Historias de vida
Un joven y su ahijada con encefalopatía crónica volverán a correr la Tandilia: la historia de Peta y Yani
Yani y Peta consiguieron una silla, la adaptaron, y se largaron a correr juntos.
Restan días para una nueva edición de la Tandilia. La prueba atlética más importante de Tandil tiene muchas historias en sus 51 años de existencia, pero una de las más emotivas es sin dudas la de Yani y Peta. Ella tiene 27 años y fue diagnosticada con encefalopatía crónica. Él, de 37, es el padrino de la joven. En el año 2021 lograron adaptar una silla y a partir de ahí se largaron a correr juntos. El próximo sábado 16, cuando suene el disparo que anuncie una nueva largada, volverán a enfrentarse a un desafío “hermoso”, como lo definieron.
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“Generalmente soy competitivo, y vas siempre mirando al de al lado, o al tiempo. Pero con la silla no, lo vamos disfrutando. Querés que la carrera nunca se termine porque es algo hermoso. Nos vamos riendo y todo el tiempo y la energía es totalmente diferente, uno lo disfruta de otra manera”, expresó Yani, en diálogo con El Eco de Tandil.
La zona de la Estación –por donde también viven-, es su punto principal de entrenamiento. Por el lugar corren y se preparan para las pruebas, ante las miradas de transeúntes pero también de otros atletas que los saludan y felicitan por lo que hacen.
Sin embargo su historia comenzó tiempo atrás. Cuando Peta todavía iba a la escuela, Yani la cargó en sus espaldas para ascender hasta el Cerro de las Ánimas. Años después, el atleta se encontraba entrenando solo para disputar la prueba tandilense que larga desde La Movediza y culmina en el Lago del Fuerte. A raíz del vínculo con una compañera de su grupo de entremaniento, Yani y Peta probaron por primera vez una silla.
“Todo surgió una semana antes de la Tandilia. Hablé con ella, le gustó la idea y le dije que íbamos a probar. Nos contactamos con un herrero de la zona que había armado el carro de mi compañera y armamos esta silla. La realidad es que la armamos contrarreloj tres días antes”, contó.
Otra Tandilia más
“A la silla no la llegamos a probar porque la primera Tandilia que corrimos, la del 2021 fue con lluvia, no tuvimos tiempo de probarla y nos tiramos el piletazo. No sabíamos si íbamos a poder, si la lluvia podía empujar, si iba a aguantar la silla. Pero gracias a Dios salió todo bien y la disfrutamos un montón. Esa vez quedamos pasados por agua. A la mañana le había preguntado si quería correrla, me dijo que sí, la envolvimos con una tela impermeable y salimos”, relató Yani sobre el primer desafío que encararon juntos. “Desde ahí nos paramos. Le metimos a todas las carreras de calle que había. La que podemos, ella la hace”, destacó.
“Hoy corro solo y me siento raro. Ya me he adaptado a empujar la silla. Y los entrenamientos los hacemos en base a eso. Cambiamos de velocidad para hacer entrenamientos de fuerza, de resistencia, y le metemos. Entrenamos juntos”, compartió.
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El atleta sumó que si bien la silla es rápida, la circulación se complejiza ante la presencia de lomas. “Pero Tandilia tiene la gente, la energía que hay, los mismos corredores que siempre te van saludando, te van dando ánimo. El tramo, el peor tramo es el del Castillo Morisco en el Parque. Y la gente te agarra una mano en la espalda y te empieza a empujar y te ayudan. Así que la energía es hermosa”, sostuvo el corredor.
Durante los últimos años, además de la Tandilia los corredores se animaron a otras pruebas. Pero como en cada nueva edición, volverán a presentarse a la carrera histórica de la ciudad. “Estamos muy contentos, estamos más preparados que nunca. En esta estamos bien físicamente, ella principalmente, que empezó a entrenar más duro, y estamos muy bien y muy contentos”, concluyó.