Jóvenes encontraron cómo canalizar el espíritu emprendedor y la solidaridad en tiempos de pandemia
Idearon un servicio de delivery que, con parte de lo recaudado, les permite comprar kits de higiene para dar a los que necesitan. Serían mandados en general, coberturas mayoristas y apoyo logístico para empresas, con vistas a expandirse. Además, la idea es fomentar entre los usuarios la donación de alimentos que también serán entregados a familias vulnerables.
Estudiantes de la facultad de Ciencias Económicas de la Unicen se aventuran en un proyecto que, además de ser un emprendimiento económico, tiene su costado solidario y busca ofrecerles practicidad a las personas en esta etapa pandémica. Diseñaron así un sistema de delivery que, con parte de lo recaudado, comprarán kits de higiene para entregar entre las familias que lo necesiten.
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Se trata de Santiago Enriquez, que estudia para Contador, y Daniel Ferreiro, alumno de Administración de Empresas, que transitan algunas materias juntos al momento y siempre tuvieron la idea desarrollar un emprendimiento capaz de aportar valores.
En primer lugar pusieron en consideración el aislamiento social, preventivo y obligatorio, por lo que todas las propuestas que surgieran se deberían enmarcar en ese segmento. “Empezamos a ver que, si bien están los deliverys tradicionales, hacía falta un servicio de mandados de ese tipo que aporte valor”, explicaron.
Contemplando siempre el concepto de “quédate en casa” se incorporó también la idea de realizar donaciones, con ello se adentraron en el proceso creativo y le empezaron a dar forma, viendo que podía ser sustentable en el tiempo.
Advirtiendo que siempre se deja un margen de rentabilidad para el negocio, encontraron que por ese lado sería posible ejecutar la pata solidaria para llegar al sector vulnerable de la comunidad. “Cada 20 envíos que hagamos podemos entregar un kit sanitario a una familia”, calculó Daniel Ferreiro, detallando que el mismo cuenta con un alcohol en gel, un barbijo y un detergente para las manos.
Un proyecto a futuro
El servicio funcionaría con motos para infinidad de actividades, como envío de alimentos, mandados de todo tipo e incluso la prestación mayorista, ya que cuentan con un utilitario para responder a esa demanda. Lo único que no abordarán por el momento es lo referido a pago de servicios. “Lo podremos hacer cuando tengamos una imagen de confianza para la gente”, aseguraron.
Consideraron que si bien al momento la ciudad está atravesando una buena situación epidemiológica, no se descarta que pueda presentarse un pico de casos que lleve a la gente a quedarse más en sus casas.
“Llegado a ese punto podremos responder a las demandas necesarias, con una capacidad importante”, indicó el equipo emprendedor, al que se sumarán los repartidores con quienes se contactarán a través de whatsapp para informar de los pedidos recibidos a través de la página web o las redes sociales.
En este sentido, aseguraron que ya cuentan con un equipo de cinco repartidores con moto que en principio podrían cubrir las necesidades. Asimismo, tienen el utilitario que es propiedad de uno de los titulares del emprendimiento, aunque ya recibieron ofrecimientos para incorporar algún otro móvil.
Con respecto a la distribución que harán de las ganancias detalló que el 50 por ciento se va con los mandaderos, mientras que un 25 por ciento será para reinvertir en la agencia y el otro 25 para las donaciones.
Por otro lado, revelaron que una vez esté aceitado el funcionamiento la intención es también cubrir la ayuda logística integral, ya que han ido conversando con algunos comerciantes que le develaron que hay ciertos problemas en este aspecto, principalmente con la preparación de encomiendas.
“Si sale todo bien pensamos en la posibilidad de expandirnos hacia otras zonas de la región que puedan necesitar un servicio como este”, apuntó, demostrando que su plan tiene una proyección a futuro y excede a la pandemia.
El espíritu solidario
Haciendo uso de las herramientas digitales, los creadores de “Delive”, como decidieron llamar el proyecto, indicaron que la intención es establecer un concepto de delivery que interactúe constantemente con las personas para poder formar una comunidad. A su vez, el propósito es que los usuarios tomen participación activa en el proceso por lo que buscan incentivar a la donación de alimentos no perecederos.
“Entendemos que al ser un servicio que recién empieza, las donaciones que hagamos quizás no aporten demasiado, por eso pensamos en desarrollar ofertas, promociones o regalos para un grupo exclusivo conformado por quienes deseen donar”, señaló Ferreiro.
La manera en que canalizarán tanto los kits como lo conseguido a través de los clientes donantes serán orientadas por distintas organizaciones sociales. Ambos estudiantes tienen contacto con la Cruz Roja como con el Banco de Alimentos, entre otras asociaciones benéficas, y esperan un feedback de su parte.
“Queremos que nos den su recomendación, pero a las entregas las queremos hacer personalmente”, advirtieron, manifestando que les interesaría estar al momento y vivir el valor que están brindando a quienes lo necesitan.