Murió Luis Felipe “Yuyo” Noé, un faro del arte argentino
En sus últimos momentos estuvo rodeado de su familia y de sus colaboradoras más cercanas, acompañado, como siempre, por afectos, arte y pensamiento.

Luis Felipe “Yuyo” Noé falleció a los 91 años, luego de atravesar un conjunto de problemas de salud que lentamente lo fueron apagando. En sus últimos momentos estuvo rodeado de su familia y de sus colaboradoras más cercanas, acompañado, como siempre, por afectos, arte y pensamiento.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailHasta hace muy poco seguía pintando en su taller, activo y vital, participando de inauguraciones y eventos culturales. Su presencia era habitual en el mundo del arte, no sólo como creador sino también como maestro, teórico, curador y figura querida por generaciones.
Un artista fundamental del siglo XX y XXI
Desde mediados de los años 50, Yuyo Noé fue una de las figuras centrales del arte argentino. Su nombre quedó ligado a la Otra Figuración, un movimiento que reformuló el panorama artístico local, junto a Jorge de la Vega, Rómulo Macció y Ernesto Deira. Con ellos, impulsó una pintura potente, visceral y contemporánea que dialogaba con las vanguardias del mundo, pero con un sello profundamente local.
A lo largo de más de siete décadas, Noé se reinventó constantemente. Su obra desarmó oposiciones clásicas como figuración/abstracción, dibujo/pintura, plano/volumen, y propuso nuevos caminos desde la idea de "visión quebrada"y la “asunción del caos”, conceptos que lo atravesaron en su obra visual, en sus textos y en su forma de estar en el mundo.
Teórico, ensayista y formador
Además de su obra plástica, fue un prolífico ensayista. “Antiestética” (1965), “El arte en cuestión” (2001), y “Asumir el caos” (2024) son algunos de sus libros fundamentales. El último, de unas 500 páginas, fue pensado como su legado teórico y vital, y fue presentado apenas unos meses antes de su muerte.
Como docente, impulsó a decenas de artistas. Como intelectual, sus textos se publicaron en medios como Página/12, donde colaboró durante años. Ilustró además los tres tomos de las Memorias del Fuego de Eduardo Galeano, acompañando con imágenes un relato literario de América Latina.
Exilio, retornos y reconocimientos
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En 1976, con el inicio de la última dictadura, se exilió junto a su esposa Nora Murphy y sus hijos, primero en París. A su regreso, retomó una producción prolífica y experimental que lo llevó a representar a Argentina en la Bienal de Venecia en 2009, con obras monumentales como La estática velocidad y el políptico Nos estamos entendiendo.
Recibió todos los premios y distinciones posibles. Expuso en museos del país y del mundo, y en los últimos años protagonizó grandes retrospectivas como Mirada prospectiva (Museo Nacional de Bellas Artes, 2017) y Visión quebrada (Museo MAR, Mar del Plata, 2023/24).
Un legado para seguir pensando y creando
Noé fue una figura singular: un artista de vanguardia que logró ser popular, una mente compleja y sensible que nunca dejó de cuestionarse y de mirar con ojos nuevos. Su obra es un mapa del siglo XX y XXI argentino: con fragmentaciones, repliegues, estallidos y una vitalidad que desborda el marco.
Desde la Fundación Luis Felipe Noé, creada por él mismo en 2019, se anunció su fallecimiento con un mensaje que celebra su vida y reafirma el compromiso de mantener vivo su legado.
Último adiós
La despedida a Yuyo Noé será este jueves 10 de abril en la Legislatura Porteña (Av. Presidente Julio A. Roca 575, CABA), de 9:30 a 14 h. El entierro será el viernes 11, a las 11 h, en el Cementerio de la Recoleta.
Con su partida, el arte argentino pierde a una de sus figuras más grandes. Pero también deja una obra que seguirá vibrando, interrogando y proponiendo caminos. Como él mismo escribió: “En el hacer se vive, y en el hacer se crece”.