FRASES EN LA HISTORIA
Han elegido a un burro…!
Por Daniel Xodo
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(Benedicto XII. Papa. 1285 - 1342)
Entre 1309 y 1377 los papas residieron en Avignon (Francia), que estaba en áreas de dominio de los Estados Pontificios.
Los conflictos del momento entre el papa Bonifacio VIII y el rey de Francia Felipe IV (El hermoso) habían socavado la autoridad papal, dado que además de retener la autoridad suprema sobre sus súbditos pretendía influir el orden eclesiástico y doctrinal. Tanto que el propio Dante Alighieri –en la Divina Comedia- lo sitúa en el Purgatorio por su actitud de enviar gente suya –liderados por su canciller- para tomar por asalto el recinto donde estaba el Papa en Anagni exigiendo su renuncia. Un mes después, Bonifacio VIII moría en Roma.
El siguiente Papa trató de conciliar pero excomulgó al canciller francés y sus seguidores, lo cual implicaba también la condena al accionar del rey de Francia. Murió un mes después, presuntamente envenenado.
Le sucede Clemente V que terriblemente influenciado por el rey de Francia Felipe IV, traslada la Curia a Avignon y se hace cómplice del rey francés, disolviendo la orden de los Templarios, persiguiéndolos con acusaciones falsas, torturando y asesinando a una enorme cantidad de ellos en toda Europa.
A su muerte se suceden dos años sin acuerdo para volver a Roma o quedarse en Francia. Ni siquiera para elegir un nuevo Papa, hasta que Felipe V, el nuevo de rey de Francia, los encierra en un convento para forzar una elección, y es elegido Juan XXII que traslada a Francia la sede papal.
La época está marcada también por un cambio importante en los conceptos de la autoridad de las jerarquías eclesiásticas y, principalmente, del Papa que pretenden tener preeminencia temporal y espiritual.
Los poderes universales –Sacro Imperio Romano Germánico y Papado– están en profunda crisis.
Los conflictos entre güelfos y gibelinos (desde el siglo XII) partidarios del Papa unos y del Emperador los otros, han reducido la autoridad de ambos.
Las ciudades pretenden menos injerencia imperial o papal y más autodeterminación (y naturalmente menos impuestos).
Los conflictos que se suceden a lo largo de los siglos XII, XIII y XIV se reflejan en importantes cambios en las concepciones sobre el poder y las leyes, su legitimidad y aplicación. En Francia, Marsilio de Padua, Guillermo de Ockham y Johann de Jandun, entre otros, señalan nuevas ideas en la formación de las comunidades tales como la soberanía popular para elegir representantes que elaboren las leyes o la finalidad de ordenamiento para la vida de los hombres, como fin principal de las organizaciones sociales y políticas, sin tener en consideración la salvación espiritual. Naturalmente, deben exiliarse para poder sobrevivir.
El papado atraviesa una época de grandes transformaciones y requiere una cabeza lúcida y decidida para afrontar las tormentas.
Jacques Fournier es un hombre de gran erudición y a la vez sumamente humilde. Sin orígenes familiares destacables. Poco conocido y débil de salud. Experto en doctrina y en el análisis de teorías filosóficas y teológicas pero sin la experiencia política que las circunstancias requerían.
Es electo como consecuencia de la negativa del candidato preferido en primer término y la ausencia de postulantes y toma el nombre de de Benedicto XII.
Al conocer el resultado de la elección se dice que exclamó apesadumbrado y consciente de los graves problemas que enfrentaba:“Han elegido a un burro !!!!”.
Su período se caracterizó por la prudencia y la voluntad de unificar las iglesias de Oriente y Roma, pero no logró resolver los problemas políticos que afectaban a la Iglesia Católica.