Plataformas de repartos
El delivery tercerizado, entre la precarización y la salida laboral, es un auge en Tandil
El reparto a domicilio ofrecido por las plataformas digitales se convirtió en un refugio ante la escasez de oportunidades de empleo. En la ciudad, cada vez más negocios y personas se suben a este fenómeno, que une consumidores con productos a un click de distancia. También se expone la cara más cruda de la precarización de trabajadores, sin garantías ni derechos laborales, en un marco de gran flexibilidad.
El mundo del trabajo se transforma al ritmo de las grandes mutaciones del capitalismo global. Uno de los cambios más destacados surge en las nuevas modalidades de relación laboral que se originan en el trabajo a través del amplio mundo de las plataformas tecnológicas.
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Las denominadas “plataformas de reparto o delivery” comparten una serie de características en sus formas de inserción en el mercado, en el origen externo de sus capitales, en sus modalidades de organizar y gestionar el trabajo, así como en las formas de explotación y precarización de los trabajadores, desconociendo cualquier tipo de relación y regulación en materia laboral.
En la ciudad opera una de estas plataformas, Pedidos Ya, cuyos repartidores inundan de rojo y celeste las calles de Tandil, en bicicleta o moto, franqueando los autos de un zumbido para entregar la comida que llevan en sus enormes mochilas cúbicas.
En un país donde tener un trabajo “en blanco” es un deseo de muchos, ante los altos niveles de informalidad que se manejan, la actividad de delivery surge como una alternativa laboral que no necesita de empleadores.
Un análisis con el eje puesto en las plataformas de reparto, su expansión en pandemia, las relaciones laborales y el sector gastronómico, las organizaciones sindicales y la regulación de esta actividad, se desprende también que las plataformas de reparto –en un contexto de creciente desocupación– se convirtieron en una actividad refugio tanto para trabajadores locales como para los migrantes.
Para los comercios, es la posibilidad de tercerizar el envío a domicilio frente a los enormes costos que implicaría tener empleados registrados para esta tarea, o correr el riesgo de contratar gente informalmente frente, inclusive a la posibilidad de que sufran un accidente en la vía pública.
Tracción a sangre
En distintos sectores hay puntos de encuentro donde estos repartidores, que son en su mayoría varones de entre 18 y 30 años, se nuclean. Se puede observar a los jóvenes descansar y conversar en la Glorieta de la Plaza de los Troncos o en un pequeño local de avenida España casi Santamarina, entre otros rincones de la ciudad.