Conflicto transporte rural
Iparraguirre habló de cartelización entre los transportistas y planteó un sistema de unidades propias
El diputado nacional se refirió a la intransigencia de los empresarios para aceptar las ofertas aunque cuando las cifras superan la media provincial. Asimismo, apuntó que la solución a largo plazo es que la Provincia disponga de vehículos y choferes propios para garantizar el servicio.
El conflicto que mantienen los transportistas rurales con las autoridades provinciales se convirtió en un problema de dimensiones desproporcionadas, cuyas consecuencias directas las sufren los alumnos que concurren -o mejor dicho que no pueden concurrir- a las escuelas.
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Si bien los empresarios aceptaron la oferta de siete recorridos que estaban vacantes – de un total de trece- y el lunes empezarían a trabajar, el próximo martes se vencen todos los contratos y si los prestadores del servicio no aceptan una prórroga con los montos que paga Provincia, nuevamente habrá varios establecimientos sin transporte.
El diputado nacional del Frente de Todos, Rogelio Iparraguirre, habló del tema con este medio y subrayó que el partido de Tandil “arrastra” desde hace mucho tiempo este problema, que evidentemente iba a detonar en algún momento. Ese momento llegó durante este ciclo lectivo y tiene en vilo a más de 300 estudiantes de la zona rural.
En este sentido, el funcionario explicó que la inversión que la Dirección General de Cultura y Educación hace en transporte rural en el Partido, representa la quinta parte de los recursos totales destinados a solventar el servicio en todo el territorio.
“Se ha ido engendrando con el tiempo entre los transportistas una cartelización, porque si bien son empresarios individuales, hay un grado de acuerdo para construir una posición de fuerza, que no es criticable per se, pero todo tiene un límite. Los costos son superiores al resto de la Provincia”, evaluó.
Cartelización y rentabilidad
Asimismo, lamentó que aún no se haya arribado a una solución definitiva aunque días atrás pensaron que así había sido, tras recomponerse en un 48 por ciento los montos ofrecidos con respecto a diciembre 2021.
De este modo, indicó que fue una “sorpresa” la negativa unívoca de todos los empresarios, sobre todo si se considera que algunas ofertas superaban, incluso, el planteo realizado por ellos mismos hace un mes. “Es inexplicable la negativa y ante esto, lo de la cartelización cobra más fuerza”, expuso.
En tanto, apuntó a abrir dos frentes de batalla: por un lado, resolver en lo inmediato el conflicto para que los chicos regresen a las aulas y, por otra parte, apostar a otro sistema de transporte escolar rural.
En esta línea, Iparraguirre detalló que “hacia adelante creo que la Provincia debe volver al viejo esquema de unidades propias, con choferes dependientes del Consejo Escolar”. Entonces, si el transporte rural no resulta un negocio para quienes se dedican a la actividad, que no sea el Estado el que propicie la rentabilidad del sector.
Frente a esto, el legislador nacional planteó “que los transportistas busquen algo que sea negocio porque el Estado no puede ser un socio bobo que eleva permanentemente los montos por encima de la media de cualquier actividad económica de la Argentina. El único que garantiza la rentabilidad es el Estado con valores que no tienen correlato con la realidad, no podemos darnos la cabeza contra la pared todo el tiempo”.
Cambio de sistema
Si bien fue cauteloso en confirmar acciones concretas en esta dirección, alegó que es factible que se lleve a cabo la idea de utilizar para el traslado de los alumnos unidades que pertenezcan la Provincia porque, entre otras cosas, ya está demostrado que funcionó en el pasado.
En este tren, sostuvo que ha mantenido diálogos con la Provincia acerca del tema y expresó que sí tiene mucha confianza en que esta salida a largo plazo se canalice.
“En materia de obra pública hay un Gobierno con decisión política y capacidad ejecutiva. Sería irresponsable de mi parte decir que el año que viene va a haber unidades propias, pero sí creo que es la solución”, ratificó.
No obstante, afirmó que el uso de vehículos propios es algo que se estudia con seriedad en la cartera educativa bonaerense y que es probable que algunas unidades lleguen a Tandil a la brevedad. Más allá de la solución de fondo que implica mutar de sistema, estos vehículos servirán para cubrir, mientras tanto, las contingencias que surgen al caerse algunos recorridos.
“Nos permitiría tener una salida y no estar apretados cuando no se realiza un recorrido. Los pibes tienen que estar en el aula, que es donde todos queremos que estén”, concluyó.