HABITAT Y CONCIENCIA
Salud sexual, hacia el bienestar físico, psíquico, espiritual y social lejos del prejuicio
¿Qué es la sexualidad? ¿De qué hablamos cuando hablamos de salud sexual? ¿Por qué es importante vivirla plenamente? ¿Cómo hacerlo? Con el objetivo alumbrar el territorio de la sexualidad tanto en su plano terrenal como en su plano espiritual, ya que el Ser humano no es sólo materia; sino también mente y espíritu, algunos expertos compartieron sus saberes.
Recibí las noticias en tu email
Así, para el psicólogo especialista en sexología y terapia de parejas, Luis Durand Lago, más allá de los diversos aportes sobre el concepto de sexualidad, la definición que aporta la Organización Mundial de la Salud (OMS) es una de las más abarcativas e inclusivas
La sexualidad como un aspecto central en la vida de una persona, contemplando al sexo, las identidades y los papeles de género, erotismo, placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. A su vez está influida por factores biológicos, psicoemocionales, socioculturales, políticos, económicos, éticos, religiosos, históricos, entre otros, y se vivencia y expresa a través de fantasías, deseos, creencias, actitudes, prácticas y relaciones interpersonales.
Por su lado, la médica experta en sexología clínica, Olga Marega, detalló que la sexología es la ciencia que estudia la salud sexual, que es el estado de bienestar físico, psíquico, espiritual y social más allá de la ausencia de disfunciones sexuales.
Asimismo, aclaró que para que exista salud sexual es necesario que las personas conozcan y respeten los derechos sexuales universales y tengan la posibilidad de tener prácticas sexuales placenteras, libres de presión, de coerción, teniendo en cuenta la dignidad de la persona.
Muchas culturas dan un sentido religioso o espiritual al acto sexual, así como ven en ello un método para mejorar (o perder) la salud.
En ese sentido, la instructora de meditación y Chi Kung y terapeuta de Reiki, Andrea Gallego, definió a la energía sexual como la unión entre dos polaridades “energía femenina y masculina o energía yin y yang”, y expresó que somos el resultado de la unión de esa pareja interna. “Estas dos fuerzas danzan constantemente para mantener el equilibrio de la vida”, dijo.
Una fuente de salud
Toda forma de expresión creativa nos conecta con la energía sexual, así como lo hace toda actividad o movimiento que realicemos con nuestro cuerpo, acompañado con la respiración consciente, tal como sostuvo Gallego.
La reikista resaltó además la importancia de tener espacios de contención, donde poder nombrar y comunicar los sentimientos de forma sincera e inocente.
“Cada emoción tiene su sabiduría y necesita ser expresada”, asintió, entonces cuando se reprime la expresión de una emoción se interrumpe el curso natural provocando tensión en el cuerpo. “Nos vamos rigidizando y bloqueando nuestra libre expresión“, figuró.
Agregó que además de respirar y sentir conscientemente, se pueden realizar movimientos libres con el cuerpo como mover las caderas, bailar, sacudirse, cantar sin fines estéticos sino simplemente permitiendo soltar la rigidez corporal, liberar las emociones y la energía sexual transformando los procesos emocionales, generando estados de placer.
Así, signó que a medida que se liberan las memorias de dolor es posible abrirse cada vez más al placer de la vida, recuperando la sensibilidad, el poder creador y sanador, retornando al camino del amor, de la intimidad, el gozo, permitiendo sentirse más completos.
Mitos, tabúes y censura
La sexualidad ha sido un tema tabú en la sociedad por la carga de creencias limitantes, con sentimientos de vergüenza y culpabilidad en torno a la energía sexual.
“Por ignorancia, por falta de educación y por diferentes situaciones que nos ha tocado atravesar a lo largo de nuestra vida hemos ido creando corazas en nuestro centro emocional para protegernos, para poder sobrellevar la falta de amor”, planteó Gallego.
Dijo que sostener esos blindajes termina generando personalidades rígidas y faltas de sensibilidad, o por el contrario, personalidades hipersensibles y faltas de sostén. Explicó que al estar “congelado” nuestro centro emocional, es difícil que fluya por él la energía sexual y la energía afectiva, ya que es el puente que los conecta.
En sintonía, Durand Lago entendió que no es el concepto de la sexualidad lo que ha sido censurado sino que “las formas de vivirla” fueron juzgadas, repudiadas y maltratadas debido a la moral sexual de cada época, acorde a intereses políticos, económicos, religiosos y sociales de cada contexto sociohistórico.
El placer, una responsabilidad que se construye
El especialista en sexología y terapia de parejas comentó que “si bien hace un tiempo las investigaciones indicaban que las consultas habituales eran relacionadas a problemas de disfunción eréctil y eyaculación precoz en personas con pene, y problemas de motivación sexual en personas con vulva, hoy en día las consultas no siempre son por patologías que requieren un tratamiento, ya que cada vez hay mayor uso del espacio como consultoría sexológica que invita a la reflexión y psicoeducación sobre habilitaciones o permisos, y en derribar mitos sobre materia sexual”.
La visibilización mediante redes por fuentes confiables ha colaborado en ello. Además, la atención online que se masificó durante la cuarentena del 2020 favoreció a que muchas más personas tomen la iniciativa de consultar.
También Olga Marega ha ayudado a muchas parejas en problemas sexuales y reconoció que una de las funciones de la terapia es brindar educación y otra es buscar el bienestar de ambos, “consensuar las diferencias y fundamentalmente enseñarles estrategias y darles habilidades para que sean responsables de construir ellos mismos una vida sexual placentera”.
Consideró que muchas veces piensan que el placer y el deseo viene así como “por obra de magia, como viene la lluvia”, pero “no es así”. Por el contrario, incentivó a que las personas se hagan responsables de crear situaciones, de crear espacios de intimidad y mantener una comunicación saludable entre ellos, crear situaciones donde aparezca el deseo. “La comunicación sexual es fundamental para eso”, propuso.
Vivir la sexualidad plenamente
Marega recordó que “la sexualidad es un derecho humano” y también es fuente de bienestar y calidad de vida para la mayoría de las personas. Entonces resaltó la importancia de tener conocimientos relacionados a ella para poder disfrutarla sin basarse en prejuicios.
En este sentido, advirtió que muchas personas sufren porque se guían por los prejuicios sociales que por lo general en muchas culturas son restrictivos en relación a la sexualidad.
Sumándose al tema, Gallego planteó que para poder conectar nuevamente con la fuerza vital de la vida es necesario regresar al presente, donde está el cuerpo y la respiración. “Llevar presencia y respiración a nuestro centro emocional es un primer paso para permitir el libre fluir de las emociones y sin juzgarlas regresarlas a la inocencia. Poco a poco vamos a ir dejando espacio para que el placer de la vida ingrese en nuestro cuerpo sin esfuerzo. El placer es nuestro estado natural”, garantizó.
Sobre el final reflexionó que “si nosotros podemos desarrollar niveles de conciencia profundos y elevarnos espiritualmente, también puede la energía sexual, que es la que nos expande”.
Educación sexual, un derecho de vida
En otro sentido, la médica Olga Marega pronunció la importancia que desde edades tempranas niños, niñas y adolescentes reciban educación de la sexualidad.
Al respecto, desglosó la palabra educación, como la OMS, en tres principios: brindar información de base científica y actualizada sobre todos los tópicos que tiene que ver con la sexualidad, trabajar las actitudes positivas en relación a la sexualidad, y brindar habilidades sociales y habilidades de protección en relación a la sexualidad.
Afirmó que la educación sexual debe ser una tarea de la familia que es la que trabaja fundamentalmente con los valores, y también de la escuela, que tiene la responsabilidad de capacitar a todos sus docentes para que de una manera secuencial y vivencial trate de dar información veraz en relación a todos los tópicos de la sexualidad.
En tanto, Luis Durand Lago enfatizó que la educación sexual es un derecho que está establecido en la Ley de Educación sexual integral 26150, que contempla la creación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI).
El hecho de que el tema educativo esté en manos de una política pública garantiza, dijo, la accesibilidad de la información a toda la población (adecuada según la etapa evolutiva de quienes reciban), así como la calidad confiable de lo que se intentará transmitir.
Al caso, agregó que una ESI “permite flexibilizar el repertorio de conocimiento abriendo a la posibilidad de ser más inclusivos y respetuosos con el otro además de ser una fuente de protección frente al abuso y el maltrato”.