Historias
El correlato de la crisis en los crecientes pedidos de autorización para venta ambulante en los paseos
En la última sesión se aprobaron siete autorizaciones de uso del espacio público para carros de pochoclos, tortas fritas, pasteles y panchos en espacios verdes. En lo que va del año, ya se igualó en cantidad a las otorgadas en 2023. De lo general a lo particular, la reconversión de un foodtruck para sortear la crisis y no claudicar en un sueño familiar.
El Concejo Deliberante confirmó un aumento en los pedidos de autorización de ocupación del espacio público con carros para la venta de pochoclos, panchos, pasteles y tortas fritas, entre otros productos. Sólo en la última sesión se aprobaron siete trámites, este año ya se extendieron ocho permisos y en mayo se había igualado el total de 2023.
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El trámite se renueva en forma anual, por lo cual desde el Legislativo se comparó las tramitaciones realizadas por primera vez, lo que arrojó que en los primeros cinco meses del año casi se alcanzó el total de nueve que se otorgaron en todo 2023.
Los expedientes para la autorización de este tipo de emprendimientos se tratan en la Comisión de Obras Públicas del Concejo Deliberante y también interviene la Dirección de Inspección y Habilitaciones, que controla el cumplimiento de los requisitos como así también requieren del visto bueno de Bromatología.
En la última sesión de mayo, se autorizó la instalación de un carro panchero en el Paseo Turístico Parque del Origen, sobre la calle Juan XXIII; además de un carro pochoclero frente al acceso de Villa del Lago y otro en el Parque Soñado de los Niños; un móvil para la venta de pasteles envasados también en la entrada de Villa del Lago, en el Dique; un puesto de churros, tortas fritas y sándwiches fríos y calientes en Eva Duarte y Ruta Provincial 30; un carro de expendio de pochoclos y panchos en la plaza Yrigoyen, en Rodríguez y Uriburu; y otro carro de pasteles y alfajores de maicena en la Plaza de los Mil Colores, sita en Larrea y avenida Alvear.
En todos los casos, el Legislativo les exigió retirar el carro fuera del horario establecido por la Dirección de Habilitaciones e Inspección; cumplir los requisitos solicitados por la dependencia y también los de Bromatología; respetar las condiciones de la ordenanza que regula el uso y ocupación del espacio público y abonar el Derecho de Ocupación o Uso de Espacios Públicos, de acuerdo a la tarifa vigente en la Ordenanza Impositiva.
“Si querés algo, te tenés que levantar y hacer”
Yanina Metz es una de las siete emprendedoras que obtuvo permiso para salir a vender alimentos, con su carro, en el espacio público. Recibió la autorización para trabajar en el Parque del Origen cuando casi tenía decidido vender el foodtruck que había adquirido con mucho esfuerzo y que se transformó en el sueño de su familia.
“El año pasado tuvimos una situación mala económicamente para los foodtrucks, así que de los eventos empecé a hacer los que podía solventar. En octubre, tomé la decisión de abrirme de la Asociación de Foodtrucks y presentar una carpeta para poder trabajar en alguno de los paseos turísticos de Tandil”, contó esta emprendedora de María Ignacia (Vela), que además integra el Cuerpo de Bomberos Voluntarios.
En el foodtruck ofrecía milanesas, sándwiches de carne desmechada, papas fritas, algunas propuestas dulces, siempre ajustando el menú de acuerdo al evento. “Trabajábamos en Tandil, en María Ignacia (Vela), fuimos a la Fiesta del Ave de Raza en Rauch y otros lugares en casi tres años”, relató sobre esas travesías en familia.
Y compartió que “trabajo en gastronomía hace casi 20 años. Me fui haciendo en el rubro, desde camarera, en la barra y diferentes lugares hasta que conocí la cocina, que me enamoró totalmente. Fui por dos o tres restaurantes, hasta que conocí a una gente amiga con la que empecé a trabajar, Gastón Santamarina y Romina Inda, que me hicieron enamorar mucho más. Ellos me ayudaron y me impulsaron con sus conocimientos. Romina también con el aprendizaje de la pastelería, es bastante estricta, así que me dio una mano gigante para que yo me pueda capacitar”.
Yanina Metz agregó que desde entonces, “me quedé en el rubro gastronómico”. Su primera experiencia en un foodtruck fue al trabajar con un amigo, lo que la decidió a ir por su carro.
Renovada ilusión
Volviendo a los motivos que la llevaron a buscar otra alternativa para trabajar, explicó que “el año pasado fue un sinfín de situaciones para los foodtrucks. Fue bastante complicado porque los precios de la materia prima subían. Después, para llegar a los eventos, para armar es muchísimo el dinero que hay que invertir, entonces los cánones son demasiado elevados desgraciadamente, y eso repercute en el comensal”.
Observó que promediando el 2023 se dispararon los costos. “Pude sostenerlo hasta el último con la Asociación, que la verdad es que son unos chicos recontra luchadores. El último que hice, que para mí fue el más costoso, fue la Fiesta de la Cerveza, que aparte del canon elevadísimo, obviamente en el lugar se cobraba entrada porque todos tenemos que sostener nuestras empresas, y la verdad es que no lo pude sostener”.
Agregó que “lo nuestro es familiar. Yo trabajo con mi marido y mis hijos, así que no tenemos tanta espalda como para solventarlo”.
En el caso de esta familia, el carro es una segunda fuente de ingresos, ya que su marido es policía. Sin embargo, con hijos en edad escolar y ante el aumento del costo de vida, Yanina pensó en esta opción para conservar su trabajo y aportar a la economía doméstica.
Así, en primera instancia pidió permiso para trabajar en La Movediza, pero se lo denegaron porque ya había otro emprendedor en el lugar. Desde Habilitaciones la instaron a buscar algún espacio y surgió el Parque del Origen.
El primer sábado de junio debutó con el carro y mientras esperaba a los clientes, el artista urbano Mone dejó plasmada su obra en la parte de atrás del móvil, con la intención de integrarse al entorno y a sus característicos dinosaurios.
Lo mismo pensó para el packaging y el cartel, por lo que eligieron nombres vinculados a los dinosaurios para el menú de panchos y papas fritas. Además, ofrecen café, plantos dulces, agua para el mate y chocolate.
Están autorizados a trabajar, por un año, los sábados, domingos y feriados de 11 a 20, aunque en invierno permanecerán hasta que el frío empiece a apretar.
“El mismo día en que me vinieron a avisar que me autorizaban en el paseo, me levanté diciendo ‘lo vendo’, con un dolor en el corazón grande porque lo compramos para una empresa familiar y nos ha dado muchísimas satisfacciones y alegrías. Lo hicimos de cero porque lo compramos de una forma y lo amoldamos a lo que nosotros queríamos hacer, gastamos muchísimo dinero para poder llegar a lo que queríamos y aún nos falta”, contó Yanina.
De este modo, logró salvar su trabajo de muchos años y echó a rodar una nueva ilusión. “Si querés algo, te tenés que levantar y hacer”, reflexionó.
Secretaria de Redacción de El Eco de Tandil. Licenciada en Comunicación Social orientación Periodismo (UNLP)