El ministro de Producción visitó Tandil y apuntó a “detener la sangría” para poder crecer
El titular de la cartera de Producción bonaerense Augusto Costa recorrió empresas locales y el Instituto Pladema de la Unicen. Mantuvo reuniones con funcionarios y profesionales para pautar una agenda común que favorezca al sector productivo. Focalizó en la contención de la urgencia para evitar el cierre de más empresas y en la incorporación de ciencia y tecnología para el desarrollo.
Como parte de su recorrido por el territorio bonaerense, el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires, Augusto Costa, arribó ayer a Tandil para reunirse con autoridades locales y conocer de cerca el sector productivo y sus demandas. El funcionario, hombre de confianza del gobernador Kicillof, cumplimentó una apretada agenda que incluyó algunos hitos de la producción tandilense.
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En primera instancia, se acercó a los trabajadores de Loimar que permanecían apostados en la entrada del Parque Industrial -envueltos desde hace cinco meses en un conflicto que paralizó la producción de la fábrica ladrillera-, y se mostró interesado en disponer de herramientas que permitan destrabar el problema. “Trabajamos con Nación para destrabar una situación que no le conviene a nadie, queremos que la empresa siga funcionando”, expresó.
La visita a Tandil
Seguidamente, el ministro llegó hasta la planta de la firma Martínez y Staneck localizada en una de las parcelas del PIT, la misma que el año pasado visitó la entonces gobernadora María Eugenia Vidal, dedicada a la fabricación de maquinarias agrícolas. Lo hizo acompañado del intendente Miguel Lunghi; la Secretaria de Desarrollo Productivo de Tandil, Marcela Petrantonio; el dueño de la empresa, Carlos Martínez; el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Rubén Geneyro; referentes del consorcio del Parque Industrial, funcionarios municipales y concejales.
El cronograma que lo trajo a Tandil lo llevó después del Parque Industrial hacia el predio de la fábrica Cagnoli, emblema industrial de Tandil. Para culminar la maratónica jornada estuvo en el Campus, donde recorrió el Instituto Pladema de la Unicen y se reunió posteriormente con representantes del área productiva y funcionarios municipales, con el objeto de interiorizarse en la situación local.
Costa recorrió las instalaciones de la firma guiado por Lucía Martínez, hija del titular de la fábrica y parte del equipo de conducción de la misma, y conversó con la comitiva de funcionarios antes de ofrecer declaraciones a la prensa.
En diálogo con los medios, el ministro exhibió su interés en el perfil productivo de la firma y se focalizó en las diferentes aplicaciones de la ciencia y la tecnología en el ámbito de la metalmecánica para proveer soluciones, como parte de las acciones que pretenden impulsar desde la gestión. “Queremos generar mayor valor agregado y respuestas a la actividad productiva”, indicó. En este aspecto, cobra especial relevancia el INTI, como organismo gestor y responsable de poner el desarrollo de la ciencia al servicio de la producción.
Además, reparó en la coyuntura recesiva que de los últimos años, que generó un “desmantelamiento del aparato productivo” y “pérdida de fuentes de empleo”, diagnóstico que obligó a plantear una agenda defensiva que permita pensar después en una agenda de recuperación productiva y de incorporación de tecnología. “Hay una nueva etapa en la política económica y la lógica de prioridades que pone por delante la producción y el empleo”, sostuvo.
Políticas de emergencia
También hizo mención a la problemática de la deuda, que influye directamente sobre los recursos económicos disponibles y la planificación que se haga en función de los activos disponibles.
“Es importante estar acá con el Intendente y los funcionarios del Municipio pensando juntos una agenda positiva, porque ahora con la declaración de la Ley de Emergencia tenemos que impedir que sigan cerrando empresas y detener esta sangría que hubo en términos productivos”, subrayó.
En esta línea, Costa se detuvo en el plan “Arriba Pyme” lanzado hace pocas semanas por la Gobernación, ideado para favorecer a las pequeñas y medianas empresas y brindar un poco de oxígeno con miras a defender la actividad. La medida se propone incidir en la recuperación del crédito para el capital de trabajo, establecer moratorias para las deudas y ofrecer descuento de cheques.
Consultado sobre Tandil, el funcionario provincial analizó que la ciudad “no escapa a las generales de la ley, hay muchas necesidades”.
Asimismo, consideró de vital importancia que se pueda trabajar de forma articulada entre los tres niveles estatales y contar con la visión de quienes están todos los días enfrentando desafíos, porque “es la única forma de encontrar las respuestas indicadas”. Y añadió: “Tenemos mucha expectativa, estoy seguro de que vendrán tiempos mejores”.
El sector agropecuario en la agenda
La llegada del ministro a la localidad se produjo en medio de un paro de un sector del agro, en repudio al aumento de retenciones a la soja prescripto por el gobierno nacional. Como se trata de uno de los ámbitos que más aportan a la economía y el producto bruto, cualquier iniciativa del sector mueve piezas sensibles en el engranaje económico.
“Cada sector tiene que hacerse cargo de lo que le corresponda. En la situación actual no suma una actitud como la que tiene el sector, hay que entender las urgencias y que no hay medidas caprichosas un tampoco en contra de un sector. Quienes pueden aportar deberían poder hacerlo de manera constructiva”, y destacó la situación de los pequeños productores agropecuarios, que se hallan en una situación compleja pero cuentan con un esquema segmentado de retenciones orientado a aliviar la presión fiscal.
“Sería necio como ministro desconocer el aporte del campo a la producción, es un área fundamental que queremos integrar con la industria, los servicios, la ciencia y la tecnología. Hay que trabajar en conjunto y siempre vamos a estar dispuestos a avanzar en una agenda de trabajo”, redondeó entorno al tema.
Un empresa pujante
Carlos Martínez, titular de Martínez y Staneck, empresa que empela a 40 personas, manifestó su gratitud por la visita y reseñó que “significa que es una industria más de la ciudad que ha podido seguir viva pese a las vicisitudes de varios años de problemas del sector metalmecánico”.
“Estamos en el sector agro, que es emblemático en el país, más allá de las diferencias, es el sector ampliamente productivo del cual dependemos las industrias para poder seguir viviendo”, observó.
El empresario detalló que siguen trabajando siempre como desde hace más de treinta años y que han sabido adaptarse a los cambios, diversificando la producción y atendiendo a los nuevos procesos.
“Hay una cuestión que la ciudad no vio venir, y es el cambio de los sistemas productivos, las máquinas casi no utilizan fundición, usan otro tipo de piezas, producto de las nuevas tecnologías, como los pantógrafos de alta definición y los equipos láser. Esto ha hecho que cambie la forma de diseñar las máquinas y la fundición, que es la más afectada de la ciudad, para nosotros es apenas el uno por ciento de cada insumo, es muy poco el material que se emplea”, explicó.
La compañía, además, tiene presencia en el mercado internacional, un ámbito que conquistaron hace unos años y en el que han perdido terreno debido a los vaivenes del dólar y la incertidumbre económica.
“El atraso cambiario de 2015 nos borró de varios mercados y una vez que abrís un mercado no se puede decir a fin de año que le vas a aumentar un 10 por ciento en dólares y se va perdiendo. Ahora estamos lentamente remontando los mercados internacionales, no escapamos a lo que pasa con Argentina en el mundo, no nos tienen confianza porque las políticas no tienen continuidad”, consignó.
El conflicto en Loimar
El martes próximo, autoridades de Provincia y Nación se reunirán en la Ciudad de Buenos Aires con Juan Loitegui, el titular de la empresa, para dialogar y poder plantear las expectativas sobre cómo continuar. Esta confirmación llegó tras algunas gestiones y la hizo el mismo ministro ante los trabajadores de Loimar que se acercaron hasta el predio del Parque Industrial con el propósito de poder habla unos minutos con él.
Si bien no hizo ninguna promesa, aseveró que va a trabajar para tratar de solucionar el problema. “Estamos hablando de un mercado que se desplomó, como el de la construcción, y también sabemos de situaciones puntuales que ocurrieron hace cinco meses y queremos que se resuelvan”, apuntó.
Casi cinco meses pasaron desde que se inició el conflicto en la fábrica de ladrillos y cerámicos Loimar, pero ninguna solución se avizora aún en el horizonte. Mientras la patronal insiste en su decisión de desvincular a diez empleados y los trabajadores se resisten a esto, la producción está completamente paralizada y el problema se halla en un punto muerto. Desde hace meses los operarios no perciben sus haberes y subsisten gracias a algunas “changas” que consiguen, y la ayuda que reciben desde diferentes organizaciones sociales, la comunidad y el Municipio, en los casos que precisan colaboración para el pago de la luz y el alquiler.
Por su lado, los empleados siguen reclamando de manera pacífica y se mostraron esperanzados con la reunión venidera. “Este Gobierno busca la producción y el trabajo, eso nos da esperanza de que hagan algo para que la planta vuelva a abrir”, refirieron los operarios.