Verano en Tandil
La pileta del barrio De Corazón Tandilense: “Para los chicos es como su segunda casa”
Más de 40 chicos asisten a la recién inaugurada pileta en el SUM del barrio De Corazón Tandilense.
La Asociación Civil De Corazón Tandilense inauguró una pileta en el SUM de avenida Estrada, y ya más de 40 chicos de Las Tunitas y la zona disfrutan del agua en el lugar. Como parte de la Escuela de Verano, aprenden natación y comparten actividades recreativas en función de reforzar valores comunitarios. Se trata de un espacio que el grupo de Cacha Cena logró concretar después de años de trabajo y gestiones en pos del barrio.
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“Cacha es una eminencia acá en el barrio. Los chicos ya conocen la pileta o vienen a algún taller de los que dan en el comedor. Es como su segunda casa. El hecho de tener una pileta a cinco cuadras de la escuela y no tener que ir hasta los piletones, para nosotros es importante. Sobre todo para el tema de la organización, es fundamental tener una pileta en el barrio”, compartió Alan Ruggiero, a cargo de la Escuela Abierta de Verano, una propuesta provincial con sede en diferentes instituciones educativas de la ciudad, que ofrece hasta el 2 de febrero próximo una colonia deportiva y recreativa de forma gratuita.
“Esta pile es fruto de la iniciativa de un grupo de jóvenes participantes de los espacios de niñez y adolescencia, y el compromiso del equipo de trabajo de la Asociación y la colaboración del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia”, habían transmitido desde De Corazón Tandilense al momento de inaugurar la pileta, cuando agradecieron en particular a Andrea Cáceres –directora Ejecutiva del organismo-, y a Eduardo Martínez, director de los Servicios Locales y Zonales.
Ubicada en el patio del SUM de avenida Estrada y Fragata Sarmiento, la pileta cuenta con piso refractario, una estructura techada para resguardar mochilas y demás pertenencias, y un pequeño parque alrededor. Un guardavida permanece durante todo el momento en el que los chicos disfrutan del agua, mientras que las clases están coordinadas por Alan Ruggiero y otros profesores de educación física.
Al igual que sucede en la también recientemente inaugurada pileta de la Granja Los Pibes, el espacio resulta un lugar fundamental para muchos chicos y chicas del barrio, en una ciudad sin balneario público en el casco urbano.
Una segunda casa
Ruggiero es el director de la sede de la Escuela Abierta de Verano, pero también durante el año se desempeña como profesor de educación física tanto en la Primaria 10 como en la Secundaria 20. Por ese motivo conoce tanto el barrio como a muchos de los chicos que asisten, y sabe lo que significa para el lugar contar con una pileta a pocas cuadras.
“Asisten más o menos 40 por día. La mayoría son de Las Tunitas, pero pueden venir de cualquier parte. No hace falta que vengan durante el año a la Primaria 10, sino que está abierta a toda la comunidad”, destacó el docente.
“En el espejo de agua tratamos de que los que no saben, que aprendan a nadar. Que le pierdan el miedo al agua. Y ya los que saben o se defienden, mejoren un poco las técnicas de natación. Más allá de todo lo que es la parte recreativa. Nosotros nos manejamos con un proyecto distrital. Este año el proyecto busca reforzar los valores de la comunidad”, contó el director.
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En ese sentido, explicó, trabajan a partir del juego y en particular de los juegos cooperativos. Para eso, entre otras propuestas, elaboran carteles y banderas que darán a conocer en la muestra final. “En todo momento tratamos de que sea lo más pedagógico posible. Desde el desayuno o el almuerzo a lo que es la pileta o el hecho de venir, el traslado también. Buscamos que sea lo más pedagógico posible y se respeten los valores, las normas”, sostuvo.
Si bien la colonia funciona entre las 9 y las 13, cada día –siempre que el clima acompañe-, los chicos realizan dos horas de pileta. “Es para que nos de tiempo para desayunar y almorzar, pero bueno, a los chicos les encanta el agua. La pasan bien y por suerte se están portando bien”, sumó Ruggiero.
Organizados por grupos –desde los más grandes a los más chicos-, los docentes trabajan adaptación y técnica de natación. Con aquellos que todavía asisten al jardín de infantes hacen una clase personalizada, con el objetivo de que le pierdan el miedo al agua. Los más grandes ya cuentan con la experiencia de otros años de colonia, por lo que fueron los primeros en llegar, cambiarse y disfrutar de la pileta.