PATRIMONIO
Monumentos y esculturas imperdibles de Tandil: el Fundidor, un homenaje al oficio pionero de la ciudad
Las esculturas, estatuas y monumentos que embellecen a la ciudad desde tiempos inmemorables.
En Tandil no hace falta recorrer grandes distancias para encontrarte con el arte interviniendo el espacio público. Las diferentes corrientes artísticas irrumpen en la cotidianeidad de los transúentes para romper con la abstracción mental que generan las obligaciones del dia a dia y el uso compulsivo del celular.
Recibí las noticias en tu email
Además de las nuevas expresiones, en las plazas, parques y edificios históricos de la ciudad están a la vista esculturas, estatuas y monumentos, obras que datan de muchos años atrás, pero que conservan su vigencia y esconden pequeños fragmentos de la historia de la localidad.
Puede interesarte
El Eco Multimedios te invita a repasar (o conocer) algunos de ellos en una nutrida recorrida por el arte en la urbanidad tandilense.
Hoy: monumento al Fundidor
Sobre calle Azcuénaga y López Osornio en la cima del Lago del Fuerte, se encuentra ubicado el monumento al Fundidor, una obra del escultor tandilense Hugo Tomás Jarque, con la colaboración de Mariana Debaz.
La escultura muestra a un fundidor de principios del siglo XX colando metal fundido en una caja moldeada. Descansa sobre una base de granito, logrando una alianza de materiales como un doble reconocimiento a los pioneros de la metalurgia y la minería.
La enorme figura mide 4,10 metros y pesa 5500 kilos. Fue fundida en hierro gris, en una sola pieza. Se trata de una escultura única en el mundo en el material utilizado, tanto por su tamaño como por su peso.
Fue fundido por Américo Salvadori en Tandilmat. Seguidamente, Omar Farah propuso el homenaje y pulió la obra en Talleres Tandil. La maqueta fue esculpida en yeso, de 3,90m de altura, luego en telgopor de alta densidad, y finalmente fundida en hierro gris, en un proceso que demandó un año de trabajo. Finalmente, fue donada por sus autores a la ciudad de Tandil.
El sector manufacturero metalúrgico supo ser un bastión de la economía de Tandil en su época de mayor crecimiento, generador inagotable de mano de obra calificada, que contribuyó enormemente al desarrollo de la ciudad.
