Octubre, Mes de la lucha contra el cáncer de mama
Así es el mamógrafo único en el mundo creado por un equipo de la Facultad de Exactas
Mejora la comodidad del paciente, logra mayor certeza en el diagnóstico, y es más económico que otros similares.
Tras largos años de trabajo, un equipo de docentes, investigadores y científicos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unicen creó un mamógrafo óptico de avanzada –único del mundo en su tipo-, que no sólo permitirá brindar una mejor comodidad para pacientes, sino también aportar en la detección temprana de cáncer de mama, ahorrar en otro tipo de estudios derivados, y lograr mayor precisión en los diagnósticos sin recurrir a radiación.
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Se trata de una iniciativa de bajo costo frente a otras tecnologías similares, por lo que sus impulsores proyectan que sea accesible para que lo adquieran sistemas de salud de escala municipal y provincial. Con un prototipo listo, los desarrolladores buscan ampliar la base de pruebas clínicas para lograr la homologación necesaria.
El mamógrafo lleva el sello de Bionirs, una empresa científico – tecnológica en la que se asociaron la Facultad de Exactas y CITES, el centro de innovación tecnológica del Grupo Sancor. “Sin el aporte estatal y de la ciencia y la educación pública, esto no existiría”, destacaron desde el equipo, en referencia a los años de investigación invertidos desde la universidad pública y el Conicet para el desarrollo inicial del proyecto hasta que los fondos privados permitieron avanzar en nuevas etapas.
El mamógrafo cuenta con un diseño perfeccionado de otro anterior que el mismo equipo había desarrollado, y permite que cada paciente pueda utilizarlo de una forma muy simple, tan sólo sentándose y apoyando una mama sobre la parte frontal del aparato.
Para diagnosticar, la máquina se vale de una serie de láser que emiten luces rojas e infrarrojas las cuales atraviesan un sistema de ópticas y son luego redirigidas hacia las mamas. De acuerdo a la zona indicada por el especialista, las luces realizan un trabajo similar a un escaneo que es captado por una cámara científica. Esta misma envía la información resultante a una computadora. Todo el proceso demora no más de cinco minutos.
Desde el equipo gestor enmarcaron la iniciativa no sólo en el conjunto de las empresas científico – tecnológicas de la Facultad de Exactas, sino también en las políticas de parte de organismos como el Conicet y los ministerios nacionales y provinciales de Ciencia que impulsan vincular al sector público y al privado.
Hicieron mención además a que el campo científico atraviesa un cambio de paradigma protagonizado por nuevas generaciones de investigadores que ya piensan su trabajo en dicha articulación. El desarrollo de empresas en el ámbito de la universidad pública, plantearon, abre la posibilidad de generar fuentes de empleo para mano de obra calificada y formada en el ámbito de la universidad en general, y de la Unicen en este caso.
En la oficina – laboratorio de Bionirs, ubicada en pleno corazón del Campus Universitario El Eco de Tandil dialogó con el secretario de Vinculación y Transferencia de la Facultad de Exactas, Pablo Molina, y con el docente e investigador del Conicet Nicolás Carbone, quien junto a Pamela Pardini no sólo dirigen la empresa, sino también al equipo que lleva adelante el proyecto.
Del sueño a la realidad
Para contar la historia del mamógrafo, Carbone se remontó a sus comienzos como estudiante de Física, cuando se sumó a un grupo de investigación de óptica biomédica que trabajaban en particular a partir del estudio del comportamiento de la luz dentro de tejidos biológicos.
Tanto con desarrollos teóricos como con experimentos iniciales, el grupo integrado actualmente por 10 personas, indagó en la hipótesis de que el proceso de un escaneo de mamas permitiría reconstruir mapas de concentración de sangre oxigenada. Los tumores en etapa activa, explicaron, precisan oxígeno, por lo que hallar este elemento concentrado serviría no sólo para dar con tumores sino también para distinguir benignos y malignos.
En ese camino desarrollaron un primer mamógrafo cuyo diseño resultó muy similar al de una camilla. Actualmente se encuentra en una clínica de Mar del Plata donde se realizan pruebas médicas en función de avanzar con la validación del método.
Después de varios años, entre el 2016 y el 2017 surgió la posibilidad de comenzar a presentarse a convocatorias que financian iniciativas científicas que puedan transformarse en productos. De esa forma ganaron primero el Concurso Prendete y otro similar de la ciudad de Bariloche.
“En el medio con toda esa exposición nos contactó una inversora, una aceleradora del grupo Sancor que se llama Cites que nos propuso hacer una empresa con esto y hacernos socios. Nos dieron dinero para convertir lo que es un desarrollo científico en un desarrollo tecnológico que eventualmente pueda convertirse en un producto”, contó Carbone, quien más allá de que se consideró “primero que nada científico público”, también explicó que tuvo que “reordenar la cabeza” en cuanto a la relación de la universidad con el sector privado. “Lo público y lo privado pueden convivir, la realidad es que las dos cosas se necesitan mutuamente y pueden convivir y hacen sinergia”, sostuvo.
Pro su parte Molina agregó que la generación que lleva adelante la iniciativa “está entendiendo que la articulación entre lo público y lo privado beneficia principalmente al país, en su capacidad de desarrollo de tecnología. En una ciudad de 150 mil habitantes se está desarrollando un equipo que tiene un potencial impresionante, ellos se animan”, destacó.
En ese trayecto, el siguiente paso fue la concreción del prototipo del mamógrafo. Además de los beneficios ya señalados, sumó Carbone, apuntan con la tecnología que desarrollan a bajar la cantidad de biopsias que se realizan por no poder detectar de antemano la condición de los tumores, así como a brindar una herramienta más práctica que, sin la dependencia total de un técnico, permita seguir de cerca la enfermedad en el caso de hallarse.
De cara al futuro, el equipo de Bionirs trabaja en la instalación del equipo en una institución de salud para aumentar la cantidad de pacientes, y en paralelo avanzar en la homologación que a nivel nacional otorga Anmat. Parte de aquella idea nacida hace años en las aulas y laboratorios de Exactas, ya se hace realidad.