Comedores barriales
“Hay un 30 o un 40 por ciento más y va sumándose todos los días alguien nuevo” afirmó Cacha Cena
La referente del barrio Las Tunitas habló sobre la situación del comedor que brinda apoyo alimenticio a muchas familias. En su propia voz, Cacha confirmó que aumentó la cantidad de raciones diarias a 250 y que por ahora pueden mantener el ritmo gracias al aporte de los socios protectores.
Los comedores barriales transitan momentos complicados. La semana pasada un grupo de personas se movilizó hasta el Palacio Municipal para reclamar por la situación de desabastecimiento. La misma se originó a partir de la decisión del Gobierno Nacional de cortar la entrega de provisiones a las organizaciones que luego distribuían a los distintos comedores de la ciudad.
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A pesar de ser un comedor con una organización distinta, donde los socios protectores ayudan a que no sea necesaria la mercadería de parte gubernamental, la organización encabezada por Cacha Cena no es ajena a la realidad que le toca vivir a toda la sociedad. En ese sentido, la referente barrial afirmó en diálogo con El Eco de Tandil que “gente que antes no venía a pedir alimentos, ahora viene a pedir la comida”.
La situación social es complicada, la plata alcanza cada vez menos y cada visita al supermercado es una radiografía de una inflación que no desacelera. Este contexto deja a la gente cada vez más necesitada y esa realidad se ve reflejada en los comedores barriales donde el número de familias que se acercan a recibir un apoyo alimenticio aumenta semana a semana.
“Hay un 30 o 40 por ciento más ahora y va sumándose todos los días alguien nuevo”, afirmó Cacha al mismo tiempo que comentó que hoy se cocinan un total de 250 raciones diarias en el comedor de Las Tunitas.
A diferencia de otros merenderos y comedores, el establecimiento ubicado en De los Granaderos al 200 tiene una organización donde no recibe mercadería de parte de Nación. En ese sentido lo deja librado de la situación que les toca vivir a otras estructuras similares. El comedor de Cacha tiene socios protectores que siempre colaboran y además el Banco de Alimentos tiene aporte fundamental. Con esas dos patas, “vamos sosteniéndolo”, aseveró.
A pesar de no verse afectados por las decisiones del Ministerio de Capital Humano a cargo de Sandra Pettovello anteriormente mencionadas, Cena no es ajena a la situación de los comedores y merenderos de la ciudad. “Estoy en UTEP con los compañeros, acompañándolos”. Si bien contó que no pudo estar en la última reunión por cuestiones de salud, supo que hubo una muy buena conversación y que se va a dar un apoyo a los comedores desde el Municipio de Tandil. “Me parece excelente, está muy complicado y con el hambre no se juega”, destacó.
Si bien por el momento no se presentan dificultades a la hora de entregar las 250 raciones diarias, la referente barrial sostuvo que el día que no pueda brindar este servicio diario, cortará la producción y dará tres veces por semana.
A la hora de interiorizar sobre la producción del comedor, Cena destacó que “se maneja mucho lo que es tuco: el lunes tenemos guiso, los martes tenemos tallarines con tuco, los miércoles polenta, los jueves arroz primavera con lo que tengamos y los viernes carnes hervida con provenzal y fideos”, y luego agregó: “En verano es otra cosa porque con el calor ya no usas tuco, pero en invierno manejamos todo esto de tratar de darles comidas que nos rindan”.
Siguiendo con la metodología de trabajo, comentó que a las 7 la gente se para a buscar la comida, que a las 8.15 arrancan a repartir y que a las 9.30 ya se quedan sin provisiones. En ese sentido agregó que la gente se lleva comida y pan gracias a un panadero al que le proveen la harina. “Hoy está todo muy complicado. La luz se fue al diablo, la harina se fue al diablo, entonces se complica un poco. Hasta ahora tenemos gente que está dando una muy buena mano”, indicó.
A su vez informó que cuando se hacen tallarines, son veinte kilos los que se cocinan. Vale destacar que un paquete común equivale a medio kilo. Para el guiso son quince los kilos que se utilizan y para hacer polenta se echan cuatro baldes grandes.
El comedor que lleva 23 años en funcionamiento trabaja de lunes a viernes y, con una buena organización, se encargan de abastecer a muchas familias del barrio que se acercan con su tupper a buscar su ración de alimento. En ese sentido, la responsable del establecimiento contó que se arrima mucha gente que tiene ingresos, que trabaja, o incluso jubilados a los que no les alcanza para hacer las dos comidas diarias.
“Está muy complicado todo el país”, contó Cena y luego se extendió: “Son 250 raciones y cada vez se agregan más. Si Juliana Teerink está diciendo que están abasteciendo a tres mil familias o más con bolsones alimentarios, quiere decir que la cosa no está bien de vuelta”.
Por último la responsable del comedor analizó la situación actual del país y afirmó que “esta vez me atrevo a decir que es más grotesco. Los ajustes significan que van a despedir a gente que está trabajando. Esa va a ser gente que va a pedir ayuda, entonces me preocupa un poco más”.