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Investigadores de la Unicen digitalizaron archivos históricos de Tandil que serán de acceso libre
Los digitalizaron investigadores del IEHS y lo presentarán el jueves 24 a las 18 en el Aula Magna de la Unicen.
Tras dos años de trabajo, un equipo de investigadores del Instituto de Estudios Histórico Sociales (IEHS) de la Facultad de Ciencias Humanas de la Unicen concretó la digitalización de dos documentos clave de la historia de Tandil.
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El primero es el expediente judicial del caso Tata Dios. El segundo, un material inédito, las memorias personales del Comandante Antonino López de Osornio, quien registró al detalle la vida cotidiana del período inicial del Fuerte Independencia.
La tarea fue realizada con el apoyo de la Parroquia Santísimo Sacramento, que colaboró con un escáner especial para lograr la digitalización de documentos de más de 100 años de antigüedad.
Los resultados fueron volcados a una producción hipermedia e interactiva "Recuperar y preservar nuestro pasado. Episodios y protagonistas del Tandil del siglo XIX". La misma estará disponible online para consulta y descarga, será presentada el jueves 24 a las 18 en el Aula Magna.
Con motivo de conocer detalles sobre los materiales recuperados y puestos a disposición de la ciudadanía en general, El Eco de Tandil dialogó con Melina Yangilevich y Marcelino Irianni, historiadores que junto a Lucas Bilbao formaron parte del equipo impulsor del proyecto, y redactaron a su vez los textos que acompañan a los archivos digitalizados, y permitirán a los lectores contextualizar la información.
Los investigadores destacaron que la digitalización supuso un paso más en el “trabajo de largo aliento” que responde a la vocación del Instituto en la preservación de documentos relevantes para la memoria local pero también para la historia nacional.
Se trata de una labor que se inició con la Fototeca a la que ya desde hace varios años atrás muchos vecinos de la ciudad acercan y colaboran con materiales que son digitalizados y resguardados.
Irianni comenzó señalando que forma parte de su tarea como investigadores la búsqueda de documentación que permita reconstruir y conocer mejor diferentes períodos. De esa forma, señaló, indagan también en materiales de índole personal como memorias, cartas, fotografías y otro tipo de archivos que por su valor documental forman parte del patrimonio de la ciudad.
“Es un trabajo que hacemos los historiadores en nuestro proceso de encontrar la información para investigar, escribir y que avance la recuperación de la historia”, sostuvo Irianni.
En ese proceso se encontraban cuando propusieron a las autoridades del Museo del Fuerte digitalizar el sumario judicial de Tata Dios, resguardado en dicha institución. Y fue también entonces cuando dieron con un vecino que les comunicó que tenía “las memorias del abuelo”, que no era otro que Antonino López de Osornio, cronista cotidiano de las primeras décadas del Fuerte.
El Comandante Sombra
Antonino López de Osornio fue un militar asignado a la zona de Tandil a mediados del siglo XIX. Tuvo participación activa en la represión a las comunidades originarias, o la “contención de los malones”, en el marco de una relación con las autoridades centrales que escalaba en conflictividad tras la caída de Juan Manuel de Rosas.
Irianni explicó que se trató de una personalidad que “siempre estaba donde había que estar”, pero que por su bajo perfil no tuvo la trascendencia de otros militares como Benito Machado y demás “generales de la frontera”. De ahí que en el reconocido trabajo de investigación de Osvaldo Fontana sea mencionado como el “Coronel Sombra”.
Y si bien otras investigaciones ya habían señalado la importancia de su presencia, los cinco tomos de los diarios personales, alrededor de un millar de hojas, revelaron otra faceta de López de Osornio.
Durante gran parte de su vida, pero principalmente en la etapa en la que pasó por la ciudad, el militar dejó constancia de sus tareas, expediciones, misiones y otras funciones que cumplió. Sin embargo no escribió a los fines de completar informes burocráticos, sino para dar testimonio de su cotidiano a su propia esposa.
Así, en las páginas de los diarios se refiere tanto a que junto a otros soldados debieron salir a capturar a un grupo de indios que habían robado en el Fuerte, como a las flores nativas, a una ocasional nevada, una crecida de un arroyo, la arquitectura del lugar y a otros aspectos.
“Lo más atrapante es su personalidad, escindida de la de los militares de la época”, comentó Irianni, quien destacó que López de Osornio “escribió el día a día de la campaña, y no lo hizo para el Ejército ni para nosotros, lo hizo para su esposa Cipriana Benancio. Y en su forma de ser nos va mostrando una personalidad romántica”.
Así, entre poemas de Gustavo Adolfo Bécquer y versos dedicados a su amada, el militar dejó registro también de lo que el historiador definió como “enamoramiento del tiempo”. Cada entrada del diario fue minuciosamente marcada con la hora y los minutos de cada acción, de cada partida y cada llegada.
“Es como un tiempista que va cronometrando todo cada día. Eso da cuenta de un perfil interesantísimo. El mismo día que tiene un encuentro con los indígenas o cuando tiene que tomar una decisión de fusilar desertores, junta flores. Y si observa un paisaje, como el Fortín Azul, deja todo y cuando descansa la tropa hace una acuarela”, agregó Irianni.
Los diarios se encontraban tan bien conservados por la familia que los resguardó hasta el presente, que en el mismo se mantuvieron las flores que el militar dispuso entre sus páginas.
El Expediente Tata Dios
Resguardado por el Museo Histórico Fuerte Independencia, el expediente judicial de la matanza ocurrida en Tandil el primer día del año 1872 es material principal de consulta para los investigadores que abordan los hechos.
A partir de la predisposición y el interés del Museo, la coordinación del IEHS y la colaboración de un equipo de la Parroquia del Santísimo Sacramento, finalmente se logró digitalizarlo, a los fines de conservar el original y habilitar para todo público la versión online de las 1200 fojas del documento.
“Es un expediente fascinante”, comenzó Yangilevich sobre el material al que definió como la fuente principal para reconstruir los sucesos de 1872. “Pero además, a partir del expediente es posible reconstruir también las formas de articulación social y de las relaciones sociales, políticas y económicas del Tandil del primero de enero”, agregó.
La Matanza atribuida a Tata Dios, sostuvo la investigadora, es un síntoma de los cambios que estaban sucediendo en el espacio de la frontera. Del archivo se desprenden elementos particulares para comprender lo sucedido, sumó Yangilevich, y en ese sentido mencionó que en las fojas ahora digitalizadas puede observarse cómo se designó un juez comisionado, pese a que la normativa entonces indicaba que la justicia debía implementarla un juez natural.
Pero además, planteó la investigadora, tal hecho se suma a otros que permiten inferir que “desde un primer momento el juicio estuvo orientado a demostrar la culpabilidad de Tata Dios en la organización de la matanza”.
El señalamiento particular de causas previas atribuidas -pero no probadas- al curandero, la omisión de preguntas claves y obvias en los interrogatorios, y la no consideración de testigos que hubieran aportado otras perspectivas del caso, y hasta las presiones extranjeras fueron algunos de los indicios que, consideró Yangilevich, “me hace pensar que esa búsqueda de culpabilidad estaba antes de que se escribiera la primera letra del expediente”.
La existencia de tal archivo, y su reciente digitalización, plantearon los investigadores, señala la existencia de “un interrogante abierto, y la idea de ponerlo a disposición es que esté accesible para que pueda haber otras lecturas y miradas”.