Elecciones 2019 en Tandil: Andrea Almenta, candidata a intendenta por Consenso Federal
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La empresaria Andrea Almenta es la candidata a intendente por Consenso Federal
-¿En qué zona te criaste?
-Nací en el Sanatorio Tandil y vivimos con mi familia en la calle Mexico 1172, en ese momento estaba cortada por un lado por la vía del tren y por el otro estaban haciendo un entubamiento. A mí me parecía que vivíamos en el campo. Una época muy linda la que me crié en ese barrio. Fui unos meses a la Escuela 2, después a la Escuela 47 y luego a partir de tercer grado a la Escuela 1 y egresé en el año 1987 ahí.
-¿Qué recuerdos tenés de esa época?
-Tengo un registro marcado de 1982, cuando se declaró la Guerra de Malvinas, nosotros nos estábamos mudando porque perdimos la casa. Nos fuimos a vivir a una casa prestada por la familia. Teníamos agua caliente, en la anterior no. Tengo ese registro de abrir una canilla y que salga agua caliente. Mi adolescencia fue un poco dura. Mi padre se enfermó y salimos todos a trabajar de muy temprana edad. Hice la secundaria de noche. Trabajo desde los 13 años. Mi madre era docente, tenía tres trabajos. Mi padre fallece cuando yo era muy joven. Mi adolescencia fue un poco atípica. Mi hobby era muy aburrido, era socia de la Biblioteca Rivadavia, y me refugié un poco en los libros de la realidad que me tocaba vivir. Tengo muchos recuerdos de cómo era la comunidad y la colaboración entre los vecinos.
-¿Y de qué trabajabas?
-Laboralmente hice de todo un poco. Trabajé en una fiambrería, en una verdulería, repartí cartas en un correo privado en bicicleta, cuidé chicos, di clases de computación y tuve la suerte de estudiar en la Universidad Nacional del Centro. Mi primer trabajo formal fue en Tarjeta Elebar. Ahí fue donde pude hacer carrera y conocí gente impresionante. Me permitió crecer mucho como persona. Me marcaron mucho esos años en la empresa.
-¿La carpintería cómo llega?
-Cuando estaba en Elebar y con mi familia surgió la idea de un emprendimiento privado. Empezamos con mi cuñado Pedro y mi hermano Jorge. Pedimos un galpón a la vuelta de casa para acomodarnos. Fue con mucha ilusión. Venimos de una familia muy emprendedora donde el no se puede no existe, lo llevamos en la sangre.
-¿La idea de sumarte a espacios de representación?
-Yo creo que lo que terminó de hacerme un click en temas de representación fue cuando nos surgió la necesidad de expandirnos. Nos dimos cuenta que había que comprar algo. Pusimos todos los ahorros que teníamos y no nos alcanzaba. Armamos una carpeta de crédito y nos decían todas las veces que no. Y busqué ayuda en algunos lugares y no la encontré. Entonces en su momento cuando logré acceder al crédito porque me lo permitió el alma inquieta que tengo fue ahí que dije que como nosotros logramos llegar, hay otros que se quedan en el camino. En vez de quedarme en la queja, fui a ofrecerme a la Cámara Empresaria de Tandil. Entré con las Mujeres Empresarias y formamos la idea de las Mentorías. A partir de ahí, un camino de conocimiento y búsqueda por la transformación.