ABUSO SEXUAL
Una joven denunció que fue abusada en una peluquería y se desconoce el paradero del presunto agresor
Una joven de 26 años denunció que fue obligada por su peluquero de confianza a practicarle sexo oral en el interior del local adonde había ido a atenderse el pasado 25 de agosto. La Fiscalía investiga el hecho pero la Justicia no ha podido dar aún con el acusado. El presunto agresor cerró la peluquería y desapareció de su domicilio luego de que la madre de la víctima lo increpara en el local de la calle Paz al 900. Se libró el pedido de detención del señalado.
A.C tiene 26 años y desde hace casi un mes su vida se volvió tortuosa culpa de un episodio de abuso sexual que la tuvo como infortunada protagonista.
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La joven denunció ante la Justicia local un hecho ocurrido el 25 de agosto pasado en el interior de una peluquería ubicada en Paz 940, propiedad de Mauricio Robles quien, según el testimonio que lo incrimina, la obligó a practicarle sexo oral tras realizarle un tratamiento de coloración.
Por el momento, no hay pistas del hombre, que cerró el local y se ausentó de su domicilio luego de darse a conocer el evento y la instancia judicial que lo investiga. La víctima radicó la denuncia en la Comisaría de la Mujer y fue citada a declarar en la Unidad Fiscal Especializada en Violencia Familiar y de Género a cargo del doctor Guillermo Vaticano, que inició una investigación penal e intenta dar con el acusado.
En diálogo con El Eco de Tandil, A.C relató que hace más de diez años que conoce a Robles y que solía atenderse en la peluquería, situación que habilitaba una relación de cierta confianza como la que puede establecer alguien que brinda un servicio con un cliente, conforme pasa el tiempo. No obstante ello, nunca le había insinuado nada extraño ni que a la víctima la alertara previamente sobre algún comportamiento inapropiado.
El hecho
El 25 de agosto, A.C le escribió un mensaje para preguntarle si podía pasar por el local a completar el tratamiento de coloración que se había iniciado unos días antes y le consultó si tenía algún costo extra. Robles le contestó que no y le pidió que fuera a las 19. Pese a que la peluquería cierra a las 20 y una coloración puede tardar casi dos horas, en ese momento no pensó que fuera un horario inadecuado ni se imaginó lo que iba pasar.
Cuando llegó, además de Robles, se encontraban en el lugar el barbero que trabaja allí y un cliente con su hijo. A los 10 minutos el cliente se retiró y el presunto abusador comenzó a dar vueltas antes de empezar a atenderla, como haciendo tiempo.
Posteriormente, la hizo pasar a la bacha para lavarle el pelo. Mientras hacía su trabajo, le pidió a su empleado que cerrara la cortina metálica que oficia de persiana y le avisó que se podía ir. Acto seguido, el barbero se fue del lugar y Robles continuó con sus labores. Al terminar de secarle el pelo, procedió a cerrar con candado la pequeña puerta que tienen las persianas de estas características para entrar y salir cuando la malla metálica está baja.
“Un frío me recorrió todo el cuerpo y en ese momento supe que algo me iba a pasar. Le dije que me abrigaba y que por favor me abriera para salir. Me respondió que hasta que no le practicara sexo oral no me iba a poder ir. Lo dijo de un modo muy natural”, contó A.C.
La chica empezó a suplicarle que por favor no le hiciera eso, que ella había abonado lo que correspondía y que él sabía de sus problemas. En este sentido, la víctima explicó que tiene una personalidad muy sumisa, que sufre de depresión y ansiedad, que le cuesta relacionarse con la gente, y que se define a sí misma como “asexual”, esto es, que no siente atracción sexual por ninguna persona ni interés alguno por mantener encuentros de esta índole.
Pese a los ruegos de la joven, Robles apagó la luz, encendió el monitor de la PC para tener algún tipo de iluminación y le volvió a exigir, de una forma brutal y soez, que le practicara una felación. Así, le agarró con violencia el pelo y la forzó a hacerlo. Cuando terminó la aberrante secuencia le dijo que se podía ir.
La denuncia
A.C se retiró llorando del lugar pero no le contó del hecho a nadie. Más allá de la terrible angustia que la situación le generaba, expresó que en ese entonces no dimensionó que había sufrido un abuso y encima sintió culpa por lo que pasó.
“Yo no imaginaba que eso que veía siempre en la televisión me podía pasar a mí también, con alguien que tenía mi confianza y no era un desconocido. La semana pasada decidí decirle a un amigo y él me dijo que lo que había sufrido era un abuso, que por favor le contara a mi mamá y que lo denunciara”, narró la víctima.
Tras relatar el hecho a su madre, al día siguiente la mujer se presentó en el local de la calle Paz al 900 e increpó a Robles. De acuerdo a la declaración de la joven, en ningún momento desmintió la acusación que se le estaba haciendo. La secuencia, que dura cerca de 15 minutos, fue grabada con un teléfono celular y aportada como prueba en la causa.
Además de este video, el amigo de la joven prestó declaración y también se presentaron capturas de pantalla de mensajes que la víctima le envío posteriormente a Robles diciéndole que le había arruinado la vida, y el mensaje que le mandó al barbero preguntándole si recordaba que ese día se fue más temprano a pedido del acusado.
“Tengo impregnado en la nariz el olor que sentí en ese momento”, describió A.C, entre conmovida y asqueada.
En tanto, refirió que la Justicia pudo averiguar que Robles posee un pasaje para irse a Panamá y que teme que logre salir del país. “Me preocupa mucho que se vaya, espero que logren encontrarlo y no se pueda ir del país. Está desaparecido. Si alguien es inocente, ¿por qué se va a ir así?”, cuestionó.