelo con lo cual el foco está puesto en eso, en decir tengo este material que -lejos de contaminar- puedo optimizarlo, si bien voy a tener que hacer una inversión. Cualquier alternativa que implemente lo va a requerir, así como un mantenimiento.

Es hacerle ver al productor que no voy a reemplazar totalmente los nutrientes o los fertilizantes inorgánicos que se utilizan en las producciones, pero sí voy a complementar: voy a reducir un poco el uso y voy a mejorar de forma más integral la calidad de los suelos.

A medida

- Marcaba que no hay una receta única, que todo depende de una serie de factores…

- Exactamente. Muchas veces nos encontramos con productores que porque conocen a otro de características similares y que hizo algo dice `yo voy a hacer lo mismo` y después nos encontramos con sistemas que están colapsados, que no funcionan, con bombas que se tapan, con lagunas que se llenan, que se rebalsan… Y generalmente la respuesta del productor es ´esto no funciona mejor no hago nada´.

Justamente ahí está el punto. Primero tengo que conocer mi sistema, ver qué y cómo lo estoy generando para que lo que implemente -aunque sea de baja tecnología- se pueda sostener y sirva para ese sistema productivo en general.

La problemática no es una cuestión ni de escalas ni de sistemas productivos. Claramente en los sistemas nuevos -al menos los de producción de leche- que se están instalando últimamente ya ha habido un cambio de conciencia. 

Entonces hay muchos productores que de antemano lo encaran. Para hacer la instalación, necesitamos que el sistema esté más elevado que el resto del predio. Entonces ya el productor es consciente y plantea que donde saco esa tierra será el lugar donde mandará los efluentes. 

Con ese criterio a veces empieza a tener conciencia y a consultar de qué tamaño debería ser esa laguna, donde debería ubicarla… Entonces es más común encontrar sistemas nuevos que ya tienen algo de ese manejo de efluentes.

No es una cuestión ni de escala, ni de tipo de sistema, sino es una problemática que abarca a todos.

- ¿El auditorio completo refleja el interés del tema y la voluntad de capacitación de los profesionales?

- Exacto y sobre todo fomenta el trabajo integrado.

Las temáticas ambientales van más allá de una disciplina y hay que abordarlas desde diferentes aspectos: el ambiental y el agronómico, entre otros. Sí o sí son temas que requieren la interdisciplinariedad y -como recién decía- es muy importante que podamos trabajar en conjunto con diferentes visiones para poder hacer lo mejor posible con esta problemática.

- ¿Cuál es el mensaje en particular para los productores tamberos de la zona? 

- Que empecemos a observar, a tener más conciencia, que no veamos este tema solamente desde el punto de vista económico.

Obviamente son instalaciones que requieren de una inversión importante, pero al menos hay que empezar a considerarlas como una parte más del sistema productivo. 

No lo dejemos para después, porque sumado las intensificaciones y las cuestiones climáticas -cada vez tenemos eventos más extremos- y demás, el problema se hace mucho más grande. Entonces, debemos empezar a incorporar esto como parte de toda la rutina de la producción de leche.