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El Fotoclub El Portal cumplió 25 años: historia y presente de un grupo que hace de la fotografía su vida
Un encuentro con parte de los integrantes de la agrupación referente de la ciudad.
Algunos son fotógrafos profesionales. Otros, aficionados, docentes, trabajadores de las ciencias duras, o jubilados. Pero a todos los une una misma pasión, la fotografía. Y desde hace 25 años ese amor los encuentra en el Fotoclub El Portal, un espacio referente de la disciplina en la ciudad, con integrantes destacados, premiados a nivel nacional y actividades constantes en la región. Con motivo de celebrarse un nuevo Día de la Fotografía –el 21 de septiembre- El Eco de Tandil reunió a algunos de los 20 fotógrafos que –cada uno con su estética y sus intereses- forman parte del grupo.
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“Lo que valoro de la fotografía es que uno empieza a tener una mirada distinta con respecto a la realidad. Cuando uno está mirando algo, está mirando formas, colores, luces, sombras, y no puede dejar de hacerlo”, dijo Marcelo. “Para mi es mi vida, respiro fotos y tengo que estar continuamente sacando”, agregó Daniel. El lugar de encuentro fue una de las aulas del IPAT, en la Estación de trenes. Sentados en ronda junto a copias de sus propias imágenes, cada uno de los presentes compartió lo que significa la fotografía y su pertenencia al Fotoclub.
“Puedo perder muchas cosas, pero la fotografía nunca”, expresó Daniel -uno de los pilares de la creación de la carrera de fotografía en Tandil-, para quien la disciplina es “un apoyo del sentimiento” contrapuesto a su vida personal vinculada a las ciencias económicas. Para Claudia es “una forma de expresión”, y destacó la emoción de “provocar en las personas un sentimiento” a partir de una imagen. Para Adrián –actual presidente de la agrupación- es un medio de vida diario, pero también una pasión.
Eliana recordó la emoción que sintió de chica cuando vio a una tía revelar una foto, y conocer la “maravilla de que de golpe una imagen salga del agua”. Y Daniel, que tiene series de imágenes de almacenes históricos de la ciudad pero también de viajes por África y otros lugares, hizo mención a cuando a los diez años su abuelo le enseñó el arte y el misterio de revelar. Para Sol “la fotografía es la vida”, como dijo cargando en brazos a su hijo, quien llevaba en la mano una pequeña cámara digital.
La diversidad es la fortaleza
El Fotoclub El Portal nació en el año 1999. Ligado desde sus comienzos a la carrera de Fotografía del IPAT, fue el profesor Ernesto Fernández quien invitó a formar un grupo a algunos de los alumnos de la primera camada de estudiantes. Existían entonces otras dos agrupaciones similares en Tandil, pero esa convocatoria del docente fue el germen de un proyecto que continúa.
Los fotoclubes tuvieron en Argentina un rol fundamental en la formación de fotógrafos, ya que las carreras formales fuero desarrollándose en distintos lugares del país tras la recuperación de la democracia y en mayor medida ya entrados los años 90’. En 1994 se creó la carrera en la ciudad, y al calor de ese grupo comenzó El Portal.
En 25 años de historia consolidaron la institución a fuerza de potenciar su diversidad como creadores. Algunos prefieren la fotografía de naturaleza, otros los retratos. También hay quienes eligen los paisajes, trabajar con monocromo, registrar viajes o lugares antiguos. Otros plasman en imágenes la arquitectura tradicional, pero también les interesa la fotografía macro y captura momentos o detalles a pequeña escala. Hay integrantes que toman fotografías directas, mientras que otros retocan y editan de forma digital. “Él es especialista en retratos de viejos barbudos”, bromearon a uno de los integrantes. “Yo hice de todo, solo me faltan los desnudos”, dijo otro bajo la atenta mirada de su esposa.
“En esa diversidad es donde el Fotoclub tiene su fortaleza. Una fortaleza que además se vuelve mucho más fuerte porque es compartida y acompañada. A veces hay alguien que tiene un perfil específico, y otra persona que tiene otro perfil termina aprendiendo de esa técnica y a veces compartiendo o agregando. Y es justamente por la comunicación interna que se da. Esa es la fortaleza del Fotoclub”, celebró Daniel.
25 años fotografiando Tandil
Por los 25 años del Fotoclub, contó Adrián Botella, actual presidente del grupo, realizaron una presentación a la Dirección de Cultura y Educación a partir de la cual formalizaron el reconocimiento municipal a la entidad. “A nivel fotográfico, somos representantes de Tandil en cada una de las instancias de concursos, a nivel regional o nacional, y creíamos que era necesario generar este encuentro”, sumó Botella.
Los concursos son una de las principales actividades del Fotoclub. Cada comienzo de año elaboran un calendario conjunto con los integrantes del Grupo Fotográfico Centro, que abarca Tandil, Necochea, Mar del Plata, Olavarría, Juárez, Ayacucho, Balcarce y Mar del Plata.
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Así determinan seis instancias anuales –con tema asignado o libre, con concurrencia o abiertos-, los cuales se juzgan en vivo con jurados de la Federación Argentina de Fotografía. A fin de año, turnándose por localidades, realizan un almuerzo entre todos los fotógrafos de la región y se entrega el premio a la fotografía del año.
Del mismo modo participan en concursos nacionales, como el Gran Premio de Honor Cóndor –uno de los más importantes del país-, y hasta han recibido reconocimientos como artistas o destacados artistas, de acuerdo a los honores que hayan obtenido a lo largo de su trayectoria.
“Si miro para atrás, en estos 25 años veo una evolución muy importante. Uno mira las fotos que sacaba cuando recién empezaba y las que saco ahora y te das cuenta que aprendiste un montón, que evolucionó el grupo y que progresa. Hay gente que viene nueva, y otros que se van, pero siempre estamos en contacto”, sostuvo Claudia.
En 25 años, subrayaron, construyeron “un vínculo con la ciudad ineludible”. Expusieron y exponen en espacios artísticos y diferentes ámbitos de manera constante, de forma grupal e individual. Desde hace casi una década, en el marco de una transformación tecnológica que atravesó a la disciplina, mantienen un archivo digital con miles de imágenes. En paralelo, muchos siguen imprimiendo y conservando sus copias en papel fotográfico.
Reunidos en la actual sede del IPAT en la Estación de Ferrocarril -su casa-, parte de los integrantes del grupo posan con sus propias fotos en la mano. Hubo quienes llevaron capturas de paisajes de la ciudad, otros retratos, otros imágenes experimentales o abstractas. Se trata del registro de diferentes miradas, unidas por la diversidad pero sobre todo por el amor común a la fotografía.