"Situación crítica"
Unicen: Clases públicas en la Plaza Independencia en rechazo al ajuste en las universidades
Carpa blanca de Adunce en la esquina de Pinto y Chacabuco, frente al Rectorado.
Los docentes, no docentes, estudiantes e investigadores de la Unicen llevaron a cabo dos nuevas jornadas de lucha en el marco de la “situación crítica” que atraviesan las universidades nacionales en todo el país.
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Con clases públicas y asambleas en la Plaza Independencia, volanteadas y recorridas por el Campus y otras actividades desarrolladas también en la sub sede de Olavarría, la comunidad educativa volvió a expresarse por la recomposición del presupuesto universitario y por el reconocimiento de la instancia de negociación salarial.
Fue en el marco de un presente en el que, según palabras de autoridades, los fondos con los que cuenta la casa de estudios le permitirán mantener su funcionamiento no mucho más allá del mes de junio.
“Estamos visibilizando el desguace de la universidad pública, que se está haciendo en dos partes. Una es el ajuste con respecto a los fondos de funcionamiento que afectan a lo que es luz, gas, agua, y cortes de pasto, y que según palabras nuestro rector en las últimas conferencias de prensa, tendríamos posibilidades de poder soportarlo hasta junio, y no mucho más. Pero la otra parte del conflicto es lo salarial. Si contamos diciembre, enero y febrero, la inflación acumulada es cerca del 71 por ciento. Y si uno les descuenta los aumentos que hemos tenido, estamos por detrás de esa inflación casi en un 50 por ciento”, explicó el secretario adjunto de Adunce, Marcelo Stipcich.
Las jornadas de lucha comenzaron el miércoles 10 con clases públicas y un abrazo al Campus en la sub sede Olavarría. En paralelo, en el Campus de Tandil se realizó una volanteada en la que grupos conformados por un estudiante, un no docente y un docente, recorrieron el lugar compartiendo la problemática que atraviesa la casa de estudios.
Ayer volvieron a realizarse clases públicas, pintadas y un abrazo a la Facultad de Ciencias de la Salud en Olavarría, mientras que en Tandil las propuestas se concentraron en la esquina de Pinto y Chacabuco, frente al Rectorado. Adunce ubicó su carpa blanca en el lugar, donde se brindaron clases abiertas con debates y una asamblea.
“El balance es positivo, se está acercando cada vez más gente a las actividades. Dentro de la desmovilización que estábamos viendo a fin del año pasado, hoy tenemos un montón de público”, destacó Stipcich.
Mientras continúan en estado de alerta, de cara a la próxima semana proyectan reunirse con la Federación de Asociaciones de Base, en un encuentro del que participarán secretarios generales de todos los gremios integrantes.
“Va a ser para discutir sobre la situación esta, pero también para definir algún plan de lucha más inmediato”, precisó el docente, quien adelantó además que se encuentran estableciendo si el próximo 23, en la marcha federal anunciada, participarán a nivel local o marcarán su presencia en Capital Federal.
Otra marcha universitaria
Las clases públicas en la esquina de Pinto y Chacabuco fueron, más allá de lo académico, un espacio de encuentro intergeneracional entre docentes, investigadores y alumnos.
Quienes ya vivieron otras masivas manifestaciones universitarias, compartieron con los más jóvenes la experiencia de haber salido a la calle en defensa de la educación pública.
“Yo empecé a trabajar en la época de Alfonsín. Tuvimos mucho miedo y mucha incertidumbre durante el gobierno de Menem. El gobierno de Macri fue brusco, pero estaban las cartas echadas sobre la mesa, dijeron lo que iban a hacer y lo hicieron. Pero en cualquiera de estas tres situaciones, teníamos un interlocutor. En este momento no hay interlocutores. Entonces, la incertidumbre acá es mayor justamente por eso, porque uno no sabe a qué puerta golpear, por un lado. Y por el otro lado, es mayor porque cualquier cambio que se había prometido se hizo todo junto”, planteó Stipcich.
En el marco de visibilizar la problemática a la comunidad educativa, el docente sostuvo que no se trata solamente de “contar” lo que sucede “sino también confrontar al otro docente que por ahí no piensa o que no está del todo de acuerdo con estas actividades, también mostrarle que estamos todos en el mismo barco”.
Al respecto, amplió, “esto ya no es un momento de pensar que yo soy blanco, vos sos rojo, o River y Boca, o las dualidades que les quieras llamar. El recorte llega para todos, para los docentes, para los no docentes, y para los estudiantes, obviamente, porque sus padres están viviendo lo mismo”, concluyó.