Un árbol cayó en el arroyo Langueyú, frena el agua y alertaron por posibles inundaciones

Un árbol enorme cayó al arroyo Langueyú e interrumpe el cauce de agua. Fue a la altura de una chacra privada, y la vecina a cargo no sólo alertó por el peligro de inundación que supone para la zona, sino también por la falta de respuesta de las autoridades municipales. Hasta el momento, sólo una cuadrilla de la CTEP estuvo cortando ramas, en la medida de las posibilidades de sus herramientas.

“Cuando yo vine a vivir a la ciudad hace 40 años, hacían falta 140 milímetros para que se desbordara el arroyo. Hoy con 60 milímetros se desborda y no solamente se desborda acá, sino que lo hace en todas las casas de Villa Aguirre que están al costado del Langueyú”, expresó Bibiana en diálogo con El Eco de Tandil.

La tormenta de fin de diciembre pasado y principios de enero generaron más de una complicación en la ciudad. Calles anegadas, desbordes cloacales y otras problemáticas por las que se manifestaron vecinos en búsqueda de soluciones. 

Sin embargo, todavía se sienten los efectos de las lluvias, que de acuerdo a lo que transmitieron desde la Comuna, en muy pocos días las precipitaciones alcanzaron niveles que en períodos anteriores promediaban el tercio de un año.

Bibiana reside hace casi 20 años en una chacra ubicada por la zona del paraje El Molino. Por uno de los extremos de su lote pasa cruza el arroyo, y según contó, está “acostumbrada a inundarse”. Pero la reciente caída de un árbol enorme al cauce de agua la hizo encender las alarmas y comenzar a recorrer dependencias municipales en búsqueda de quien pueda retirar el tronco.

“Esto pasó el 7 de enero con la tormenta grande. Se cayó un árbol gigante y a los dos o tres días empecé a moverme para ver a quién podía sacar esto de acá. Porque esto va a ser un desastre, con una lluvia va a ser desastroso para la gente que vive arriba en el cauce”, lamentó.

“El agua se frena acá”, dijo la vecina señalando el tronco, en el que ya comenzaron a acumularse botellas, bolsas y basura en general. “Tenés que tener en cuenta toda la mugre de la ciudad que viene a parar acá. Entonces se va a formar una isla, como ya empezó a formarse ahí con las botellas. Se va a formar una isla que cada vez va a frenar más el drenado del agua”, sostuvo Bibiana.

Sin respuestas

“Nosotros estamos acostumbrados a inundarnos. Pero esto va a generar un desastre en todas las viviendas que están más arriba, donde termina el entubamiento. Mucha gente de Villa Aguirre se inunda”, manifestó la vecina. Con una de las últimas lluvias grandes, agregó, a uno de los trabajadores del lugar le entraron a la casa 50 centímetros de agua.

Pocos días después de la caída del árbol, Bibiana comenzó a recorrer dependencias municipales. “Empecé por el lugar que corresponde, que es Hidráulica. Ahí me dijeron que me olvide de que puedan hacer algo porque había que generar un convenio”, señaló, además de hacer mención a las precarias condiciones de la oficina comunal.

“Fui a Vialidad y lo vinieron a ver, y también de Parques y Paseos. Para ver quién puede traer una máquina grande para sacar esto porque para que no haga tapón en el arroyo, que no haga de dique”, sumó. Pese a los intentos, al momento no obtuvo soluciones. 

“Me dijeron que esperara, que a ver de dónde sale la partida para contratar una máquina, que a qué dependencia le corresponde liberar la partida, que no es fácil, esas son las respuestas que te da el Estado municipal en una situación como esta”, consideró.

Una cuadrilla de la Corriente de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), a cargo de la limpieza del arroyo, concurrió a la chacra a cortar y apilar las ramas más chicas del árbol. “Hicieron hasta donde pudieron de acuerdo a las máquinas que tienen, con motosierras chicas y para esto hacen falta las motosierras grandes de Parques y Paseos y una máquina, porque esto hay que trozarlo todo para sacarlo”, planteó la vecina, quien alertó además por los peligros de cortar el tronco y dejarlo en el agua “porque se va a atrancar en el puente que está cerca de Mirasur o antes”.

Bibiana marcó también su preocupación porque desde el Municipio “no estén esperando la próxima lluvia”. Concluyó planteando que “Tandil es una ciudad pujante, es un paraíso, pero todo eso también tiene que ir acompañado de otro tipo de obras que tal vez no se vean ni den tantos votos pero para que la gente pueda vivir más o menos como la gente”.