Vuelta a clases
Voluntarios del Rotaract entregaron 25 kits escolares en el barrio La Movediza
En una jornada que tuvo lugar en el comedor “Los Tatú”, ubicado en Azucena 1823, se realizaron algunos juegos con los niños del barrio, y luego se les entregó una mochila con varios artículos escolares, de cara al inicio de las clases.
A partir de las 18 del viernes, en el comedor “Los Tatú”, un espacio creado hace cuatro años, donde se dan clases de apoyo escolar y algunas comidas del día, fue citado un grupo de niños, junto con sus padres, madres y tutores, para formar parte de una tarde de juegos y merienda, que culminó con la entrega de mochilas y artículos escolares básicos para que los infantes tengan lo necesario para volver a las escuelas.
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La jornada fue organizada en conjunto entre Paola Quero, la fundadora del comedor, y jóvenes voluntarios de la sede tandilense del Rotaract, un espacio que forma parte de la organización internacional Rotary Club, y que trabaja en el impacto de acciones positivas en las distintas comunidades del mundo.
La tarde comenzó con la formación de equipos, a los cuales se les entregó una pulsera para poder identificarlos. A cada equipo, conformado por niños de todas las edades, se le asignó un voluntario, y una estación con un juego en particular, entre las que fueron rotando hasta pasar por todas.
Acto seguido, se le hizo entrega a cada uno de los niños una mochila, con cartuchera, lápices, goma, regla, block de hojas rayadas, carpeta y stickers personalizados. Las caras de fascinación y alegría se esparcieron por el comedor, los chicos corrieron a mostrarles a sus padres lo que recibieron, y en ellos también se pudo ver la felicidad de que sus hijos tengan lo necesario para comenzar un nuevo año educativo.
Cuando Quero se puso en comunicación con el Rotaract para la organización de la jornada, decidieron que averiguaría con los padres y madres sobre las preferencias culturales de los chicos, para que cada kit tenga stickers personalizados con sus gustos personales.
Lo más pedido fueron los colores de la Selección Nacional, y la imagen de su principal figura, Lionel Messi, también hubo muchas pegatinas con los escudos de los clubes Boca Juniors y River Plate. En cuanto a personajes de animación, varios pidieron al adorable Stitch, protagonista de la película animada “Lilo y Stitch”, y también a los distintos superhéroes de la saga “Avengers”.
La voz de los organizadores
Paola Quero dialogó con El Eco de Tandil, se mostró muy agradecida con los integrantes de la organización, y aseguró que son aportes que ayudan al barrio con hechos concretos y no con palabras.
“Estamos muy felices, es una emoción muy grande, que ellos vayan a empezar las clases con su mochilita, al igual que cualquier nene, estamos muy agradecidos con los chicos, porque esto que hicieron es algo hermoso que te llena el alma”, relató.
La mujer creó el espacio hace cuatro años, para garantizar la educación de los niños del barrio durante la pandemia, con clases de orientación escolar. En ese proceso descubrió que muchos de ellos asistían sin comer o pasaban hambre en ciertos momentos del día, por lo que decidió transformarlo en un comedor barrial. Gracias a esta labor asistencial, Quero conoce a muchas de las familias, y pudo organizar con ellas la lista de beneficiados por la iniciativa de los jóvenes voluntarios.
“Con tantas cosas que pasan y todo lo que le falta a este barrio, que haya gente que aporte un granito de arena para hacerlos felices a ellos, no tiene palabras, es un mimo al alma. Acá lo primordial son los chicos, que tengan acceso a la educación, y por supuesto su mochilita para empezar”, afirmó.
Florencia Sanna, coordinadora del Rotaract, contó que se dedican a organizar actividades de servicio a la comunidad, colaborando con distintas ONGs, y con otros comedores.
“Sentíamos que nos faltaba un proyecto que tenga un impacto real en la comunidad, y así fue como surgió el kit de oportunidades, nos contactamos con Paola, nosotros le trasmitimos la idea, ella nos contó sobre los chicos y sus realidades, y decidimos encararlo sabiendo que iba a ser mucho más complicado, y que iba a llevar más tiempo que las otras iniciativas que veníamos haciendo”, manifestó.
La idea ya estaba organizada, pero faltaban los recursos para llevarla a cabo, por lo que los jóvenes, hicieron un prode durante el mundial, y con eso juntaron algo de dinero para este proyecto, además contaron con el aporte de un integrante de Rotary Tandil Oeste, que desinteresadamente se comunicó con el equipo y les ofreció el financiamiento que les faltaba.
“La intención era darlo ahora, antes del comienzo de clase, para que cada uno pueda asistir con un kit personalizado según sus gustos. La jornada fue un éxito y los chicos se fueron felices a sus casas. Le agradecemos a Paola, y a todas las familias que confiaron nosotros”, finalizó Sanna.