Día del Niño
Miguel el carpintero solidario, 5 años entregando alegría para los chicos en su día
Se acerca un nuevo Día del Niño, y Miguel ya lleva entregados 300 dinosaurios y va por más.
El taller de Miguel Ponce, en Montiel al 1100, no es como cualquier otro. En la entrada, sobre una mesa, hay dinosaurios hechos en madera que de manera desinteresada el carpintero regala desde hace 5 años, a jardines, instituciones y familias que se acercan con sus chicos.
Recibí las noticias en tu email
De 8 a 20 horas Miguel trabaja, entre otros proyectos, con la elaboración de tablas de picadas. Pero siempre deja un momento para dar forma a los juguetes que alegran a cientos de chicos en cada Día del Niño, que este año será el próximo domingo 20 de agosto.
“Ser solidario es un privilegio muy grande”, expresó, mientras mostraba su producción, que hace con recortes. “Yo no tiro nada, lo hago todo con recorterío. Las empresas tiran un montón de material, para prenderlo fuego, y por ahí no hacen nada. En cambio yo lo hago con estos recortes, y a los chicos les encantan”, contó mostrando una tabla de madera sobre la que tenía dibujadas figuras listas para calar, junto a una mesa en la que casi un centenar de dinosaurios esperaban para que el carpintero les dé sus últimos retoques.
“Este es el quinto año que lo hago”, indicó. Un momento antes de comenzar a dialogar con El Eco de Tandil, había regalado un dinosaurio a una madre y a su hija. “Chau Miguel”, lo saludan los vecinos que pasan por la puerta del taller.
Reponerse y “a meterle”
Como cada año, el pasado marzo Miguel ya había iniciado con la producción. Juntar y recolectar recortes, marcar las figuras, realizar los primeros calados y darles el toque final para que los dinosaurios y otros juguetes queden listos para regalar.
Lo hace pese a que hace un tiempo fue diagnosticado con EPOC, por lo que su trabajo se ve limitado, y sólo puede hacerlo puertas adentro.
Por si fuera poco, en mayo debió interrumpir la producción, ya que sufrió un robo en su taller. Al llegar a su casa descubrió que le habían sustraído herramientas, y al intentar detener a los malhechores, lo golpearon fuertemente en la cabeza. Se fueron con un botín valuado en alrededor de 400 mil pesos, entre lo que se encontraba una agujereadora grande con su caja de fresas, una caladora, una lijadora y una sierra.
Puede interesarte
“En marzo había empezado a hacer, pero en mayo me robaron. Me complicaron un montón, porque son máquinas especiales y no podía trabajar. Recién pude hacerlo cuando empecé a acomodar todo. Me robaron también una caja de 250 mechas, me destruyeron”, lamentó.
“Pero lo negativo no me quita lo positivo de hacer cosas, de dar alegría a muchos chicos, chicas, familias e instituciones. Es muy positivo, y ser solidario es un privilegio. Ojalá se sume más gente a hacerlo”, manifestó.
Como el año pasado había hecho una donación de dinosaurios, desde el Jardín 924 de Tunitas le escribieron consultándole por un presupuesto para elaborar formas de zapatillas y peces. Sin embargo Miguel eligió volver a donarlas. “Me vinieron a preguntar cuánto cobraba, pero yo se los regalo”, sostuvo, mientras mostraba las formas de 60 zapatillas y 40 peces que ya tiene casi listos para entregar la semana próxima en el jardín.
“Con esto les enseñan a los chicos a pintar”, contó. Además, ya lleva entregados 300 dinosaurios, más todos los otros que les falta recortar, y realizó también varios memotest. “Lo lindo es que a los chicos les guste, les genere alegría”, agregó, sobre los juguetes que muchos niños de la ciudad esperan.
Mientras aguarda por la llegada un nuevo Día del Niño, Miguel ya comenzó con otras elaborando para el resto del año. Se encuentra recortando árboles de Navidad y distintas formas en madera, muchas de las cuales entregará y otras cambiará por alimentos no perecederos.
Además de los juguetes, Miguel suele realizar arreglos para jardines e instituciones, aunque últimamente, por cuestiones de tiempo, no cuenta con mayor margen para dichos trabajos, por lo que se encuentra abocado principalmente a los regalos para los niños.
Antes de despedirse, se dirigió a la parte interior de su taller, abrió un mueble, y mostró parte de su nueva producción. Se trata de corazones que se encuentra realizando para regalar el próximo día de la madre. “Hay que meterle”, saludó.