Patrimonio natural
Así es el proyecto de la cantera reconvertida en Francia que puede inspirar a las Cavas de Cerro Leones
Diálogo con el ingeniero argentino que trabajó en el lugar y compartió su experiencia con vecinos de las cavas.
Cada verano se reedita una pregunta abierta en el debate público local. ¿Se puede hacer algo con las cavas de Cerro Leones? Más allá de advertencias y prohibiciones, un gran número de vecinos -y cada vez más turistas- concurren al lugar. Evidenciando la inexistencia de un balneario municipal, pero también alertando por la indefinición de las autoridades comunales sobre el destino del patrimonio histórico y natural de la ciudad.
Recibí las noticias en tu email
Aunque desde hace tiempo se comenta la posibilidad de recuperar formalmente el el espacio, hasta el momento no se avanzó en ese sentido. Sin embargo existe una experiencia que podría servir de inspiración para dicho proyecto. Se trata de Ecopole du val d'allier, un parque público gestionado por una asociación de funcionarios comunales electos y organizaciones, ubicado en la comuna francesa de Pérignat-sur-Allier, que se creó a partir de la puesta en valor ambiental y cultural de una ex cantera que funcionó a la vera de un río.
De entrada libre y gratuita, el Ecopole es tanto un paseo con senderos para caminatas, como un ámbito donde se realizan test agrícolas -respetando los modos de producción tradicionales y la biodiversidad-, se practica yoga, pesca y se avistan aves autóctonas, entre muchas otras actividades. Además, en el lugar se mantuvieron las antiguas máquinas en desuso, intervenidas con cartelería que hace alusión a la historia del espacio.
El Eco de Tandil dialogó con Luciano Copello, ingeniero agrónomo argentino residente desde hace años en Francia - donde se formó además como Management de Proyectos Territoriales-, quien trabajó recientemente en el plan de gestión que se elaboró para la iniciativa.
A partir de su vínculo con el proyecto de extensión de la Unicen Barrios de Piedra, Copello conoció las cavas y en el marco de un conversatorio pudo compartir su experiencia con vecinos del lugar, en pos de proyectar posibles líneas de acción para recuperar el espacio. Planteando similitudes y diferencias con la iniciativa francesa, y haciendo hincapié en la importancia de la participación ciudadana en su desarrollo, sostuvo que para el predio de Cerro Leones “lo más interesante es tratar de ver cómo la gente local ve el proyecto y cuáles son las prioridades”.
Lo que en el presente se conoce como “las cavas” fue muchos años atrás una sierra próspera que junto con La Movediza supo ser uno de los centros más pujantes de Tandil. Allí se instalaron los primeros picapedreros y se llevaron adelante gestas obreras históricas. Con la transformación del modo de explotación de la piedra a través de explosivos la cultura picapedrera comenzó a perderse.
La cantera CIGA funcionó hasta 1990, y si bien se mantuvo el letrero de “propiedad privada”, el lugar se abandonó. Por ese motivo puede considerarse al predio como un “pasivo ambiental”, que de acuerdo a la normativa provincial son aquellos sitios afectados con contaminación o deterioro de los recursos naturales y ecosistemas producidos por actividades públicas o privadas que constituyen un riesgo para la población y a su vez han sido abandonados por sus responsables.
La comuna fue intimada dos veces -a raíz de la denuncia de la familia de una persona que murió ahogada mientras nadaba en las cavas- a intervenir en la restricción del acceso, aunque las autoridades locales apelaron dichos fallos para que otros organismos canalicen las medidas. La Provincia había colocado un letrero alertando por los peligros de bañarse en el lugar, sin embargo el cartel ya no puede verse. Y cada fin de semana de verano las cavas se llenan de gente.
La cantera reconvertida en Francia
“135 hectáreas de espacio natural incluyendo 40 hectáreas de agua, 231 especies de aves con una biodiversidad excepcional, 8 kilómetros de senderos con 5 observatorios y paneles educativos, 10 hectáreas de zona de pesca, 60 años de operación de cantera y 10 años de restauración ambiental”, dice el sitio web oficial del Eco Polo -tal la traducción de Ecopole-, donde también se agrega que el lugar es un “sitio emblemático de transición ecológica” que “pretende convertirse en un lugar educativo que concilie las actividades humanas y la protección del medio ambiente”.
Luciano Copello trabajó en el seguimiento y redacción del Plan de Gestión para los próximos 10 años que se elaboró para el lugar. Desde su experiencia, y luego de haber visitado Cerro Leones, comentó detalles de la iniciativa francesa y planteó similitudes y diferencias con el predio tandilense.
Entre otros aspectos, indicó que la legislación en Francia habilita la explotación canteril por determinada cantidad de tiempo, y luego los responsables son obligados a realizar un estudio y elaborar un proyecto de re-naturalización, de preservación de la biodiversidad, o de actividades sociales.
“Lo interesante justamente fue que antes de que termine la actividad de extracción se trabajó con la empresa que estaba, las comunas, asociaciones locales y una diversidad de actores locales, para armar un proyecto que corresponda al interés de la gente que está cerca de la ciudad y de la gente del campo”, comentó el ingeniero, quien precisó que el espacio pertenecía a un conjunto de propietarios que luego cedieron la gestión del predio a una asociación mixta conformada por diferentes entidades.
“Es un espacio abierto, no hay ninguna barrera que impida que la gente entre”, señaló Copello, quien precisó que a través del organismo de gestión las asociaciones implicadas se vinculan-complejidades de por medio- para generar consensos entre los intereses.
“Hay un espacio donde se hace horticultura y otro para que se hagan teste agrícolas. Está la parte más recreativa, hay una asociación de yoga, está la Liga de Protección de las Aves porque uno de los ejes fuertes del lugar es la re-colonización de especies, hay miradores hechos con madera y piedra local, hay senderos por los que se puede caminar, hay una asociación vinculada al ámbito rural para la re-inserción de personas que no pueden encontrar empleo, y hay máquinas viejas con paneles con información porque se valoriza el hecho de que hubo una antigua minera”, listó el ingeniero sobre la diversidad de opciones que ofrece el Eco Polo.
¿Reconvertir Cerro Leones?
Consultado por similitudes y diferencias con respecto a lo que pudo observar durante su visita a Cerro Leones, Copello comentó que las ex canteras francesas no fueron de explotación serrana sino que se emplazaron a la vera de un río. Sin embargo, también allí quedaron “pozos que ahora son lagos”, según precisó. Agregó que de acuerdo al consenso establecido por las asociaciones que gestionan el predio, actualmente no permiten bañarse en el lugar.
A partir del vínculo con integrantes del programa Barrios de Piedra -a quienes conoció en un congreso de la Unicen-, Copello recorrió las cavas, y luego fue parte de un conversatorio en el que pudo compartir su experiencia de trabajo en el Ecopole, así como coordinar un intercambio de ideas posibles a implementar en Cerro Leones.
El resultado fue una serie de ejes y desafíos comunes -pensados al igual que en el caso francés de manera colectiva- referridos a la cuestión ambiental, la preservación, la valorización y otros. “Desde mi punto de vista hay similitudes y diferencias. Pero por ejemplo lo que es valorización patrimonial, la cuestión histórica, en eso están trabajando mucho los proyectos”, sostuvo, aunque también planteó una diferenciación con respecto a la regulación del uso existente en Francia, donde existen otros espacios similares reglamentados.
“Se verá en Tandil a qué instancia o organización corresponde abordar esas distintas cuestiones. Pero un espacio así requiere también que tenga varios ejes de trabajo y sería lo mejor si se puede consensuar”, concluyó.