Durante mucho tiempo los museos fueron considerados como espacios vetustos y anquilosados en un tiempo lejano, como guardianes de antigüedades sin una mayor inserción dentro del mundo contemporáneo.&nbsp;Micaela Saconi, directora de Cultura de Tandil y experta gestora cultural, recorrió las instalaciones del Museo de Bellas Artes con El Eco de Tandil –en reemplazo de su coordinadora, Indiana Gnocchini- para develar sus particularidades y mostrar el enorme valor artístico que reposa en la calle Chacabuco 357.&nbsp;Los orígenes&nbsp;La reseña histórica marca que, en 1912, Vicente Seritti evaluó diversos factores culturales, socioeconómicos y sobre todo artísticos, se radicó en Tandil y fue el creador de la Academia de Bellas Artes, una disciplina nueva en la ciudad, con difíciles comienzos.&nbsp;De este modo, su constante preocupación por el arte y su inserción local hizo que, en 1916, con el Centenario de la Independencia, se organizara el "l Salón de Aficionados", y aumentara el interés por las artes plásticas en las esferas municipales, la prensa y el vecindario, con la propuesta de crear una Academia gratuita de Dibujo y Pintura.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2022/04/mumbat_4.JPG" alt="mumbat - 5"></figure>Para tal fin se agruparon los sectores interesados, y encabezados por un genuino "mecenas" llamado José Manochi y fundaron, el 15 de octubre de 1920, "La Academia", bajo la dirección del maestro Seritti, quien contó con la colaboración de Rita Gómez y Fernando Berreta.Logrado el primer objetivo, la flamante "Sociedad Estímulo de Bellas Artes" encaró otra tarea: crear un museo. El nuevo desafío concertó voluntades desde distintos núcleos de la actividad social. Entre ellos don Juan Buzón para esa época destacado político, y César Carugo, quien no solamente donó un valioso cuadro suyo, sino que solicitó y obtuvo veintidós cuadros en donación de notables pintores, a los que se agregaron otra veintena que llegaron por parte de la Dirección Nacional de Bellas Artes. Ernesto Riccio fue designado asesor en la instalación del Museo por la Dirección antes mencionada y como secretario actuó Guillermo Teruelo. El acto inaugural tuvo lugar el 6 de enero de 1937, con gran éxito y considerable afluencia de público.Al respecto, Saconi explicó que “a partir de ahí se hicieron más donaciones y 14 ediciones de un salón de pintura. Es una época donde había muchos salones y el espíritu de las ciudades estaba en esa sintonía de empezar a mostrar el arte argentino, lo que sucedía en esa explosión de manifestaciones con artistas como Eduardo&nbsp; Sívori y Emilio Petorutti”.Asimismo, remarcó que el maestro Seritti tenía muchos alumnos &nbsp;y empezó a dialogar con esos movimientos que había para que esas expresiones se dieran a conocer. De este modo, refirió que el Mumbat sigue teniendo ese espíritu y “es lo que busca todo el tiempo, es un &nbsp;espacio social y cultural que habla del presente a través del pasado”.&nbsp;&nbsp;La actualidad del espacio&nbsp;Más allá de la función educativa y didáctica que tiene el museo con respecto al pasado, establece un&nbsp; diálogo activo con la sociedad desde hace unos años con el crecimiento permanente de su &nbsp;colección de arte contemporáneo. &nbsp;En tanto, la funcionaria describió que el equipo de montaje y extensión lleva adelante un nuevo relevamiento fotográfico de fichas, obra por obra, para actualizar y digitalizar la información.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2022/04/mumbat_2.JPG" alt="mumbat - 3"></figure>“Hay un acervo muy importante de artistas nacionales y locales, esa conversación nos interesa&nbsp; y nos importa rescatar lo que pasa en Tandil, la región y el país, construimos ese puente”, detalló.&nbsp;En marzo se inauguraron dos exposiciones que se insertan dentro del imaginario feminista para revalorizar la figura de las artistas mujeres. Así, tanto la muestra “Perfiles” como la llamada “Una habitación propia”, están en diálogo con mujeres artistas del patrimonio, y de esta forma el acervo propio se mantiene activo y vigente. La mujer protagonista, con su voz, esencia, su mirada personal e intransferible.&nbsp;Así Ana Tarsia, Carolina Antoniadis, Carlota Petrolini, Diana Dowek, Graciela Zar, Gabriela Salgado y Mirta D´ Andrea, artistas representadas en la Colección de Arte Contemporáneo del Mumbat, con sus obras, dialogan en sala con la artista tandilense Marita Fernández Barragán, que tiene una retrospectiva de su profusa obra.&nbsp;Recrearse el conjunto y sus descarados diálogos, no hace más que reforzar en el espectador la reflexión que plateara Woolf…”no hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”.En simultáneo, convive “Perfiles”, la curaduría hecha por Luciana Bértoli que seleccionó para exhibir retratos de mujeres de épocas dispares, de diferentes etnias y clases sociales, diversas técnicas de retratos a la mujer, con la particularidad de omitir indicadores (nomencladores) para que la pregunta que subyace cada vez que las miramos, sea respondida por el propio público, desde sus propias referencias y conocimientos. ¿Cuánta información podemos obtener de ellas sin tener datos de la obra, sin saber su procedencia, sin nombrar al autor? ¿Cuánto nos condicionan las referencias? ¿Qué ocurre cuando toda referencia se desvanece? ¿Qué otras lecturas podemos hacer de sus perfiles?Adquisición de obras&nbsp;Además de las donaciones realizadas a lo largo de los años y en la actualidad por vecinos e instituciones y particulares, el Mumbat adquiere obras a través del Salón Nacional de Pintura que organiza todos los años (la inscripción cerró el pasado 11 de marzo) y también compra obras de artistas emergentes que resulten de interés, con fondos públicos y privados.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2022/04/mumbat_3.JPG" alt="mumbat - 4"></figure>“Es importante renovar la colección. Estuvimos presentes varios años en Arteba para difundir el museo y el arte local, y ahí pudimos adquirir algunas obras. Además, el Salón es una convocatoria en la que llegan obras de todo el país, el jurado cambia año a año y eso te permite ver un arco de obras amplio y saber lo que sucede en ese momento. Las adquisiciones mantienen vivo el museo y sirven para no tener siempre la misma línea curatorial. Dinamizan y valorizan el patrimonio”, puntualizó.&nbsp;Actividades de puertas abiertas&nbsp;Por otro lado, el Mumbat sostiene vínculos con la sociedad a partir de diferentes actividades de puertas abiertas, que permiten que se tiendan puentes para vivificar la función misma del museo.En este sentido, Saconi expuso que &nbsp;hay un gran espectro de actividades más allá de las inauguraciones propiamente dichas, que se vieron interrumpidas por la pandemia. En 2021 se retomaron algunas propuestas y a partir de este mes la agenda programática volverá con la intensidad de antes.&nbsp;“Tenemos muchas actividades de extensión con escuelas. Con restauración, por ejemplo, los grupos conocen las obras que hay y ven cómo se restauran, ellos pintan con témperas, son actividades participativas y es fundamental que un museo lo haga porque si no está muerto. La obra expuesta tiene que ser leída desde distintos ángulos para llegar bien al público”, señaló.Laboratorio de Restauración&nbsp;Desde hace algunos años funciona en el Mumbat un completo laboratorio de restauración y conversación de obras a cargo de Ariel de la Vega, que ya ha recuperado cerca de 30 piezas del patrimonio del museo.De la Vega es artista plástico especializado en Argentina y Europa como conservador-restaurador de bienes culturales, que lleva adelante procesos muy artesanales y minuciosos.Cuando se pone frente a la recuperación de una obra, comienza a buscar referencias en fotos antiguas para saber cómo era la pieza original.Sobre su trabajo, compartió que “a veces no hay referencia en la ficha fotográfica y se debe buscar en archivos, catálogos, revistas, reseñas &nbsp;y ver cómo era originalmente. Reunir la información e iniciar la restauración puede &nbsp;llevar varios meses”.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2022/04/mumbat_13.JPG" alt="mumbat - 14"></figure>El maestro tuvo a su cargo la restauración del imponente cuadro del general Martín Rodríguez, patrimonio del Concejo Deliberante local, y de un famoso cuadro del gran pintor de La Boca, Benito Quinquela Martín. &nbsp;En esa ocasión, un equipo a su cargo restauró “Buque en reparación” (circa 1938), de Benito Quinquela Martín, una extraordinaria pintura que integra el patrimonio del Mumbat desde 1958.Sobre ello, el artista destacó que “fue interesante porque esa obra se pidió para lo que fue la última gran retrospectiva de Quinquela a nivel nacional, en el Palais de Glace (CABA) a fines de los 90. Se llevaron la obra, la restauraron en otra parte con otros criterios y la hipótesis es &nbsp;que hubo una intervención no original. Busqué las fotos del catálogo cuando se donó al museo, de la muestra de 1954, y la obra tenía ciertas resoluciones que en la foto del 54 aparecían y en el cuadro que teníamos nosotros no; se llamó a los fotógrafos y se descubrió que probablemente había repintes, por eso tuve que remover un poco lo que ponía en peligro la obra en sí”.&nbsp;Su trabajo, entonces, se compone de una parte que se aboca al estudio histórico de la pieza artística a su disposición y de otra arista que emplea procedimientos técnicos bajo estrictos estándares internacionales para recuperar la &nbsp;obra en cuestión.“Cada restauración varía y se complejiza con lo que cada obra de por sí puede tener como problemática, todas las obras son diferentes y cada una es un mundo que se descubre en el trabajo del restauro, porque a veces aparecen cosas que en una primer lectura no se identificaron”, contó mientras sobre la mesa yacía un cuadro titulado “La murga” &nbsp;(1941) perteneciente al pintor italoargentino Rafael Bertugno.&nbsp;Colección Mercedes Santamarina&nbsp;La sala más importante del museo, que tiene carácter permanente, es la que alberga a la colección donada por Mercedes Santamarina. La integrante de la elite tandilense, en 1971, un año antes de morir, donó su colección de arte, que incluye objetos, textiles, mobiliarios y pinturas al Mumbat y al Museo Nacional de Bellas Artes.En esta línea, Micaela Saconi explicó que “ella tenía una fascinación por el coleccionismo y las dos salas en ambos museos tienen las mismas condiciones”.La sala está pintada de bordó, a diferencia del&nbsp;resto de las instalaciones, cuyas paredes son blancas. De este modo, la porcelana china, las esculturas egipcias, los muebles franceses y demás objetos de gran valor patrimonial se exhiben, además, en un espacio especialmente acondicionado para ello, bajo parámetros lumínicos y de temperatura acordes a las necesidades de conservación de los elementos.&nbsp;Un retrato de Mercedes Santamarina, de grandes proporciones, que ella misma hizo pintar en París, custodia la sala y la exhibe como guardiana permanente de esa experiencia.&nbsp;En torno a ello, la directora de Cultura ponderó que “es interesante pensar esta colección por lo que pasa hoy en día con que haya sido una mujer la responsable de esto, es una colección eclética pero es muy importante para el museo tenerla. Y además,&nbsp;está la figura de Mercedes en su retrato que habla de muchas cosas -no sólo lo que legó para la ciudad- sino su figura, cómo está sentada, cómo se plantaba frente a la vida”.Modos de ver&nbsp;Por último, Saconi exhibió su punto de vista acerca del diálogo del arte con la historia y cómo esta fusión habla también de la identidad de un pueblo. En este punto se puede recuperar el criterio del intelectual inglés John Berger quien, a través de su texto “Modos de ver” (1972) se empezó a interrogar sobre la función del arte y su percepción en las sociedad contemporáneas.Para Berger lo importante no es ver, sino cómo vemos las cosas: lo importante para él son los modos de mirar.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2022/04/mumbat_9.JPG" alt="mumbat - 10"></figure>En esta línea, Saconi valoró que el sentido lo descubre cada quien contemplando la magia del arte y desglosó que “el arte es un puente para hablar de nuestra historia, porque no te dice ‘esto es ABC’, no te cuenta un cuento, sino que deja que cada uno construya su historia con su imaginación y creencias, tiene esa magia”.Para cerrar, ahondó en que “antes los museos dictaban cómo había que ver las obras pero ahora son abiertos, hay una construcción colectiva, aunque el museo tiene ciertos disparadores y te da las primeras herramientas para mirar una obra, el resto queda en la persona que la ve, cómo se relaciona y construye ese vínculo. Eso necesita de nuestro tiempo y nuestra reflexión, salir del automático para ponerse en otro estado y volver la historia, porque la obra va a hablar de Tandil, va a hablar de Argentina y de nuestra identidad”.&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;

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El Mumbat, un encuentro entre el arte y la historia que permite resignificar la identidad tandilense