Educación
La Escuela Técnica 2 articuló con ATAD para el acondicionamiento de una huerta ecológica
Estudiantes de 6to año de la tecnicatura en electromecánica e informática, trabajarán de forma conjunta para la edificación de un invernadero que garantice la accesibilidad de los alumnos de la escuela especial. Tuvieron un primer encuentro el pasado jueves, y continuaran reuniéndose a lo largo del año para avanzar con la obra.
La institución educativa ATAD viene trabajando desde hace varios años en iniciativas para sus diferentes niveles que tengan que ver con el contacto con la naturaleza. Enmarcado en el proyecto institucional “Volviendo a la tierra”, que consta de una huerta agroecológica con perspectiva socio comunitaria, se plantearon la necesidad de crear un vivero, con la finalidad de optimizar el tiempo escolar de trabajo en esta lógica. Gracias al aporte de docentes y vecinos del barrio, comenzaron a trabajar en una estructura de 6 por 3 metros, para empezar a darle forma a la iniciativa.
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En ese sentido, siendo una entidad que suele trabajar con otras organizaciones y movimientos de la ciudad, decidieron contactar a la Escuela Técnica 2, para llevar a cabo una articulación en la que los estudiantes que cursan el sexto año, puedan aplicar lo aprendido en las tecnicaturas de electromecánica e informática para continuar construyendo conjuntamente el vivero, teniendo en cuenta la accesibilidad que se precisa para que puedan habitarlo y desarrollar las actividades los alumnos de la escuela especial.
El pasado jueves tuvieron un encuentro en dicho espacio, donde los jóvenes de ambas instituciones pudieron conocerse, y generar las primeras ideas de este proyecto que tendrá continuidad durante todo el año.
Desde la entidad visitante, expresaron que recibieron con gusto la invitación por varios motivos, primero porque es tarea de la educación secundaria técnica la vinculación directa o indirecta con el medio socio-productivo local, así como también la preparación de técnicos con habilidades específicas como lo son, creatividad, comunicación, colaboración, espíritu crítico, etc.
Agregaron a su vez que para que esto pueda concretarse, el aprendizaje basado en proyectos es una herramienta muy valiosa, ya que obliga a los estudiantes a involucrarse en desafíos inesperados, tanto para ellos como para los docentes, y los prepara para un mundo laboral de iguales características en constante evolución.
Utilizar el saber en servicio del otro
El Eco de Tandil dialogó con Juan Olano, docente de ATAD y coordinador de la iniciativa, para conocer más sobre “Volviendo a la Tierra” y su articulación con la Escuela Técnica 2.
En primer lugar, sostuvo que además de las premisas mencionadas, desde el proyecto de huerta se trabaja con el concepto de soberanía alimentaria, el cual tiene que ver con el derecho a producir alimentos propios sin depender del uso de agrotóxicos o agroquímicos, promoviendo así una alimentación saludable y sustentable.
Indicó además que si bien ATAD tiene todos los niveles educativos desde los 45 días hasta los 21 años, específicamente esta propuesta fue pensada para los ciclos básicos y superior de lo que es el Centro de Formación Integral, lo sería el equivalente a la secundaria.
“En diciembre del año pasado nos comunicamos con la inspectora de escuelas técnicas para hacer una articulación con la Escuela 2, con el fin de poder incorporar, a partir de los saberes que ellos tienen, una mayor accesibilidad en el espacio del vivero, que sea acorde con la población de nuestros estudiantes”, señaló.
Tras contar con la aprobación de la autoridad, en febrero de este año le presentaron la idea a dicha institución, desarrollando en qué consistía el proyecto agroecológico, y acordaron que en el transcurso del año comenzarían con la articulación en una visita inicial de los alumnos de 6to año.
“Fue un encuentro maravilloso, porque se notó el entusiasmo, descubrimos lo convocante y a la vez estimulante que es el vivero, el proyecto de huerta ecológica. Realmente cuando se pone en juego el saber, al servicio de un otro, para resolver una necesidad, desde una mirada empática, solidaria y comprometida, se generan cosas muy lindas; le veía brillar los ojos a los pibes, proponiendo ideas, y pensando hasta en la cuestión económica, y me llenó de orgullo”, refirió.
Lluvia de ideas
Los jóvenes pensaron de cara al invierno en un sistema de riego automático para cuando no puedan pasar mucho tiempo en el lugar, rampas para el acceso al vivero, mobiliarios con mesas adaptadas para que tengan diferentes alturas, herramientas con configuraciones para poder ser manipuladas por alumnos y alumnas que no puedan tensarlas de manera fina, y la estructura y caída del techo.
“Ellos se llevaron la propuesta para empezarla a trabajar en su espacio, quedamos en realizar una visita de nuestros alumnos a su escuela, para conocer las instalaciones, y seguir pensando cómo se puede abordar la construcción de las diferentes estructuras”, contó Olano.
Algunas de ellas se harán en el edificio de la escuela técnica y trasladaran, y otras se van a realizar en el mismo invernadero, como por ejemplo un para llegar desde el edificio principal ya que actualmente es de tierra, dificultando el traslado de estudiante con movilidad reducida.
Para comprender la magnitud y utilidad de la propuesta, el docente explicó que el vivero se concibe como un aula ampliada, “en la que podemos conjugar diferentes campos del conocimiento, practicas del quehacer científico-tecnológico, prácticas de la ciudadanía, educación artística, nos permite abordar diferentes contenidos curriculares de manera significativa, además de estimular el trabajo colaborativo, que es uno de los ejes centrales”.
Por último, expresó que a medida que la obra vaya avanzando, apelaran a la comunidad en cuanto a ciertos elementos necesitan para garantizar su continuidad, como materia prima y herramientas.