El Eco podcast
La genética de las abejas reinas y su importancia para mejorar los rindes de la colmena
El valor de la producción apícola en la región y sus múltiples aristas son tratados en otra serie de podcast de El Eco Campo. La tercera entrega está destinada a conocer más sobre la genética de las abejas reinas para mejorar el ecosistema de la colmena y favorecer la producción melífera.
La abeja es un insecto noble tanto desde el punto de vista de la interacción con el ser humano como a partir de todo lo que genera en relación a la biodiversidad y las economías regionales. La semana pasada, en este espacio se abordó la problemática de la sanidad apícola y las parasitosis que afectan a las colonias, y en este entrega las protagonistas son las abejas reinas, el motor de las colmenas.
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En este marco, hay una tandilense que es una de las pocas productoras mundiales que se dedica a mejorar la especie de abejas reinas, en uno de los mejores microclimas del mundo para la producción de miel. Se trata de Micaela Christensen, quien junto a su marido, Rubén Montero, son propietarios de Alfa Apicultura y comercializan en Argentina y a otros países reinas maduras, listas para iniciar su propia dinastía.
El Eco Podcast entrevistó a Micaela, técnica universitaria en Apicultura, quien trabaja desde hace 20 años en el tema. Diez años atrás comenzó a interesarse en la genética de las abejas aplicada a optimizar la producción y hoy forma parte del Programa de Mejoramiento Genético Apícola del INTA. El INTA se encarga de la selección y el trabajo de laboratorio, y eligen cabañas que reproducen esa genética seleccionada para llevar a cabo la cría de estas reinas.
De este modo, la productora señaló que “me di cuenta de que en otras producciones agropecuarias la genética era una pata importante en la producción y que en la apicultura también era necesario abordarla. Nos proveíamos con un criador de reinas que se retiró de la actividad y nos ofreció a nosotros continuar con el criadero”.
Aceptaron el desafío y empezaron a interiorizarse en el trabajo, que es muy minucioso. Partiendo de la base de que la colmena es una colonia de individuos que tiene cientos de miles de abejas encabezadas por una reina, bajo determinadas condiciones y circunstancias las obreras generan una nueva reina.
Cría de reinas
Así, en la producción comercial se utiliza un apiario para simular esas condiciones que favorecen la cría de reinas. "Tomamos una larva que reúne las condiciones, la trasladamos del panal donde la colocó una reina a otras copitas que dan origen a las celdas reales. El proceso se desarrolla en diferentes colmenas, con diversas condiciones. Tenemos dos productos: las celdas reales con el capullo que contiene la reina virgen por nacer, y por otro lado las reinas fecundadas, que nosotros hacemos nacer para que se fecunden y hagan su postura”, explicó Christensen.
De esta manera los productores pueden armar núcleos que dan origen a nuevas colmenas. Asimismo, es crucial que las reinas puedan trasmitir características que hagan que la colmena sea más numerosa, resistente y eficiente.
Alfa Apicultura se encuadra dentro de la Asociación de Cabañas Apícolas, un espacio institucional que agrupa a apiarios de todo el país y articulan con el INTA para recibir asesoramiento al respecto.
En tal sentido, desde el organismo estatal nacional aportan recursos técnicos y humanos para investigar sobre la temática y proponer soluciones que estimulen la producción apícola.
Por ello, el programa selecciona distintas líneas genéticas por su resistencia a las enfermedades, fundamentalmente en torno al comportamiento higiénico que se trasmite genéticamente. El comportamiento higiénico es la capacidad de la abeja reina para detectar una cría muerta o enferma, removerla del panal y sacarla de la colmena. En consecuencia, el mismo insecto controla ciertas enfermedades que se propagan a través de las larvas y constituye una característica importante para favorecer el sistema inmune.
En paralelo, los profesionales investigan también como erradicar o volver a las abejas más fuertes ante ciertos parásitos como la Varroa, un ácaro muy dañino que no ha logrado combatirse de forma definitiva. Es decir, el mejoramiento genético está pensado también para que las abejas se vuelvan más resistentes ante la mortandad y los embates del entorno
La mansedumbre y la capacidad de postura, además, son otras condiciones requeridas por genética. “Siempre pensando que una reina que pone muchos huevos genera que haya muchas abejas en el campo juntando néctar y produciendo miel después. Estamos muy contentos de ser multiplicadores de esta genética”, detalló.
Así, la cabaña de Micaela forma parte de esta iniciativa extendida a lo largo y ancho del país para competir con la mejor calidad de exportación. “Como el trabajo de la abeja está influenciado por el clima, la idea es multiplicar la variedad con una línea genética adaptada a la zona. Buscamos que tenga una buena capacidad de postura de huevos para que nazcan más abejas y entonces haya más abejas para producir, y más rendimiento de miel”, desglosó.
La cuestión de las abejas se transformó en una preocupación mundial cuando las urbanizaciones cada vez más extensas y la reducción de cultivos hicieron a los insectos luchar por espacios de acción y retraerse a zonas cada vez más pequeñas. Más allá de los dilemas en torno a la propia especie, los insectos melíferos son un eslabón clave en la cadena alimentaria y la polinización es el modo en que muchos cultivos se fecundan, con la consecuente reproducción vegetal.
Investigación e intercambio
Por otra parte, los productores de reinas participan anualmente de un taller anual donde tienen la oportunidad de generar un intercambio con los investigadores y articular esfuerzos. Si bien la actividad en muchos aspectos es muy artesanal, ostenta un gran desarrollo, líneas de investigación y posee tecnología de punta aplicada a las diferentes problemáticas.
En tanto, Micaela compartió que en el ida y vuelta con los especialistas “sorprenden muchas cosas porque uno no domina ciertas cuestiones, pero cuando tiene acceso a los profesionales que investigan es muy enriquecedor”.
Y aunque confiesa que se inició en el ámbito de la genética “tímidamente” y con mucho respeto por la responsabilidad que implicaba asumir una tarea de esta índole, aseguró que siempre tuvo una buena respuesta de los productores.
“Ellos me hacían devoluciones, a veces tenía que hacer ajustes, pero siempre tuve apoyo para seguir adelante y eso genera empuje. Y como hace 4 años que formamos parte de la asociación, nos sentimos acompañados por otras cabañas que están distribuidas en todo el país y tenemos las mismas inquietudes. Por cuestiones de clima y de época hay variantes, pero hallamos muchos puntos en común para potenciarnos”, cerró.