EL ECO PODCAST
El fósforo es un nutriente que permite maximizar la rentabilidad de los cultivos
El reciente lanzamiento de otra campaña de promoción del cuidado del suelo y la adecuada nutrición de los cultivos por parte de Fertilizar Asociación Civil fue motivo de un nuevo podcast de El Eco Campo.
La entidad sin fines de lucro presentó su programa “Sumá P, hacé la diferencia”, en la que destaca la importancia de incorporar fósforo a las estrategias de fertilización.
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Esteban Ciarlo, coordinador técnico de Fertilizar, dialogó con El Eco Multimedios y planteó que el fósforo “es uno de los nutrientes principales para el crecimiento de los cultivos. Creería que todos cultivos que se hacen en Argentina requieren fósforo, desde los más conocidos hasta a los menos conocidos”.
Es que “la mayoría de las plantas necesitan fósforo para vivir y muchos suelos son pobres en este nutriente. El fósforo es un insumo fundamental para que las plantas las plantas de los cultivos y los forrajes puedan crecer y desarrollarse”.
Ciarlo indicó que el objetivo es “concientizar en base a algunas herramientas sobre el uso del fósforo, haciendo énfasis en básicamente en seis cuestiones”.
- ¿Cuáles son esos ejes?
- Los seis subtemas grandes son las funciones del fósforo; qué le pasa en el suelo; una cuestión sobre diagnóstico de las necesidades; las mejores prácticas de fertilización con fósforo; y dos subtemas que son particulares y que van apuntados a dos cultivos con requerimientos muy altos de fósforo: la soja y las pasturas. Los pastos que se cultivan como uso forrajero, el 50% son de base alfalfa, que es una leguminosa también con un requerimiento de fósforo muy alto.
En esos dos cultivos es donde decidimos hacer un poco de foco, si bien no nos olvidamos de los otros cultivos importantes -trigo, maíz, girasol, cebada- que también necesitan fósforo, pero en esta campaña, apuntamos particularmente a la fertilización con fósforo en el cultivo de soja y en pasturas.
La función
- Yendo al primero de los subtemas, ¿cuál es la función que tiene el fósforo?
- Fósforo quiere decir el que trae la vida y el que trae la luz. Viene de una palabra griega y tiene que ver mucho con la energía, con la transferencia de energía que ocurre en nuestros cuerpos.
La energía -como bien sabemos- no se crea, sino que se transforma, y en ese movimiento de energía hay una molécula muy particular que se llama ATP, que tiene fósforo.
Y esa es una de las funciones principales que tiene el fósforo en todos los organismos, desde las bacterias hasta los organismos más evolucionados, que somos nosotros.
En las plantas decimos que el nitrógeno le da un crecimiento rápido espectacular. Pero el cimiento, la fortaleza, la base del crecimiento se da por el fósforo, que genera plantas robustas, sanas, con raíces abundantes… Además, tiene muchas otras funciones.
También forma parte de las membranas. Todos nuestros cuerpos están formados por células, que tienen una parte de afuera que las cubre que se llama membrana y está formada por fósforo. Entonces tiene una función muy importante en la energía y también tiene una función estructural.
- ¿Qué es lo que pasa en el suelo?
- El fósforo tiene una característica muy particular y es un elemento de los que se denominan de los inmóviles.
Cualquier elemento en el suelo puede tener alta o baja movilidad con el agua. El fósforo tiene muy baja movilidad: donde lo apoyas en el suelo empieza a reaccionar y como que se queda fijo. Por supuesto que hay suelos que lo inmovilizan más y otros menos, pero en general se considera que es un nutriente bastante poco móvil.
Está más inmóvil, por ejemplo, en los suelos de Entre Ríos, que tienen mucha arcilla o mucho calcio; o en los suelos tropicales (Misiones)…
Cuando uno habla de inmóvil lo que está diciendo es que generalmente hay poco que está disponible para las plantas. Cuando uno piensa en algo inmóvil en el suelo está pensando en algo que hay poquito, porque la mayor parte está como agarrada a algún lugar y las plantas no pueden -en general- tomarlo, sino que pueden agarrar lo que está suelto.
Eso que está suelto es muy escaso y las plantas ese poquito lo van consumiendo todo el tiempo.
Es un elemento que en general no se lava en profundidad, a diferencia de otros. No contamina las napas porque no se mueve para abajo. Lo que sí puede pasar -sobre todo cuando hay erosión y en lugares donde se fertiliza mucho con fósforo (tiene que haber casi un fenómeno de hiper fertilización, que está muy lejos de la situación que tenemos en Argentina) y hay pendientes- es arrastrar en superficies a cursos de agua. No es el caso de Argentina porque -en principio- tenemos siembra directa, lo que ha controlado muy bien la erosión; y porque nuestras dosis de fósforo son realmente muy bajas todavía.
Un poco el objetivo de la campaña es aumentar la reposición de fósforo.
Cómo diagnosticar
- ¿Qué rol ocupa el diagnóstico?
- Es el paso número uno. Cuando queremos mejorar algo de nuestra salud nos hacemos un análisis.
El análisis de suelo es una herramienta realmente muy barata y que da un montón de información. Una de ellas es lo que se llama fósforo extractable, que es una medición como si fuera de hierro en sangre.
La hacen todos los laboratorios agronómicos del país. Es muy sencillo y tiene mucho correlato con cuánto crecen las plantas.
Hace muchos años que muchos investigadores vienen trabajando en la asociación de ese dato con el crecimiento de las plantas y el rendimiento de los cultivos. Hay mucha información de base que nos permite ser sólidos en la recomendación.
Ese diagnóstico da un número que es un índice. En principio lo más importante es que me dice -en función de todas las investigaciones- si el cultivo tiene probabilidad de responder a la fertilización o no.
Son muy fuertes los datos que respaldan esos análisis y entonces con mucha precisión puedo saber si mi cultivo va a responder al fósforo.
- Mencionó cuatro R a cumplir al momento de la fertilización…
- Las cuatro erres que nosotros solemos tratar para entender y poner un poco de luz, son cuatro aspectos donde uno se puede concentrar y donde reside el mayor éxito de la práctica.
Una es la dosis, que uno puede estimar en función de los análisis de suelo, de las expectativas de rendimiento, los antecedentes y la filosofía.
El fósforo es un nutriente poco móvil y eso quiere decir que si yo fertilizo me sirve para este cultivo, pero también me sirve para el que viene. Eso es muy importante sobre todo para el productor de campo propio o para el que arrienda si tiene algún contrato de mediano plazo.
Eso se llama filosofía: ¿pongo solamente lo que necesita mi cultivo, en función de lo que me dicen los modelos o dejo un poco más y reconstruyo el suelo? Hay mucha gente -sobre todo el que el campo propio- que dice: esto es la herencia que le quiero dejar a mis hijos y reconstruye.
Hay distintas estrategias y filosofías. No hay una única receta para determinar la dosis. No es solamente una decisión que está bien, sino que es un conjunto que podrían ser correctas.
Después de la dosis, viene la fuente, o sea qué producto. Hay varios fertilizantes que tienen como base fósforo y debo determinar cuál poner, si uno que solo tenga fósforo o que tenga nitrógeno… Debo determinar cuál de todos los fertilizantes que hay en el mercado le pongo.
Otro tema es el lugar correcto. Como el fósforo es poco móvil en general, se sugiere que esté lo más cerca posible de las raíces, porque no es como el nitrógeno que viaja hacia la raíz, sino que la raíz tiene que ir a buscar el fósforo. Entonces la ubicación correcta siempre es lo más cerca posible de donde van a crecer las plantas.
Cuando se siembra se trata de ponerlo lo más cerca posible de la semilla, de modo que las raicillas primero y las raíces después pueden capturar el fósforo y tener un efecto rápido de arranque vigoroso, un crecimiento fuerte.
Por último, el momento en fósforo no es tan delicado como en otros elementos. Al no ser tan móvil no tiene una dinámica tan grande, pero siempre conviene tener cierta previsión de la solubilización del fósforo que uno agrega como fertilizante. Hay que darle tiempo para que se solubilice para que las raíces lo puedan alcanzar o que lo alcance alguna lluvia que lo pueda dispersar un poquito.
Quizás el momento en el fósforo es -de todos estos ítems- el menos crítico.
La diferencia
- El slogan de la campaña es “Suma fósforo, hace la diferencia”. ¿Cómo son los números?
- La forma más fácil de medirlos es con el rendimiento y el crecimiento, que siempre se van a potenciar cuando uno agrega fósforo, en el corto, mediano y largo plazo.
Tenemos un montón de estudios y de casos donde vemos que los efectos son fuertísimos. No son el primer año, sino que a medida que pasan los años hacen cada vez más fuertes y se va estabilizando un poco la producción.
No solo la va aumentando en cantidad, sino que la va estabilizando en valores más alto. Eso es bastante importante para las empresas: generar un ingreso que sea más fijo que variable.
Los resultados nos dan que la gran mayoría de las veces es rentable. En el largo plazo siempre es rentable aplicarlo y en la gran mayoría de los casos también.
Tenemos una red de ensayos donde vamos probando distintas estrategias de fósforo más de otros nutrientes y en la gran mayoría de los años la aplicación de fósforo es rentable. Siempre hay que mirar la relación insumo/producto, que es la relación entre cuántos kilos de grano me da cada kilo de fósforo, y compararlo con las eficiencias.
Nuestros resultados son que incluso en años donde el fertilizante es relativamente caro y el grano relativamente barato las probabilidades de una respuesta económica positiva es muy alta.
Hay como un mito de que el fósforo en los años secos no funciona. Probablemente en los años secos es donde mejor funciona y tenga más rentabilidad económica, porque lo que hace es generar raíces más fuertes y con más extensión para ir a buscar el agua, que -en el fondo- es siempre el elemento más limitante de todos.
- ¿Su mensaje final?
- Agradezco por ayudarnos a amplificar un poco esto. Lo que realmente nosotros estamos viendo es -no solo en fósforo, sino en un montón de nutrientes- la pérdida de capacidad productiva y nutrientes que se van en los barcos, ya que no se reponen en la cantidad suficiente.
Eso implica el deterioro y los suelos se nos van empobreciendo, aunque sea de a poco.
Es importante poner una luz de alarma, en este caso con el fósforo, pero lo mismo le pasa con muchos otros nutrientes.