Reclamo
Denuncian falta de calefacción e irregularidades alimenticias en la Escuela Granja
Tanto padres como alumnos aseguran que en uno de los módulos de la entidad, donde esta los salones de segundo, tercero y cuarto grado, la calefacción no funciona y las aulas no tienen puertas. Además aseguran que la comida del comedor es escasa y algunas veces de mala calidad.
A meses del inicio de las clases, las instalaciones escolares no terminan de ponerse a punto para permitir un digno tránsito de los alumnos por el ciclo lectivo. Hace algunos días, dos padres de escuelas especiales comentaron en este medio la falta de transporte, y el mal estado edilicio de este tipo de entidades educativas.
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Hoy, una parte del claustro estudiantil de la Escuela Granja denuncia múltiples irregularidades en el módulo 1 de dicha institución. La calefacción no funciona desde el arranque de las clases, y para colmo las aulas no tienen puertas a pesar de que ya están listas para su colocación.
Los alumnos vienen realizando sentadas y enviando comunicados a la dirección para visibilizar su disconformidad, y ante la falta de respuesta, ahora son los padres los que han tomado cartas en el asunto.
Karina Carbonari, en representación de los padres de alumnos del tercer año “C”, dialogó con El Eco de Tandil, donde narró en detalle lo que les toca vivir a los jóvenes en su escuela.
Sin puertas ni calefacción
En primer lugar explicó que esto ocurre en el módulo 1, ubicado detrás del edificio histórico de la institución, que consta de cinco aulas, donde conviven estudiantes de segundo y tercer grado, junto a un salón que pertenece a cuarto. Cada módulo de los tres que existen en el predio, tiene una calefacción particular. En el edificio en cuestión, que utiliza loza radiante con una caldera eléctrica, la misma no funciona desde febrero, cuando por medida general se probaron las calefacciones de las entidades educativas de la ciudad, para corroborar que funcionen de cara al verano.
Carbonari relató que pasaron los primeros meses sin problemas, porque la temperatura todavía acompañaba, pero cuando empezaron los primeros fríos, los alumnos mandaron una carta a la directora, pidiendo por favor que arreglen la caldera. “No obstante, las puertas de ese mismo modulo no están puestas, porque los chicos el año pasado las rompieron, ellos igualmente las reparan ahí, tienen un taller rural, donde los mismo chicos que rompen, reparan, las arreglaron, pero nunca se las pusieron”, contó.
Gracias a esto se escuchan la clase del otro salón, y por si fuera poco las ventanas no cierran bien, “en una de las aulas se cae por que le queda grande el postigo. Entra frío por todos lados y están incomodos los chicos. Entonces le mandaron otra carta más, a la cual la directora hizo caso omiso”, aseguró.
Hace algunos días, la madre se acercó a la escuela personalmente para charlar con la directora a pedirle soluciones. La misma, acusando estar ocupada, se fue en el medio de la reunión, “me quede con la vice, que tuvo muy buena predisposición, y nos dijo que ella no tenía noción de las cartas que habían mandado, que no sabía dónde estaban, así que nos dijo que los padres armemos una también con la de los alumnos y eso hicimos el 8 de mayo”.
Cuando fue a entregarla el día siguiente, la directora le explica que había venido gente a intentar resolver el problema, pero como era un tema eléctrico debían elevar un presupuesto al Consejo Escolar.
“El problema es que la directora no elevó los reclamos en tiempo y forma, porque si pidió la autorización de reparación en febrero, no creo que haya tardado tanto, y si no, que nos pida a los padres que vayamos a manifestarnos al Consejo, pero no hace nada”, expresó.
La preocupación de los padres creció, ya que mientras se realizan todos los tramites, los estudiantes siguen pasando frio y teniendo los salones en pésimas condiciones.
“Los chicos hicieron una sentada en la escuela, porque las puertas están, entonces ya que la calefacción todavía no se puede porque tiene que solucionarlo el consejo escolar al menos cerremos los salones. Trajeron las puertas del taller rural, y empezaron a colocarlas ellos mismos, les dijeron que no, que las saquen, sin ninguna explicación lógica”, manifestó la denunciante.