El peso de la ausencia me envuelve. Dejás una huella imborrable en mi vida, y en la de tantos otros. A pesar de la fe, no puedo evitar sentirme abrumado….. Si hasta Jesús lloró en el funeral de Lázaro.
Amigo y maestro. Íntegro. Siempre mostrándose fuerte, aunque tuvieras el alma desgarrada. Al decir de Almafuerte ..…”Como Dios que nunca llora; o como Lucifer, que nunca reza; o como el robledal, cuya grandeza necesita del agua y no la implora”…...
Un faro en medio de la confusión, recordándonos a todos la importancia de la honestidad, en un mundo lleno de medias verdades. Tu habilidad para enfrentar desafíos, mostrándonos que la verdadera fortaleza reside en la capacidad de levantarse una y otra vez…sin traicionar nuestros principios y creencias.
Una inteligencia excepcional….que Dios quiso regalarte, seguramente, para compensar la infancia dura. Iluminando el camino con ideas claras y soluciones brillantes. Líder sin pretensiones, surgido de la sensibilidad ante los demás, pendiente de Tandil y su gente.
Tu eterno amor por Lidia y tus hermanos…, heredado por tus hermosos hijos (que tienen el privilegio de semejante padre)
Dispuesto a tender una mano en todo momento, a escuchar sin juzgar, a ofrecer ayuda sin esperar nada a cambio. Capacidad generosa que desarrollaba tu liderazgo natural.
En esta transitoria despedida, sin palabras para expresar la gratitud por haber sido parte de tu vida…… por que hayas tocado la mía. Descansa en paz, querido amigo . Con la tranquilidad de haber dejado un mundo mejor….. los que tuvimos el privilegio de conocerte, sin dudas, crecimos como personas después de vos.
Hasta siempre querido Jorge
Federico
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