MIEL DE TANDIL
Los fraccionadores de miel se unieron en busca de ampliar el sector y conseguir el propio sello de calidad
Son alrededor de 17 mieleros locales que se asociaron con apoyo de otras entidades para poder avanzar y potenciarse. El modelo de clúster ya es característico de Tandil y está dando buenos frutos. El 95 por ciento de la materia prima se exporta y buscan poder sumarle valor agregado aquí. El proyecto principal es conseguir el sello de calidad “Miel de Tandil”.
Desde agosto del año pasado los fraccionadores tandilenses de miel comenzaron a trabajar conjuntamente para conformar un clúster a fin de potenciar la actividad y tienen entre sus proyectos más importantes el objetivo de alcanzar el sello de calidad “Miel de Tandil”.
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La organización asociativa va tomando impulso de la mano de la Cámara Agroindustrial, el Municipio, el Ministerio de Desarrollo Agrario, Ministerio de Agricultura de la Nación, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Universidad Nacional del Centro (Unicen). “Hemos conformado un equipo técnico muy lindo, que acompaña a unos 17 fraccionadores de miel”, destacó contento Lucio Rancez, quien está coordinando también este clúster.
Esta Semana Santa estuvieron participando por primera vez todos juntos en un stand en el patio gastronómico que se armó en el Jardín de Paz, al final de la diagonal Illia, y realmente les significó una experiencia enriquecedora, porque pudieron llegar a los clientes y el público en general con sus productos y la impronta grupal.
Sello de calidad
Tal como enfatizó el referente de los distintos clústers, en el caso de los fraccionadores la intención principal es lograr el sello de calidad “Miel de Tandil” y justamente para eso están trabajando con el Municipio y la Facultad de Ciencias Humanas de la Unicen, en una investigación sobre la historia de este producto en el Partido.
Se sabe, hasta el momento, que hay una tradición de pioneros en la actividad por estas sierras y que precisamente tiene que ver con poner en valor el producto.
Es destacable contar que en el grupo convergen productores y fraccionadores de distinto alcance y capacidad, lo cual enriquece aún más la experiencia, ya que por ejemplo la empresa más grande del país (que está en Tandil) se codea con la más chiquita con una producción de alcance solamente local.
“Esa transferencia de conocimientos forman un círculo virtuoso que queremos aprovechar en este nuevo grupo asociativo”, señaló Rancez, enfatizando en el desarrollo de distintas actividades y la participación de la Mesa Apícola local. Con esta impronta ya vienen pensando en la Semana de la Miel que se realizará en mayo junto con otras entidades.
Agregar valor aquí
El coordinador del grupo de fraccionadores de miel brindó datos reveladores. Contó que el 95 por ciento del producto argentino se exporta debido al bajo consumo que hay en el país, ya que se ingieren solamente un promedio de 200 gramos de miel por persona al año.
Entonces, como la mayoría de la materia prima se va a granel con venta al exterior y la intención es que en realidad el producto se quede en el país para ser fraccionada y agregarle valor aquí en Tandil.
“Hay mieles a las que se les agrega frutilla, naranjas, mostaza y otro montón de variables, que comprenden un segmento con potencial crecimiento y en eso estamos trabajando”, determinó.
Una impronta bien tandilense
La experiencia del Clúster Quesero y del Consejo DOT como agrupamiento, han llevado a romper el hielo para animarse detrás de ese intangible Tandil a conformar los grupos asociativos dentro de los diferentes sectores y así, más allá de las competencias, enfocarse en el potencial que pueden conseguir mediante la unión.
Este grupo emergente ya ha comenzado a dar sus primeros pasos y seguramente irá ganando visibilidad a medida que sigan avanzando con las actividades y, en este sentido, Rancez admitió que las experiencias que han tenido fueron muy buenas. “De a poquito vamos ganando lugar en los esquemas agroproductivos de la ciudad”, afirmó.
Es importante subrayar que esta impronta de llevar a la práctica el lema que suscribe que “la unión hace a la fuerza” no se da por igual en todo el territorio argentino, sino que se destaca más bien como algo bien tandilense.
Remitiendo a su experiencia, el coordinador de los clústers quesero, cervecero y de fraccionadores de miel, identificó que esto pasa debido al gran acompañamiento que encuentran desde la Cámara Agroindustrial y el Municipio.
“Han sabido allanar el camino para este tipo de construcciones colaborativas”, valoró, sin dejar de mencionar el significado que aporta el intangible Tandil, que “es único”, para poder pensar más allá de las competencias y poner el foco en la ampliación del sector.