En honor al intendente de las “manos limpias”, se impuso Américo Reynoso a un tramo de Quintana
Se realizó ayer el reconocimiento impulsado por el Concejo Deliberante al hombre que asumió la jefatura municipal en 1983, tras la dictadura cívico militar, quien falleció en 2016. Quintana desde Pujol y hasta la Ruta 30 tiene ahora el nombre del intendente radical, figura del barrio de Villa Italia, que ingresó y se fue de la gestión pública con las "manos limpias", tal el eslogan de campaña que lo llevó al triunfo electoral en la primavera alfonsinista. Destacaron su humildad y su compromiso con la comunidad.
La calurosa mañana otoñal del domingo fue el marco perfecto para el acto homenaje que se realizó en reconocimiento a la figura del exintendente radical Américo Reynoso. Con la imposición de su nombre a un tramo de Quintana -entre Pujol y el Parque Industrial-, se materializó el proyecto impulsado por la concejal del Bloque Integrar, Nilda Fernández, cuyo objetivo era inmortalizar en una porción de su amada Villa Italia al jefe comunal del retorno a la democracia. La iniciativa se promulgó a través de la Ordenanza 16262 que fue aprobada por unanimidad en el recinto del Concejo Deliberante en octubre del año pasado.
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Bajo un sol fulgurante, un buen número de vecinos, funcionarios actuales y mandato cumplido, militantes y la familia de Reynoso se convocaron en el lugar fijado para llevar adelante la ceremonia, que estuvo atravesada por el emotivo recuerdo del hombre que forjó el destino del club Unión y Progreso durante muchos años, y de la ciudad, en el primer período de la recuperación democrática (1983-1987) tras la dictadura cívico militar.
Brindaron sus testimonios el vicepresidente de la sociedad de fomento Unión y Progreso, Gustavo Leanes, y el intendente Miguel Lunghi, quienes exaltaron la figura del exmandatario fallecido en 2016, a los 87 años, reconociendo su hombría de bien y su preocupación por el barrio y toda la comunidad tandilense.
El orgullo de Villa Italia
Su enorme capacidad de gestión llevó a Reynoso a ejecutar grandes obras y mejoras para el club y la localidad: ampliación del gimnasio polideportivo de la calle Quintana, adquisición del predio de la quinta La Florida para deportes al aire libre, extensión de la red de agua de Tandil, creación de centros de salud en los barrios, entre otros hitos de su gestión, tanto al frente de la sociedad de fomento de Villa Italia como de la comuna.
“Reconocido por los tandilenses por su compromiso con la comunidad, honestidad y humildad, asumió la presidencia (del club) en 1976 hasta que en 1984 se ve obligado a dejarla al asumir como intendente. Durante su presidencia estuvo a cargo de la compra del predio de la quinta de La Florida, la construcción de las tribunas y el cerramiento del techo del gimnasio polideportivo”, reseñó Leanes, quien no obvió mencionar que gracias al trabajo de Reynoso el complejo deportivo mereció el calificativo de “gigante de Villa Italia”.
En 1989, volvió a tomar las riendas de la comisión directiva, cargo que mantuvo hasta 1997. Desde ese lugar, comandó una pujante comisión que se ocupó de concretar el cielorraso del polideportivo y el parquet de la cancha. “Nos enorgullece conservar lo que Américo construyó, tratamos de mejorarlo y mantenerlo, de disfrutar lo que empezó a través distintos aportes del Municipio, de la Usina, del Ministerio de Trabajo y de todo aquel que se acerca para dar una mano”, expresó la autoridad de la institución barrial, que además agradeció a todos los que hicieron posible el homenaje.
El Intendente de las “manos limpias”
En su discurso, el jefe comunal Miguel Lunghi destacó que el homenaje “tenía que ser aquí, en el corazón de uno de los barrios más importantes de Tandil, que tiene una marcada identidad propia y que por eso se lo suele llamar la República de Villa Italia, donde los vecinos de hoy y los vecinos del porvenir van a caminar por una calle cuyo nombre contiene una profunda memoria histórica”.
“Tiene esta calle los dos grandes significados de su vida, el homenaje de su patria chica y el de la ciudad de Tandil que supo reconocerlo y quererlo. Tuvo tres grandes amores: uno de ellos su familia, el otro Villa Italia, y un tercer amor que está pasando las vías del ferrocarril, los amigos y los correligionarios con los que estableció vínculos y relaciones en la Unión Cívica Radical”, manifestó el médico pediatra, quien ejerció como director de Salud durante el mandato de Reynoso.
“Esta calle lo recuerda en tiempo presente y hacia el futuro. Fue en 1983 el primer intendente de la democracia recuperada, pero también fue el primer militante a la hora de las victorias y las derrotas. Fue Américo un hombre solidario, comprometido, de ideales, de conducta y acción. Ingresó al Municipio ´con las manos limpias´, como decía su slogan de campaña electoral, y prometiendo importantes obras para garantizar el abastecimiento de agua en Tandil. Y así lo hizo. Dejó el cargo de intendente ´con las manos limpias´ y habiendo iniciado una de las grandes obras de infraestructura del Tandil de los 80, con la construcción de las cañerías de impulsión de agua para la planta urbana, realizadas con financiamiento internacional”, agregó.
Además, repasó algunos de los logros alcanzados durante los cuatro años que estuvo administrando la ciudad, como la apertura de cuatro nuevos centros de atención primaria de la salud en los barrios; la puesta en marcha de las guardias pediátricas y obstétricas en el Hospital Municipal, la pavimentación de la avenida Juan B. Justo, la iluminación completa de Villa Italia y otras zonas, y la construcción de viviendas.
“Este es nuestro reconocimiento y homenaje a un gran hombre, a una buena persona. Si una calle simboliza un lugar de todos, vale decir entonces que Américo fue un vecino para todos, querido y respetado por todos, sin distinciones de colores políticos”, completó.
Gracias a la vida
Acto seguido, su viuda, Blanca Binnelli, se acercó al micrófono para agradecer enfáticamente el homenaje a quien fue su compañero de vida en nombre de toda su familia.
Posteriormente, el jefe comunal; el presidente de la sociedad de fomento Unión y Progreso, Miguel Giménez; la viuda e hijas de Reynoso; y la edil Nilda Fernández, descubrieron la placa conmemorativa que asigna el nombre del exintendente al tramo de Quintana entre Pujol y la Ruta 30.
En ese momento, comenzó a sonar la canción “Gracias a la vida”, de Violeta Parra, en la voz inmortal de Mercedes Sosa, circunstancia que le imprimió aún más emoción al homenaje.
A continuación, los nietos y bisnietos de Américo -que no residen en la ciudad y llegaron especialmente para participar del reconocimiento- plantaron un ceibo para recordar a su abuelo. “Sentimos que en este homenaje se valoran las cosas importantes de la vida, la honestidad, el ser decente. Es bueno por estos tiempos que se destaque eso y saber que hubo y hay personas así”, agregó después Susana, una de sus hijas, quien vivía con Américo en su época como intendente.
Como cierre, la Banda Juvenil Municipal interpretó unos temas del repertorio popular antes de que la nutrida concurrencia se dispersara del lugar.
“Américo trascendió las fronteras de la UCR”
Nilda Fernández, radical militante de larga trayectoria que se ha diferenciado de la gestión lunghista y volvió a ocupar una banca en el Legislativo en diciembre de 2017, luego de 20 años de su primer mandato como concejal, manifestó su profunda emoción y felicidad por ver concretado su anhelo.
“Tenía un desvelo y era que una calle de Tandil llevara el nombre de Américo Reynoso. Yo creía que el pueblo de Tandil no le había rendido un justo homenaje a este gran hombre, que además fue como un padre para mí, yo tengo un afecto especial por él y su familia. Tandil se lo debía”, contó la legisladora en diálogo con El Eco de Tandil.
Al abocarse a la tarea de buscar un espacio para perpetuar el nombre de su correligionario, consideró que Quintana era muy emblemática, por ser una de las arterias principales del barrio en el que él había vivido y cuyas calles transitó toda su vida.
“Américo trabajó siempre para su lugar, él vivió en Villa Italia, excepto los últimos años antes de fallecer que con su esposa se mudó al centro, pero siempre estuvo en su barrio, incluso siendo intendente, entonces pensé que no había nada mejor que esta calle. Me siento muy feliz”, señaló.
La funcionaria recalcó su gratitud hacia todos los concejales por acompañar la propuesta y las gestiones que Juan Pablo Frolik, presidente del cuerpo legislativo, hizo ante el Ejecutivo para concretar el acto según sus requerimientos.
“Yo quería que hubiera una piedra con una placa recordatoria y un acto formal, que me llenó de emoción, y si bien es un motivo de orgullo y honor para su familia, también lo es para mí”, destacó Fernández.
Las cualidades del homenajeado se palparon en la múltiple participación ciudadana y política que la ceremonia concitó, excediendo el ámbito de la militancia radical.
Sobre ese punto, Nilda Fernández refirió que “estaban todos los vecinos porque Américo trascendió las fronteras de la UCR. Era un vecino más que, hasta sus últimos días, recorría las calles y hablaba con los vecinos. También los fines de semana salía a pasear con su esposa por los diferentes barrios de la ciudad y llegaba al Concejo con algún reclamo o pedido, o a decirle al Ejecutivo qué era lo que él había visto que faltaba o necesitaba Tandil. Fue un hombre muy comprometido”.