En Tandil, las mujeres también sufren más la desocupación y ganan menos que los hombres
Un informe de la Dirección de Estadísticas Local reveló que en la ciudad el mercado laboral favorece más a los hombres que a las mujeres. Menores posibilidades de empleo, brecha salarial, discriminación en el acceso a ciertos oficios o sectores de actividad, y una mayor participación femenina en los trabajos ligados al servicio doméstico y la enseñanza, son las principales diferencias relevadas.
Según el informe realizado con perspectiva de género y presentado por la Dirección de Estadística Local del Municipio, la participación en el mercado de trabajo presenta diferencias entre hombres y mujeres, en consonancia con lo que sucede a nivel nacional.
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Del relevamiento se desprende que entre las mujeres que residen en el partido, la tasa de actividad es menor, la desocupación mayor y acceden a categorías de ingresos más bajas en comparación a los ingresos de la población masculina.
Por otro lado, el informe local desnuda que la desocupación de las mujeres es mayor que la de los hombres: 10,8 por ciento para el género femenino contra un 7,2 por ciento en los varones.
En tanto, la tasa de subocupación de las mujeres asciende a 18,4 por ciento, mientras que en los hombres es de 10,8 por ciento, indicando que hay más mujeres que hombres con intención de trabajar más horas semanales.
Brecha salarial
En materia de ingresos también existen disparidades entre varones y mujeres. En la única franja de la escala de ingresos en donde hay más mujeres que hombres es en la menor: ingresos mensuales inferiores a 25 mil pesos. En las categorías de ingresos superiores se observa sistemáticamente más hombres que mujeres, siendo más evidente la disparidad en la franja de 75 mil pesos a 100 mil pesos, donde más del 90 por ciento son hombres. En otras palabras, si se compara el peso de la participación por ingresos entre hombres y mujeres se observa hay más hombres que mujeres que logran acceder a ingresos mayores.
Trabajo doméstico y enseñanza
En relación a la ocupación según rama de actividad, tanto varones como mujeres tienen gran participación en comercio y reparaciones, de aproximadamente el 20 por ciento. Luego comienzan a diferenciarse las participaciones de unos y otros: es mayor el porcentaje de mujeres que trabajan en hogares que contratan servicio doméstico, 18, 4 por ciento, y también en enseñanza, donde el porcentaje asciende a 16,7 puntos.
Mientras que en los varones es mayor el diferencial en la rama de la construcción, con un abrumador 20,6 por ciento en oposición al 0,6 por ciento del género femenino.
Si bien las mujeres representan la mitad de la población, los números nacionales indican que la tasa de empleo sigue siendo más baja que la de los varones: 43,1 por ciento para las mujeres y 66,3 por ciento para los varones, según datos de la EPH 2017.
Son numerosos los hogares donde las mujeres son el principal sustento económico, ya sea por tratarse de hogares monoparentales o por ser la mujer el principal ingreso, frente a un varón desocupado o subocupado o en hogares en que el ingreso de ambos es imprescindible para el sostén.
Y si bien los niveles de participación de las mujeres en el mercado de trabajo siguen indicando una suba histórica, este crecimiento se tradujo en un aumento de los niveles de desocupación y subocupación, antes que en un incremento del porcentaje de ocupaciones plenas. Y entre estas brechas de género pueden mencionarse: diferencias salariales, segmentación horizontal y vertical, discriminación en el acceso a ciertos oficios o sectores de actividad, entre otras.