La industria apunta a sostenerse en medio de la crisis y no prevén grandes cambios en el sector
Frente al inexorable cierre de numerosos comercios que no pueden mantener su rentabilidad en la ciudad, el sector industrial local por el momento no avizora una situación semejante y apuesta al sostenimiento de la actividad. El titular de Desarrollo Económico Local aseguró que el Parque Industrial continúa en expansión pese a que la actividad productiva no aumentó. Devaluación, cargas impositivas y tarifas siderales se hallan entre los escollos más importantes que deben enfrentar los emprendedores y comerciantes.
En un cruce involuntario, hace un mes atrás, Daniel Binando, secretario de Economía del Municipio, y Raúl Moyano, su par de Desarrollo Económico Local, expusieron diferentes cifras acerca de los cierres de comercios registrados en la ciudad.
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La Dirección de Desarrollo Económico Local del Municipio informó que el año pasado cerraron más de 400 negocios en la ciudad, número que refleja las bajas de las cuentas municipales.
Daniel Binando señaló que “el número está mal” en relación al indicador que aportó Moyano en el Presupuesto 2019 en torno al cierre de negocios ante las más de 400 bajas de cuentas municipales.
“En 2018 se dieron de baja 313 negocios y se abrieron 653, que les dimos de alta. En 2017 se abrieron 734 y se dieron de baja 373. No voy a negar que la situación macroeconómica lleva a regular qué tipo de comercio vamos a tener. En momentos expansivos, en economía, siempre aumenta la cantidad de cuentapropistas y de comercios minoristas que aparecen. Después, en el mediano plazo, se ve realmente qué dimensión de comercio tenemos, no se puede analizar en el corto plazo”, explicó desde una visión técnica el titular de Hacienda.
Los datos elaborados por la Dirección de Estadística Local y publicados en el boletín de febrero, indican que el 61 por ciento de los 313 negocios dados de bajo pertenecían a la venta minorista de productos, el 10 por ciento se vinculaba a la actividad hotelera y gastronómica y el 8 por ciento a servicios comunitarios, personales y sociales, entre otros.
Por otra parte, un relevamiento realizado por la Unión de Emprendedores de la República Argentina trazó un mapa de la situación de las pymes a causa de la crisis económica, señalando que unas 160 mil compañías cerraron en todo el país desde fines de 2015.
El estudio concluye que, en el ámbito provincial, las ciudades más golpeadas por el cierre de pymes y comercios son Azul Mar del Plata, Bahía Blanca, La Plata, Tandil, Saladillo y Pergamino, entre otras.
Caída del consumo y la actividad económica
En la última semana trascendió la noticia del cierre de la histórica tienda La Capital luego de 95 años de presencia en el rubro y la complicada situación que atraviesa la fábrica Loimar, dedicada a la producción de ladrillos. Ambas son apenas una muestra de la compleja trama multifactorial que envuelve al país y a la ciudad, que no está exenta de los embates de la coyuntura económica.
“La Capital hace ya dos años que no tiene rentabilidad, no ganan plata con eso y por ese motivo, la cierran. Los dueños también tienen un negocio en Formosa, uno mucho más grande que tiene 40 empleados, y lo vendieron a una cadena, que incluso evaluó comprar este, pero les pareció chico. El local quedará en alquiler y así obtendrán más rédito, no hay ningún negocio inmobiliario por detrás”, explicó Raúl Moyano en diálogo con El Eco de Tandil.
De acuerdo a sus declaraciones, la productora de ladrillos sufre desde hace varios meses por la caída general de la venta de materiales para la construcción. El IMAC (Índice Municipal de la Actividad de la Construcción) evidenció una contracción del 10 por ciento durante diciembre 2018. En el mismo período, para el Indec la cifra se duplicó a nivel nacional.
“La empresa tiene una estructura bastante más reducida que la que tuvo históricamente: en 2013 tenía 160 operarios; ahora hay alrededor de 100 menos. También sufrió los avatares de una disputa gremial entre ceramistas y ladrilleros. No es un negocio que tenga una rentabilidad que justifique hacer inversiones tecnológicas, que en todo caso conducirían a más automatización y menos necesidad de personal. Es un tipo de negocio que conduce a que haya menos gente trabajando”, justificó el funcionario.
Moyano aclaró que “de parte de los propietarios no hay ninguna intención de cierre ni de despedidos masivos, la política es tratar de mantener el plantel de personal con las dificultades que existen; pagan los salarios en cuotas, sucede acá y en todo el país, lo hacen las pymes y las empresas grandes”. En este orden de cosas, aseguró que no hay ninguna compañía radicada en Tandil que esté sorteando un situación de emergencia que derive próximamente en un cierre o despido de personal.
“Podría llegar a ingresar dentro de un programa de trasformación productiva, pero los propietarios no lo están evaluando. No se habla de cierre ni despidos, pero tampoco es posible pensar en un plan de reconversión o modernización que permita un mejor panorama”, agregó.
En este punto es posible establecer una analogía con Metalúrgica Tandil, industria que para aggionarse debía realizar inversiones de importancia y su potencial rentabilidad, para los propietarios -Renault-, no merecía un desembolso de dinero de esa magnitud. Esto, de modo concomitante, lleva a necesitar menos recursos humanos para la ejecución de las tareas.
Con respecto a Metalúrgica, el secretario informó que el 19 de marzo comienza el primero de los cursos destinados a capacitar a los obreros despedidos, que necesitan formarse para poder reinsertarse en el mercado laboral. Casi cien personas quedaron sin trabajo tras el cierre de la empresa insignia de la metalmecánica, formalizado el 12 de noviembre pasado, y muy pocos tuvieron la oportunidad de reingresar al mundo del trabajo.
Industrias más perjudicadas
Hasta julio, en el Parque Industrial Tandil se prevé la inauguración, traslado y ampliación de diversas industrias. En los próximos meses se abrirán las nuevas plantas productivas de Alumtan, Distralac y Etcheveste; migrarán hacia el predio Galtech, Parcela 1100, y Copesa; y se ampliarán las instalaciones del Clúster Quesero y Alimtan.
En un contexto recesivo marcado por la caída del consumo –cuyos pronósticos no son alentadores para el presente año porque se estima que caerá un 2 por ciento más-, el excesivo incremento de tarifas, la devaluación y una fuerte inflación, el PIT crece, pese a que la actividad industrial y comercial van en franco descenso.
“Alimentos se ve menos afectada que lo que tiene que ver con bienes durables, metalmecánica por ejemplo. Hubo un trasvase de consumo y se consumen los bienes de primera necesidad, que son de mayor margen y mayor valor”, precisó el secretario del área, formado en el campo de las ciencias económicas.
No obstante, los márgenes de la industria alimenticia han caído y la industria láctea es la más perjudicada; por su elevado costo se ha frenado la compra de quesos caros, yogures y manteca.
Dentro del sector bienes durables, maquinarias agrícolas, automotrices y electrodomésticos son las industrias que más padecen dentro del escenario recesivo, que hasta junio se mantendrá en condiciones similares, y las expectativas para el segundo semestre no son alentadoras en cuanto a un cambio de tendencia.
La producción textil, que no se inscribe dentro de los bienes durables, está en jaque también. En contraposición, la industria del software sigue despegando y no acusa los embates de la coyuntura.
“La producción industrial en Tandil no está en expansión, pero sí crece el Parque Industrial”, ratificó Moyano, quien informó que además de las firmas mencionadas, hay otras plantas fabriles que se encuentran en construcción en la zona y también existen algunas empresas interesadas en arribar a la ciudad para desarrollar su producción.
La presión impositiva
La cuestión impositiva es de esas preocupaciones que atraviesan el imaginario colectivo de la clase media argentina. “De la muerte y de los impuestos no se salva nadie”, profiere un viejo refrán. Los gravámenes que se erogan en diferentes niveles y ámbitos, y contribuyen a engrosar las arcas estatales, afectan de diversas maneras a la actividad económica.
“Bajar las tasas municipales no redundaría en un beneficio. En particular, con las industrias tenemos un régimen especial de promoción para los que abren nuevas plantas. Pero tenemos alícuotas del 4,4 por mil, 6 por mil de la facturación, son alícuotas menores a los ingresos brutos, es un impacto despreciable. Una baja en las tasas no hace a la supervivencia de las empresas”, sentenció el funcionario al ser preguntado sobre la posibilidad de una reducción en los impuestos que recauda el Municipio.
De acuerdo a su criterio, los impuestos nacionales son los que mayor incidencia tienen en la facturación; IVA, Ganancias y seguridad social. En segundo lugar, las cargas provinciales que se deducen a través del cobro de Ingresos Brutos. En este sentido, la suba de las tarifas de los servicios públicos genera un impacto en la rentabilidad similar a los Ingresos Brutos. El valor de los inmuebles, un mercado regulado en dólares en el que se sienten de manera directa los alcances de la devaluación y el incremento de las tasas de interés crediticias.
“El nivel de tasas municipales viene muy atrás, no tiene incidencia en la rentabilidad. Sirve para aliviar los comienzos y la competitividad, pero después no tiene mayor importancia”, valoró.