Hope Aesthetic
Cirugía plástica y medicina estética en Manhattan
Estados Unidos es el consumidor número 1 a nivel mundial de cirugía y medicina estética, y Nueva York no es la excepción.
Por Dr. Martín A. Fernández (Especialista en cirugía plástica y reparadora. Director médico de Hope Aesthetic. Director de área quirúrgica de la Clínica Modelo de Tandil. Miembro de SACPER. Miembro de SCPERMDP)
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Lo que no dicen esas estadísticas es que buena parte de ese consumo se realiza en otros países como Mexico, Colombia, Venezuela, Brasil, Argentina, y en otras regiones del pais, como Miami.
Manhattan es un lugar en el que todo funciona, es el epicentro del capitalismo, de la moda, conviven la arquitectura antigua y la moderna, hay turismo todo él año de todas partes del mundo. Te podes mover en auto, bici, bus, tren, subte, bote, helicóptero. La gente es educada y no se siente inseguridad alguna.
La tarjeta de subte cuesta 1 dólar pero no lo perdes, te lo dan de crédito, el bus al llegar a la parada desciende hasta el nivel del cordón para que puedas bajar y subir sin problemas, las indicaciones son claras por lo que es muy difícil perderse, pero cómo es el mercado de la estética? Y por que mucha gente no consume aquí?
A diferencia de la Argentina, donde la mayoría ejercemos de manera privada, en Manhattan, muchos ejercen en instituciones de salud grandes, sobre todo para lo que es cirugía Plastica, realizando solo algunos tratamientos estéticos en consultorios estratégicamente ubicados para que sean accesibles sobre todo a la hora del almuerzo. En las afueras si se encuentran clínicas privadas, siendo la mayoría una especie de casa grande, donde se realiza cirugía y tratamientos. Tanto la mujer como el hombre prioriza mucho su vida profesional por sobre la familiar y conviven en un ambiente sumamente competitivo, las leyes laborales son diferentes, por lo que es muy difícil tomarse días, por esta razón abundan los tratamientos con tecnologías que tienen menor tiempo de baja laboral o ninguna.
Otra limitante es el precio. Aquí la belleza y la moda está a la orden del día, y un tratamiento con toxina botulinica fácilmente cuesta 500 dólares, en Argentina 150, pero se paga porque es un tratamiento de 15 minutos y no se puede viajar cada 4 meses para eso. Las cirugías son inalcanzables para las personas que no tengan alto nivel adquisitivo, al igual que muchos tratamientos, por lo que deben viajar a lugares más económicos.
Aquí es difícil ver al médico más de una vez en todo el proceso del tratamiento y mucho más difícil es tener su contacto, no hay una despersonalización de la medicina, cómo a veces nos quieren hacer creer, al contrario, los pacientes están en contacto con asistentes sumamente capaces con mejores habilidades de comunicación que las que tenemos los médicos muchas veces, por lo que nunca están solos, y quienes los asisten desean que pase una excelente experiencia porque sus trabajos dependen de ello.
Compartiendo nuestra experiencia con ellos, nos tienen una alta estima como profesionales, les sorprende cómo nos arreglamos con poco para trabajar y resolver, y lamentan los valores que manejamos.
En Argentina por lo tanto tenemos una medicina de alto nivel y sumamente económica en relacion a Manhattan y en relación al ingreso por persona. Se realizan muchas cirugías por la falta de tratamientos con tecnologías, pero fundamentalmente por la flexibilidad laboral. También el estilo de vida y priorizar la familia por sobre lo profesional, cambia la ecuación. Utilizamos menos tecnologías fundamentalmente por el precio, cada máquina de calidad cuesta alrededor de 100 mil dólares, lo que hace sea difícil de recuperar. Si es cierto que en grandes urbes como capital, esas máquinas de primera línea se alquilan y andan de aquí para allá, pero muchas veces no dan resultado porque se descalibran o no tienen mantenimiento. En lo personal creo que la industria muchas veces busca reemplazar el accionar médico y eso por el momento no es posible por lo que los resultados son subóptimos en tratamientos como crío lipólisis versus lipoescultura. La relación médico paciente es mucho más sólida, sin tantos intermediarios y eso es un valor agregado también.
Concurrir a centros quirúrgicos y de medicina estética en Manhattan ha sido enriquecedor y a pesar de las limitaciones, queda una linda sensación de que desde el punto de vista médico estamos en un mismo nivel, y volvemos con la última información y tendencias de lo que se viene.