“El país va a salir cuando se rompa la dicotomía entre el Estado y el privado”, afirmó el ministro de Gobierno de Vidal
Joaquín de la Torre pasó por la ciudad y se reunió con Gonzalo Santamarina. Elogió la mirada localista y la autonomía de la administración lunghista para dirigir la comuna. Con aspiraciones políticas hacia la Gobernación bonaerense, puso el eje en los armados electores acordes a las visiones de gestión e instó a sumar al peronismo "no kirchnerista". Enfatizó que "los que generan trabajo y los que trabajan tienen que ser los mimados de los gobiernos que vienen".
Joaquín de la Torre, exministro de Gobierno de María Eugenia Vidal e intendente del partido de San Miguel en tres oportunidades, pasó por Tandil, en medio de una recorrida por la región con el afán de comenzar a ensayar una carrera electoral de cara a los próximos comicios y la puja por la Gobernación bonaerense que se dará en 2023.
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De visita en la ciudad, se reunió con el exfuncionario del PRO, Gonzalo Santamarina, y otros vecinos, para escuchar sus inquietudes y compartir miradas en torno a la cuestión local. Sin embargo, no pudo ser recibido por el intendente Miguel Lunghi, debido a compromisos que el mandatario tenía contraídos previamente, aunque sí dialogaron por teléfono.
En conversación con El Eco de Tandil, de la Torre –quien tiene raíces justicialistas pero en los últimos años viró hacia Cambiemos- exhortó a sumar al peronismo “no kirchnerista” a la oposición, advirtió que el oficialismo se está “camporizando” y destacó la fuerte impronta local del Ejecutivo comunal a la hora de administrar el partido.
-¿Qué lo trajo por la ciudad?
-Antes de ser candidato hay que poner la oreja. Debe haber otros caminos más cortos, pero fui formado en eso y es una tarea que se hace casi naturalmente, la de ir a los distintos lugares y escuchar. Los malos gobiernos desconocen las realidades diversas del territorio y no tener una noción acabada de las realidades locales es lo que ha hecho fallar a los gobiernos bonaerenses que han tenido una vocación centralista en los últimos 20 años.
-¿Por dónde pasa el armado político este año?
-El oficialismo se ha ‘camporizado’. La decisión de que Máximo sea presidente del PJ y la aceptación de todos deja en claro que ahora no es el cristinismo ni el kirchnerismo. Como peronista me cae mal, yo me fui en 2010 y es claro que en el proceso actual el camporismo cooptó el peronismo en la provincia. Hay que construir un frente que tiene que ampliarse con partes iguales de una vocación política y la aceptación de los otros por conducir.
El kirchnerismo perdió dos veces en la provincia cuando había dos boletas y las dos veces fue cuando la boleta la encabezó un peronista: de Narváez y Massa. Es una pata para mirar.
-¿En qué lugar entra Vidal entonces?
-Vidal está bien, ya tiene su nombre y está tomando la decisión de si es o no candidata por la provincia o por la ciudad. Respeto que se tome su tiempo y si decide ser ella, está fuera de discusión que lo sea. Se le cargó una mochila demasiado pesada en las últimas elecciones y más allá del error o no, tomó esa decisión porque es buena gente y generosa. Hay que sumar al peronismo no kirchnerista como un sector más, y hay que dejar que tenga identidad propia y discuta internamente, porque da la sensación de que el gobierno va a seguir con la misma unidad que construyó la victoria de 2019
-¿Cómo se armaría el frente electoral?
-Lo más importante es escuchar y construir una propuesta para transformar la realidad, y después ver quiénes adhieren a esa propuesta. No hay que pensar como si las elecciones fueran un vehículo para llegar al poder, sino pensar para qué queremos gobernar y cuáles son las convicciones profundas. Poner en crisis todos los temas. ¿Queremos de la educación que los chicos aprendan o revisar los sueldos docentes? Las dos son importantes. ¿Vamos a cuidar a los que salen a estudiar y laburar, o vamos a tener una mirada más condescendiente con los que delinquen? ¿Queremos un Estado que brida servicios y construye obra pública o que se autolimita a cuidar a los que trabajan en él?
Hay que enfocar dónde se pone el eje; en las respuestas está la propuesta para la construcción de un acuerdo y un frente electoral.
Hay muchos que se apuran porque quieren ganar. Ya se ganó y duró 4 años, no es solamente ganar, porque no es un partido de fútbol, hay que empezar a resolver los problemas de la gente.
-¿Desde dónde se puede empezar a construir? ¿Qué errores comete el Gobierno actual?
-La idea es agarrar el problema al principio y no poner el parche después. Hay errores que se vuelven a cometer y hay una mirada de la sociedad de creer que el privado es una vaca lechera a la que hay que exprimir, y para distribuir eso como quiero.
La Argentina va a salir adelante cuando se rompa esa dicotomía entre el Estado y el privado. Los que gobernamos tenemos que aprender que la plata que administramos no es nuestra, es de quienes la generan y la reciben. La plata al Estado se la dan quienes la generan, por eso precisamos a los privados y el Estado juntos, construyendo una sociedad nueva. No podemos seguir cargando más peso sobre los sectores privados: los que generan trabajo y los que trabajan tienen que ser los mimados de los gobiernos que vienen.
Y que todos los pibes a los 18 años sean libres de trabajar o elegir una carrera, porque más de la mitad de los chicos no termina la escuela secundaria. El Estado tiene que ser eficiente, no estar presente.
-¿Qué medidas cree que se necesitan para volver eficiente al Estado?
-La obligación del Estado es lograr que todas las personas sean libres a los 18 años, tengan educación, sean criados sanos, bien alimentados, con la posibilidad de afecto y diversión. Que los mayores de 65 años tengan sus jubilaciones.
Y por otra parte, que ordene los procesos productivos para que la mayor cantidad de gente tenga trabajo. El aparato estatal no puede seguir manejando los procesos productivos de una forma autoritaria, porque eso ha fallado. Se toman medidas en función de peleas falsas, pero que sirven como banderas, y al final lo que hacen es favorecer a los grandes. Tiene que haber dos sistemas impositivos y laborales; uno para las pymes y otro para las grandes empresas. Esto cambia con más trabajo, no con más Estado, sirve que la gente tenga ganas de generar trabajo.
-¿Cuál es la mirada que se lleva de Tandil tras los encuentros que mantuvo?
-Tandil es una ciudad muy bien administrada que tiene un Intendente muy atento, con mucha impronta local. Es una de esas ciudades donde se ve el foco de autonomía y mirada localista encarnada en el gobierno municipal y la sociedad.
En este momento, la pandemia y la cuarentena han sido condicionantes y se desvirtúa la noción analítica para ver dónde estamos parados. Hay una angustia con el tema laboral y productivo. Tengo una mirada muy valorativa del proceso Tandil y con eso me refiero a la tríada gobierno, universidad y sociedad.
-¿Quiere ser el próximo gobernador de la provincia?
-Creo que de alguna manera puedo ser representante de esto porque es necesario que el próximo gobernador de la provincia sea un conocedor de las diversidades del territorio.
Desconocer los gobiernos locales es un gastadero de tiempo innecesario que perjudica a los vecinos. A los intendentes los elige la gente y tienen que enriquecer a los gobiernos centrales, no debe ser una antinomia. Hay que aprender de ellos y escucharlos, porque son los que conocen las realidades y ayudan a un gobernador a llegar a la gente.