Infraestructura educativa
En estado de alerta, la comunidad del IPAT volvió a reclamar la falta de gas y otros problemas edilicios
La falencias estructurales de la Estación de Trenes, donde funciona el terciario de arte, siguen sin resolverse y preocupan a los docentes y estudiantes. Reiterarán los reclamos institucionales y no descartan movilizarse para exponer la problemática.
Los docentes y alumnos del Instituto del Profesorado de Arte de Tandil (IPAT) realizaron el pasado martes una asamblea para exponer la problemática edilicia que desde hace tiempo los aqueja.
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El establecimiento educativo funciona en la Estación de Trenes, un espacio que no resulta adecuado para las actividades que se llevan a cabo en las cursadas de la institución.
Con el ciclo lectivo iniciado, todos los claustros participaron del encuentro y consensuaron trasladar nuevamente la temática a la Unidad Educativa de Gestión Distrital (UEGD), elevar notas a la Dirección General de Cultura y Educación, continuar con reclamos en las redes y los medios de comunicación, y también acordaron la eventual realización de una marcha la semana que viene.
Además, en el encuentro asambleario también se cuestionó el accionar del Consejo Escolar de Tandil y argumentaron que el cuerpo solamente se limitó a enviar una nota diciendo que todos los reclamos habían sido elevados a La Plata, sin mayores precisiones ni respuestas.
Sin gas ni condiciones dignas
En las viejas instalaciones de la estación ferroviaria no hay gas y la comunidad estudiantil y docente reclama que se garantice este servicio básico ante la llegada del frío. El terciario de arte, en el que se cursan profesorados vinculados a las artes visuales y la danza, tiene una matrícula de alrededor de 800 alumnos.
Frente a esto, y a sabiendas de que la conexión a la red de gas natural puede demorar, van a pedir que se los provea de equipos eléctricos de frío/calor en cada una de las aulas, hasta tanto el problema de base sea resuelto.
No obstante, también hay fallas en las conexiones eléctricas y deficiencias en torno a los espacios físicos asignados para las clases. En este sentido, en la asamblea no dejó de señalarse que las aulas móviles instaladas para incrementar la capacidad edilicia, si bien son un paliativo, no suplen las mayores necesidades de las carreras específicas que forman parte de la oferta académica del IPAT.
Asimismo, a raíz del problema edilicio debieron modificarse horarios de cursadas e incluso una de las carreras cambió de turno, circunstancia que afectó a algunos estudiantes que, por razones laborales, se ven impedidos de asistir a las clases.
Mejorar el “mientras tanto”
Por lo antes mencionado, es que el colectivo de docentes y alumnos se encuentra exigiendo una inmediata solución a las falencias edilicias en las que se trabaja ya que, según expresaron, “las consecuencias se enmarcan no sólo en perjuicios laborales y de salud, sino también sentimentales y emocionales de todas las personas que allí convergen, especialmente de estudiantes que se ven imposibilitados de concretar su formación, una formación que a pesar de las adversidades se mantiene en pie a costa del esfuerzo constante del personal de la institución y en especial de los docentes”.
Mientras tanto, este año se inició la construcción del edificio que albergará al IPAT y al Conservatorio de Música de la ciudad, en un terreno emplazado en Ezeiza y Suipacha, con recursos del Fondo de Financiamiento Educativo.
Pero hasta que la sede propia se convierta en una realidad tangible, el IPAT seguirá funcionando en espacios alternativos que, en la mayoría de los casos, no ostentan las características necesarias para cursar las diferentes carreras que se ofrecen. Por este motivo, los integrantes de su comunidad piden, mínimamente, tener condiciones dignas mientras deban habitar el espacio de la Estación.